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  • Vigilia Permanente
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  • “Dormir es morir diariamente para renacer, tal vez, posteriormente.” Yo simplemente quiero vivir... No soy un monstruo. Dormir, morir, es una pérdida de tiempo y un juego mortal de azar. Cerrar los ojos para dormir es tirar los dados ante la muerte, podrás ganar muchas veces, pero ella, la muerte, eventualmente te llevará dormido. "Murió mientras dormía" es una frase aterradora y cruel. Confiamos en que despertaremos siempre, pero no hay nada seguro. En mi caso, no puedo darme el lujo de morir, hay tanto que no me quiero perder, tantas cosas que debo hacer aún. Tantos paisajes físicos y mentales nuevos, diferentes, únicos. Es incomprensible el hecho de ver a la gente muriendo-durmiendo tan tranquilamente, se les ve apacibles, relajados. Esperan confiados el momento de su renacimiento-despe
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  • “Dormir es morir diariamente para renacer, tal vez, posteriormente.” Yo simplemente quiero vivir... No soy un monstruo. Dormir, morir, es una pérdida de tiempo y un juego mortal de azar. Cerrar los ojos para dormir es tirar los dados ante la muerte, podrás ganar muchas veces, pero ella, la muerte, eventualmente te llevará dormido. "Murió mientras dormía" es una frase aterradora y cruel. Confiamos en que despertaremos siempre, pero no hay nada seguro. En mi caso, no puedo darme el lujo de morir, hay tanto que no me quiero perder, tantas cosas que debo hacer aún. Tantos paisajes físicos y mentales nuevos, diferentes, únicos. Es incomprensible el hecho de ver a la gente muriendo-durmiendo tan tranquilamente, se les ve apacibles, relajados. Esperan confiados el momento de su renacimiento-despertar, pero no todos lo logran, no, y yo no me arriesgaré. Me arriesgué hace mucho tiempo, pero en aquel entonces no tenía la suficiente conciencia y no sabía. ¡Dios! ¡no tenía idea de todo lo que me estaba arriesgando! Así que decidí no morir-dormir más, aunque las probabilidades de renacer-despertar pudieran ser altas, según aquellos estadistas ingenuos, que también duermen y mueren. No, yo no soy como ellos, no moriré de nuevo. Y es que la muerte me tienta, he podido sentir sus tentáculos penetrando en mi cuerpo, en mi cerebro, tratando de dominar mi mente, como si morir todos los días fuera algo normal. Pero no, yo soy más fuerte, y mi voluntad inquebrantable. Pero aun así, tengo límites, por lo que he tenido que utilizar ayuda externa para no morir. Ya han pasado 3956 días desde mi última muerte, desde mi último sueño. Una vida plena. Mi perspectiva ha cambiado tanto que ya nada es igual. La noche y el día se han fundido para mí en una especie de ying-yang que gira a alta velocidad. ¿Cómo he podido lograrlo? ¿Fármacos? Sólo al inicio, la cafeína fue “mi primer amor”, pero se hace insuficiente rápidamente, luego experimenté con otras sustancias, legales e ilegales. Pero todas me producían el llamado “bajón”. Con el que irremediablemente moría. Era muy angustioso y frustrante, querer permanecer despierto y que tu cuerpo no responda por culpa del mortal llamado del sueño. Las drogas no son buenas. Todo eso ya está en el pasado, incluyendo las alucinaciones constantes. Lo he leído en muchas investigaciones médicas y científicas, la falta de sueño produce alucinaciones y neurosis. Y fue verdad, pero sólo hasta cierto punto. El cuerpo humano es asombroso y busca el equilibrio. Y el cerebro es también un órgano prodigioso. Esa sensación de soñar despierto, cuando el cansancio mental y físico te invade, y comienzas a ver cosas, fragmentos de recuerdos en formas de sueños y alucinaciones, muchas se repiten sin cesar durante horas y horas, como un loop infinito. Y miras el reloj, y han pasado tan sólo unos segundos y tus párpados son increiblemente pesados. Y los recuerdos y sueños se mezclan incluso con pesadillas que parecen interminables. En un momento dado comencé a decir cosas sin sentido, comencé a añorar la muerte con tal de acabar con toda esa tortura. En esa época casi me doy por vencido. Las fauces de la locura devoraban mi mente y mis nervios. Llegué incluso a auto mutilarme con el fin de estar despierto, de estar vivo y no morir. Las cicatrices en mi abdomen son ahora un trofeo de que mi voluntad salió adelante. Lo mejor fue lo que pasó el día del accidente. Salía de mi casa, ya con varias semanas de permanecer vivo, de vencer a esa muerte diaria que promete un paraíso de descanso luego del cual volverás a este mundo si eres lo suficientemente afortunado; cruzaba la calle por el paso de cebra, y un conductor paradójicamente se durmió mientras conducía y aceleró hacía donde estaba yo. Mis reflejos por la vigilia permanente ya no eran los mismos, tengo que reconocerlo. Como en sueños recuerdo la embestida, fue raro, en instantes eternos ví cómo el vehículo se dirigía hacia mí, mi mente enferma de somnolencia imaginó que no era un vehículo, sino un majestuoso animal, un león, corría hacia mí para devorarme. Recuerdo haber sentido alivio por que sabía que me liberaría de mi sufrimiento. Sabía que iba a morir... ¿morir? ¡no! No podía permitirlo. La realidad se me abalanzó rápidamente pero pude moverme lo suficiente, de tal manera que el auto me golpeó una de las piernas y fue a estrellarse con una pared. El conductor falleció ahí mismo. Otro más que no despertó. Yo tuve fractura expuesta de tibia y peroné y un indescriptible dolor, un dolor que me liberó de todo mi sufrimiento mental. Porque, con el dolor vino la descarga de adrenalina. La adrenalina, ese maravilloso catalizador, nos vuelve más rápidos, más fuertes, nos pone en alerta mientras dure el efecto. Y procuré que durara con el dolor, nunca tomé analgésicos y la pierna sanó eventualmente. Una pregunta me asaltaba: ¿Y cómo obtener esa maravillosa sensación sin estar permanentemente en peligro y sin recurrir a los fármacos o al dolor extremo? Poniendo en riesgo la vida de los demás. Sí así es, si la vida de alguien depende de tí, la carga emocional es muy fuerte, siempre y cuando no seas un psicópata, ellos no tienen empatía por nadie. Pero yo no lo soy, sólo trato de sobrevivir, de no morir. Ahora creo situaciones de riesgo extremo, como cuando le corté los frenos a aquel autobús escolar. Yo lo iba siguiendo esperando ansiosamente, ¡más despierto que nunca! Mi corazón latía tan fuerte que las sienes me palpitaban. Pensaba en el riesgo en que esos pobres niños estaban corriendo, era excitante imaginar que su vida estaba sujeta a mis acciones. Que yo estaba decidiendo lo que les ocurriría.Y la emoción, la posibilidad de ser descubierto ¡ah, todavía puedo saborear la adrenalina pura! El autobús se desbarrancó y murieron 15 pobres criaturas. Fue muy triste ir a los funerales. Las lágrimas me arrasaban los ojos. Eran sólo niños que no despertaron, que ya no renacieron. Los liberé de esa media vida en la que todos los demás flotan menos yo. Pensando confiados que volverán a vivir luego de dormir. Yo le di a esos niños un hermoso regalo, la certidumbre de que no despertarían. A veces puedo escuchar sus risas, veo el autobús en recuerdos vívidos, producto de alucinaciones esporádicas. Los veo al igual que a todos los demás a los que he liberado. Y cuando llega ese momento, es cuando sé que ha llegado la hora de liberar a más, porque la muerte comienza a llamarme, y su emisario, el sueño, quiere atraparme... no puedo permitirlo. Ahora que me he unido a los bomberos y tengo acceso a los planos de toda clase de vivienda o edificio, puedo crear más situaciones riesgosas y liberar a más gente de esa penosa incertidumbre de no saber si despertarán mañana. Siempre voy a los funerales y lloro sinceramente ante los familiares y amigos de los fallecidos. Lo haré todo por permanecer despierto, incluso recibiré a la muerte con los ojos abiertos y la miraré de frente.thumb|342px|centerAhora mismo puedo verla. Está ahí, en la distancia, siempre siguiéndome, esperando el momento en el que cerraré los ojos.Las cuencas vacías de su rostro impasible me observan. Siempre están fijos en mí y en todos mis movimientos. Y a pesar de que cada vez la observo más cercana a mí, no me aterra su presencia, sólo sus intenciones, aguarda el momento de mi rendición donde caeré dormido y ella me conducirá al peor de todos los destinos: el sueño eterno. 21:59 5 nov 2014 (UTC)