PropertyValue
rdfs:label
  • Hora de Morir II
rdfs:comment
  • Finalmente, después de dos largos días llegamos a Hokkaido, un gran lugar para que jóvenes estudiantes como Saito y como yo continuemos con nuestra misión: limpiar al mundo de escorias como Keiichi, pero no sólo de él, nos desharemos de la mayor cantidad de seres detestables que podamos. Saito cree que él y yo hemos sido escogidos para esta misión desde lo profundo de los abismos por el mismo Rey de las Tinieblas, por lo que no dudará en consultarme antes de tomar una decisión. Por ahora nos hemos quedado en una casa abandonada. Tras preguntar a los lugareños sobre la Chico: Soy Junichi Akira
dcterms:subject
abstract
  • Finalmente, después de dos largos días llegamos a Hokkaido, un gran lugar para que jóvenes estudiantes como Saito y como yo continuemos con nuestra misión: limpiar al mundo de escorias como Keiichi, pero no sólo de él, nos desharemos de la mayor cantidad de seres detestables que podamos. Saito cree que él y yo hemos sido escogidos para esta misión desde lo profundo de los abismos por el mismo Rey de las Tinieblas, por lo que no dudará en consultarme antes de tomar una decisión. Por ahora nos hemos quedado en una casa abandonada. Tras preguntar a los lugareños sobre la construcción nos hemos enterado de boca de un hombre de aproximadamente 65 años de nombre Jun Higashi de que el ex-dueño falleció en un accidente automovilístico, y que nadie acepto quedarse con ella debido al rumor que empezó a circular sobre supuestas voces que se escuchan en la noche. A pesar de las insistencias del Sr. Jun, decidimos quedarnos en dicha casa, con la seguridad de que nadie irá a sacarnos de ahí. Saito comenzó a organizar las pocas cosas que llevábamos, nuestro equipaje, de no ser por las ropas y un poco de comida y dinero y algunos otros objetos como lámparas y cojines, habría terminado por parecerse más a un kit de supervivencia. Luego de organizar, decidimos sentarnos a comer. Saito parece estar disfrutando el ramen que preparé para él. Mientras comimos, tuvimos una conversación bastante agradable: Yo: Hokkaido es un buen lugar para hacer lo que vinimos a hacer. Saito: Ciertamente, el lugar es perfecto. Es una lástima que no podamos quedarnos por mucho tiempo aquí. Yo: ¿Pero de que estás hablando, Sai? ¡Claro que nos quedaremos aquí, y por bastante tiempo! Saito: ¡Eso sería genial!, pero si permanecemos mucho tiempo en un sitio nos pueden atrapar. Yo: ¿Acaso no confías en mí? Saito: Yo nunca dije eso, es sólo que... Yo: ¡No nos atraparán! Pase lo que pase, AQUÍ estamos a salvo, además, tenemos trabajo aquí. Responde una cosa: Si el Jefe se apareciera delante de ti sin necesidad de jugar con la tabla y te pidiera que te quedaras en la casa de junto a la comisaría, ¿lo harías? Saito: Por supuesto que lo haría, y sí, confío en tí, pero podríamos estar ya en la mira. Yo: Somitsixe euq areiuq is in. Saito: ¿Uh? Yo: No, nadaSaito y yo decidimos salir a recorrer un poco el lugar, es bastante acogedor. Le he hecho una seña a Saito indicando a dónde iremos de "visita" mañana. Al llegar a casa, Saito decide irse a la cama, mientras yo me quedo observando el cielo. Después de un rato, coloco cinco velas al rededor de Saito y espero de rodillas frente a él a que despierte, antes de lo cual, las velas han desaparecido. Saito decide ir a comer algo. La mesa está servida. Saito:Debo decir, que me impresiona la velocidad con la que preparas estas cosas, a veces me das miedo, Takeshi. Saito y yo cogimos nuestras dagas y salimos a la acción. La casa era muy elegante en comparación a la nuestra, la chimenea estaba encendida. Había algunos muffins y baggets enla mesa y en una olla algo de chocolate. Había como 4 puertas que daban a la cocina, baño, lavadero y una habitación, las escaleras se encontraban al centro. Subimos. Había otras 3 puertas: dos habitaciones y un baño. Entramos a la habitación del fondo, en donde dormía un joven de nuestra edad. Decidimos llevarlo con nosotros. Cuando volvimos a casa, el chico parecía más confundido que asustado, pero en realidad trataba de ocultar su temor. Chico: ¿Quiénes son ustedes? ¿Que quieren conmigo? Saito: Si nos obedeces no te haremos nada. Chico: ¿Que quieren que haga? Saito: ¡No estás en condiciones para cuestionarnos! Yo: ¡Cállate, Saito! ¿Cuál es tu nombre? Chico: Soy Junichi Akira Sonreí de un modo macabro. Yo: Necesitamos tu ayuda, Akira, si nos ayudas, te prometo que te dejaremos ir. Akira: ¿Lo prometes? Yo: SI, lo prometo. Akira era un chico lindo, igualmente que Saito. Sus ojos eran marrones, su cabello era negro. Si me hubieran preguntado, habría dicho que Saito tiene un mejor físico, pero Akira nos fue muy útil para encontrar mejores presas. Algunas de las cuales incluyen a un chico que jugaba en un equipo de baloncesto, una niña de 4 años, una pareja de recién casados y dos hombres de más de 40. El botín fue de 30 litros de sangre. Los cadáveres "desaparecieron". Saito sale de la habitación y me pregunta, por cuánto tiempo más pienso retener a Akira, ya que se muestra muy inquieto y no para de hacer preguntas. Decido entrar a hablar con Akira: Yo:La posición que ocupas no te da derecho a cuestionarnos, ni a Saito ni a mi. ¡TÚ SÓLO OBEDECES!, de lo contrario. ¡JAMÁS TE DEJAREMOS IR! Y si tienes tanto interés en saber lo que pasó con tus amigos y conocidos, simplemente pídemelo, lo descubrirás por tu cuenta, así que no quiero que Saito me de más quejas tuyas, o lo lamentarás.Saito escuchó todo lo que dije, me parece que él se sintió conforme, pero aun duda de mí. Tendré que adelantar mis planes. En la noche, mientras Akira y Saito dormían (eso supuse), comencé a dibujar un pentagrama en el suelo de la sala, y coloqué cinco velas negras, una en cada punta, me coloqué al centro. Estaba comenzando con una oración cuando escuché pasos. Saito: Takeshi, ¿Que estás haciendo? No volteé a mirarlo. Yo:Hay algo que debes saber sobre mi, Saito. Tu amigo Takeshi murió. YO SOY LUCIFER, y vine para llevarte conmigo. Ecemetrep em amla ut. X2A