| rdfs:comment | - La casa abandonada es una localización sin marcar en el Yermo de Mojave al oeste de las suites Monte Carlo.
- Una noche estábamos reunidos en la casa de Claudio. Éramos cuatro en total: el dueño de la vivienda, Emanuel, Hugo, y yo: Lautaro. Decidimos salir a la tienda a comprar gaseosa. Cuando estábamos volviendo. pasamos junto a una casa abandonada; al mirar al frente creí haber visto algo en ella, no sé qué exactamente pero despertó la curiosidad. Cuando habíamos llegado a la casa de Claudio, le conté a mis amigos lo de la casa y les propuse ir a investigar; Hugo dijo que sí al instante, Emanuel lo pensó y luego accedió pero Claudio se negó y no hubo forma de que aceptara. - Dámelo. - No.
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| abstract | - Una noche estábamos reunidos en la casa de Claudio. Éramos cuatro en total: el dueño de la vivienda, Emanuel, Hugo, y yo: Lautaro. Decidimos salir a la tienda a comprar gaseosa. Cuando estábamos volviendo. pasamos junto a una casa abandonada; al mirar al frente creí haber visto algo en ella, no sé qué exactamente pero despertó la curiosidad. Cuando habíamos llegado a la casa de Claudio, le conté a mis amigos lo de la casa y les propuse ir a investigar; Hugo dijo que sí al instante, Emanuel lo pensó y luego accedió pero Claudio se negó y no hubo forma de que aceptara. Cuando ya habíamos preparado nuestras mochilas y estábamos en la puerta de la casa de nuestro amifo, Hugo le pregunto una vez más si quería ir, pero él se negó otra vez. Le arrebaté el celular de la mano y salí corriendo con mis amigos detrás en un intento de que viniera con nocotros, y surtió efecto: - ¡Hey! ¡Vuelvan! -Gritaba Claudio cuando empezó a seguirnos. Corrimos hasta la casa abandonada y nos metimos adentro, y estando allí, Claudio llegó y me pidió su celular de vuelta. - Dámelo. - OK; te lo voy a devolver, con la condición de que te quedes con nosotros. -Pareció pensarlo antes de responder. - Bueno, pero ya regrésamelo. Le entregué el aparato y encendimos nuestras linternas; Claudio, como no había traído una, usó su celular para darse algo de luz. Hugo encendió su cámara de vídeo y empezamos con la investigación; estuvimos un buen rato y no había nada que llamara nuestra atención, hasta que en lo que creo, antes era una cocina, encontramos manchas de sangre en el suelo. Enmanuel se asustó mucho y retrocedió algunos pasos. - ¿Qué eserabas, dibujitos? -Le dije yo. -Son de hace muchos años; no pasa nada. Seguimos caminando y llegamos a la sala de estar; nos sentamos y como si de la interperie de tratara encendimos una pequeña fogata improvisada. Quedamos sentados y conversanco fente al fuego por alrededor de una dos horas, hasta que Enmanuel se levantó diciendo que iba al baño. - ¿Al baño? -Le interrogué. - Sabes a lo que me refiero... -Dijo y se fue sin más. Los minutos pasaban y ya se hacía raro que tardara tanto; escuchamos un grito que sabíamos era de él. Corrimos a ver qué le pasaba y nos encontramos con manchas de sangre nuevamente, pero estas eran recientes. Pasos detrás de nosotros nos hicieron voltear, y lo único allí era Enmanuel. Claudio parecía entre molesto y asustado, y fue el primero en hablarle. - ¿Qué demonios te pasa? - Dejando eso de lado, ¿esa sangre es tuya? -Le pregunté yo. - No. - ¿Y por qué gritaste? -Preguntó Hugo, provocando algo de vergüenza en el interrogado. - Es que vi un ratón y me asusté... - Vaya que eres hombre. - ¡No me jodas! Luego de eso volvimos a la sala de estar. El fuego estaba apagado, y Hugo sugirió que había sido el viento; mirabas su cara y sabías que igualmente estaba asustado. Encendí de nuevo la fogata y apenas la luz iluminó la sala, reveló a una persona con un cuchillo en la puerta de la cocina. - ¡Corran! -Ante mi orden todos nos movimos, pero cuando nos acercamos a la salida el suelo se rompió bajo nuestros pies y quedamos inconscientes. Al despertar, estábamos en una especie de sótano. Me aseguré de que todos estaban bien, cuestioné el lugar en el que estábamos y la respuesta fue lo mismo que ya me imaginaba: un sótano. Verificamos que la cámara seguía grabando y nos levantamos, explorando nuestro alrededor. La sangre manchaba las paredes, había cuchillos, machetes, hachas y demás armas blancas. No se veían escaleras por ningún lado, así que no sabían por dónde salir. Yo me encargué de ello: abrí mi mochila y saqué una vieja soga con un gancho en un extremo. La lancé al agujero del piso superior por el que habíamos caído y subimos uno a uno, saliendo de la casa y volviendo a la morada de Claudio. - Les dije que era una mala idea. ¡Casi nos matan! Pasaron los días y con el tiempo nos íbamos olvidando de lo ocurrido. Un día en el colegio nos pidieron que hiciéramos una película, así que nos juntamos en mi casa y empezamos a discutir sobre ello. Repentinamente se me ocurrió: - Hugo, ¿tienes todavía el vídeo de cuando fuimos a la casa abandonada? - Sí, ¿por qué? - Podemos usarlo. - Es buena idea -Aseguraron todos. Hablamos un poco más y luego se fueron; Hugo me había dado su cámara para poder editar el vídeo. Cuando estaba en esto en la computadora, al llegar a la parte en la que caíamos al sótano me centré en el momento en el que quedábamos inconscientes. Luego de cinco minutos, pude ver como la persona con el cuchillo bajaba y nos observaba: llevaba una capucha y no se veía su rostro. Luces rojas estaban donde deberían ir sus ojos y con una voz algo gutural dijo algo que no entendía. Por un momento de lucidez, puse el audio en reversa y allí lo oí claramente diciendo: Escrito por: DragonSlayer1546 Categoría:Fantasmas Categoría:CO Categoría:Lugares
- La casa abandonada es una localización sin marcar en el Yermo de Mojave al oeste de las suites Monte Carlo.
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