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  • Espectros
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  • Los Espectros de Hades (冥闘士(スペクター), Supekutā?, Spectre) liderados por las 108 Masei (魔星, 'Masei'? Estrellas malignas), son personajes del manga y anime Saint Seiya conocido como Los Caballeros del Zodiaco.
  • El anciano les había advertido, sin embargo, ellos no hicieron caso. Se dirigían a la casa más vieja del pueblo, a cumplir con el reto que, hace una semana, la niña pelirroja de su clase les había dado. Hace una semana… -¿Entonces, no lo van a hacer? ¿Tan cobardes son? –preguntó Julieta. -¡No somos cobardes! –exclamó Pedro, con la cara roja de furia. -¡Pero tampoco estamos locos! –reafirmó Manuel, una vez más, con el ceño fruncido. -¡Cobardes, cobardes! –canturreó Julieta, mientras danzaba como una gallina. Una semana después… -¿Por qué estás acá? Esta es mi casa. -¿Una parte de mi qué? -¡¿Qué?!
Era
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lider
  • *Kanan Jarrus *Hera Syndulla
después-años
  • 2
Afiliacion
Miembros
  • *Ezra Bridger *Sabine Wren *Zeb Orrelios *C1-10P
cuartel general
  • *Espíritu *Lothal
Años
  • 5
Después
antes-años
  • 10
Antes
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KO
  • 로탈 반란군
NL
  • Specter Cell
Nombre
  • Rebeldes de Lothal
Titulo
  • Principales Actos de Rebelión
DE
  • Crew der Geist
En
  • Lothal rebels
  • Wights
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IT
  • Ribelli di Lothal
UK
  • Віхти
PL
  • Rebelianci z Lothalu
Ru
  • Повстанцы Лотала
Fr
  • Spectre
Imagen
  • 250
JA
  • ロザルの反乱者たち
abstract
  • Los Espectros de Hades (冥闘士(スペクター), Supekutā?, Spectre) liderados por las 108 Masei (魔星, 'Masei'? Estrellas malignas), son personajes del manga y anime Saint Seiya conocido como Los Caballeros del Zodiaco.
  • El anciano les había advertido, sin embargo, ellos no hicieron caso. Se dirigían a la casa más vieja del pueblo, a cumplir con el reto que, hace una semana, la niña pelirroja de su clase les había dado. Hace una semana… -¿Entonces, no lo van a hacer? ¿Tan cobardes son? –preguntó Julieta. -¡No somos cobardes! –exclamó Pedro, con la cara roja de furia. -¡Pero tampoco estamos locos! –reafirmó Manuel, una vez más, con el ceño fruncido. -¡Cobardes, cobardes! –canturreó Julieta, mientras danzaba como una gallina. Sólo por hacerse el valiente, Pedro dijo que iba a aceptar el reto, que no tenía miedo. Manuel lo asesinaba con la mirada: él sí estaba muerto de miedo, y tenía menos ganas de realizar el desafío que cualquier otro. El reto era: ir a la casa más vieja del barrio, donde se suponía había fantasmas… allí, muchos años antes, habían asesinado a sus residentes y a los posteriores a esos, y a los posteriores a esos. Desde entonces, se dijo que estaba maldita. Debían encontrar los lugares donde fueron asesinados los habitantes, y traer al menos un hueso de ellos. Una semana después… Y ahí se encontraban, frente a la puerta de madera rota que daba al interior de la Casa de los Fantasmas; se podían ver varios muebles antiguos y costosos desde las rendijas. Los dos jóvenes estaban temblando y con los pelos de punta, con miedo a poner un solo pie dentro de la casa. Como estaba cerrada desde adentro, Pedro metió un brazo por un agujero y abrió la puerta. Apenas entraron, observaron el vestíbulo: se notaba viejo, lleno de telarañas y mugre; arañas grandes como una mano recorrían el salón de punta a punta. Daba toda la sensación de ser una casa poblada por fantasmas. Se pusieron a explorar, y buscar, por lo menos, un cráneo de los antiguos habitantes; subieron las escaleras al fondo de la casona y apreciaron las enormes manchas negras que indicaban que allí hace mucho, hubieron charcos de sangre. Ambos quisieron vomitar, pero tragaron y prosiguieron a las habitaciones… Allí, encontraron lo que buscaban: un cadáver yacía junto a una cama llena de polvo, pero… Poco a poco se fue levantando. Primero movió los brazos, con evidente dificultad, y las piernas con la misma lentitud de antes; cuando estuvo levantada (era una mujer de entre 20 y 25 años, bonita, de cabellos castaños y tez blanca. Ya no poseía ojos.), dirigió una mirada inexistente a los dos muchachitos, que morían poco a poco de terror. Se aproximó a Manuel, y puso su boca cerca de su oído; despedía un aliento a podredumbre insoportable. Pronunció: -¿Por qué estás acá? Esta es mi casa. -S-s-sólo v-vinim-mos a agarrar u-u-un brazo o… una p-p-parte de t-tu cuer… -se interrumpió a sí mismo. -¿Una parte de mi qué? -¡Una parte de tu cuerpo! –terminó Manuel, exclamando. -No importa. ¿Qué tal si yo arranco de cuajo todas las tuyas? -¡¿Qué?! Sin darles tiempo a reaccionar, la mujer se echó para atrás y se volvió a abalanzar, de un salto, sobre los chicos… Un mes después… Julieta se seguía preguntando dónde estaban sus dos amigos. Hace un mes, ellos habían aceptado su reto y fueron a la Casa de los Fantasmas; nunca volvieron, pero todo siguió como si nada… como si ellos nunca hubieran existido. Se decidió a ir a la casona, y buscar a sus amigos. Cerca de las dos de la tarde de una fecha incierta, la niña se encaminaba a la casa más antigua del barrio. Ella no tenía miedo: estaba orgullosa de tener insensibilidad a las cosas terroríficas; apenas llegó, no tuvo miedo, pero su cuerpo se llenó de dudas y nervios. Seria de verdad, pasó a través de la puerta abierta y contempló el salón cubierto de años y años de suciedad. Llamó, llamó y llamó a los chicos incesantemente, pero nadie respondió. Pateó las paredes de madera con tal de hacer suficiente ruido para que la escucharan, pero ni aún así hubo respuesta; después de recorrer la cocina, el baño de la planta baja, la sala de estar y el comedor, subió la escalera y posó sus pies sobre las maderas rechinantes del primer piso. Revisó el baño y nada: miró hacia la última puerta que quedaba. Tomó el picaporte y abrió de un empujón… Allí vio dos cuerpos descuartizados y cubiertos de sangre, sobre una mesa, dos cabezas que, probablemente, eran las de sus amigos. También, antes de nublársele la vista, pudo distinguir una chica veinteañera que se acercaba poco a poco. Cinco días antes… -Despiértate… ¡Despiértate! -No… yo… quiero estar muerto… -¡Vos! ¡¿Por qué no te despiertas?! Un sonido parecido a un quejido llamó la atención del fantasma. Miró hacia donde estaba esa cosa que podía considerarse un rostro. -Él… ya está… muerto… -¿Ah, sí? Clavó otro cuchillo enorme sobre esos dos objetos largos que parecían ser piernas. Un grito resonó por esa habitación oscura. -¿Por… qué… no me… matas de una vez…? -Porque sería tener piedad, después de lo que hiciste. ¡Intentaste sacarme una parte del cuerpo! Esos dos sujetos destrozados antes solían llamarse Pedro y Manuel. El que aún podía hablar, quizá era Manuel. -Alguien… va a venir… por nosotros algún día… -¿Y qué van a hacer contra mí? -Una vez… que se den cuenta… de lo que eres… van a demoler esta casa… vos existís… por… este lugar. Acá moriste… y si lo destruyen… vas a desaparecer… Tu existencia… está ligada a esta mansión… -¿Sabes qué? Decidí no escucharte nunca más. Enterró un clavo lentamente en el estómago de Manuel, y la muerte fue cerrando poco a poco sus ojos. En la actualidad… La casa sigue allí, aunque ya nadie más se atrevió a ir a aquel lugar maldito. Allí, puedes encontrar muebles viejos, telarañas, cadáveres, fantasmas… Hoy en día, tres cadáveres de tres pobres niños están descansando para siempre en una habitación de la casona; puedes ir si quieres, comprobarlo por ti mismo. Quiero que lo sepas: lo haces bajo tu entera responsabilidad, ya que los espíritus aún no pueden descansar en paz. Ahí, en esa casa abandonada, aunque no lo creas, hay… Fantasmas. Ryuu, el caos que acecha desde las sombras (Habla o calla) 21:06 17 ago 2015 (UTC)
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