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  • Anomalías
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  • Saludos,/X/ Supongo que debería decir por adelantado que soy nuevo aquí, así que ten paciencia conmigo, que no conozco las reglas, ni nada. Un amigo mío me pasó este foro después de que le contara mi historia y le mostrara los materiales que estoy a punto de compartir con ustedes. Él cree que algunos de ustedes lo apreciarán, pero para serles honesto, desde donde estoy sentado este sitio parece más un refugio de idiotas que un “foro de imágenes” sobre lo paranormal. Como sea. Quiero compartir esto y necesito hacerlo de forma anónima, por razones que se volverán claras. Técnicamente, estaré rompiendo la ley, pero si he entendido cómo funciona este lugar, este hilo de conversación habrá desaparecido en más o menos un día.
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  • Saludos,/X/ Supongo que debería decir por adelantado que soy nuevo aquí, así que ten paciencia conmigo, que no conozco las reglas, ni nada. Un amigo mío me pasó este foro después de que le contara mi historia y le mostrara los materiales que estoy a punto de compartir con ustedes. Él cree que algunos de ustedes lo apreciarán, pero para serles honesto, desde donde estoy sentado este sitio parece más un refugio de idiotas que un “foro de imágenes” sobre lo paranormal. Como sea. Quiero compartir esto y necesito hacerlo de forma anónima, por razones que se volverán claras. Técnicamente, estaré rompiendo la ley, pero si he entendido cómo funciona este lugar, este hilo de conversación habrá desaparecido en más o menos un día. Esta es la cosa. Soy un editor de producción de una pequeña casa editorial en los Estados Unidos, no voy a decir ni cuál, ni dónde, así que no pregunten, me gustaría mantener mi empleo; la paga no será maravillosa, pero es un trabajo sencillo y me gustan las personas con las que trabajo. Mucho de lo que publicamos está en la línea de publicación de lo que se reconoce como table books. Es el tipo de libro que la gente hojea cuando está aburrida, pero casi nadie lee de principio a fin. Historias breves de ciertas ciudades o lugares que se venden bien en tiendas de recuerdos. Las biografías y fichas geográficas ocasionales. Algunos museos suelen brindarnos el catálogo de sus galerías. Ese tipo de cosas. Es algo aburrido, pero es estable, tenemos suficientes proyectos y nuestros libros venden para mantenerse a flote; lo que ya es mucho más de lo que muchas pequeñas editoriales pueden decir en estos tiempos. Sobrevivir en este negocio te hace famoso entre historiadores ociosos y gente que se siente experta en una que otra ciudad en medio de la nada, Idaho o algún tema esotérico que en realidad a nadie le importa. Recibimos un montón de manuscritos no solicitados de gente que realmente no debería estar escribiendo libros y CDs llenos de fotografías de gente que en realidad no debería estar tomando fotos. Como somos pequeños y no tenemos una plaza para un editor de adquisiciones, el trabajo de ir entre la pila de curiosidades se rola entre la gente de la oficina. Ocasionalmente, alguien encuentra algo que vale la pena publicar y pasa al proyecto al resto de nosotros, pero nuestro director editorial tiene la última palabra. Por los últimos nueve meses he estado trabajando en un libro que emocionaba a todo el mundo en la oficina. Nuestro editor adjunto lo encontró durante su turno en revisar la pila de envíos. Un viejo que no nombraré nos había contactado de la nada, ofreciéndonos la oportunidad de publicar su archivo de rarezas fotográficas, si demostrábamos tratar el tema con el respeto y la seriedad que él sentía que merecía. Para usar su definición y explicar el título del libro, las fotografías eran “anomalías”, es decir que mostraban algo fuera de lo normal o de alguna forma inexplicable y que usualmente contaba con una historia interesante para acompañarlas. La mayoría de ellas pertenecía a la primera mitad del siglo XX. Como dije, no era el tipo de cosas que publicábamos normalmente, pero las muestras que el tipo mandó en su propuesta eran bastante sugerentes y una vez que vimos el resto de ellas, leímos algunas de las historias y nos dimos cuenta de que ninguna de estas fotografías eran conocidas, supimos que teníamos algo que atraería la atención de la gente. El formato iba a ser simple y clásico, con un montón de espacios blancos; cada foto aparecería en impresión de alta calidad en la página derecha, seguida de una página izquierda en blanco y luego un par de párrafos describiendo la fotografía en la siguiente página derecha. Desde el principio, trabajar con el tipo fue una pesadilla y me llevó una eternidad, básicamente porque se negó a mandar más de un documento a la vez. Él me mandaba una pieza por correo certificado, yo la recibía, la escaneaba y la devolvía por correo certificado de nuevo, sólo al recibir la anterior era que mandaba la siguiente. Parecía pensar que su colección era extremadamente valiosa y estaba bastante paranoico al respecto de perderla, así que sólo asumía el riesgo de una pieza a la vez. Al final, habríamos invertido tanto solamente en costes de envío que hubiera sido mucho más barato mandarme hasta su domicilio con un scanner y una laptop. Estábamos tal vez a un tercio del proceso de producción cuando este cabrón nos jaló el tapete. Alguien le había ofrecido una gran cantidad de dinero por las fotos, mucho más de lo que le habíamos ofrecido por los derechos de edición, con la condición de que la producción del libro se detuviera y las fotografías permanecieran lejos del público general. Exigimos que nos los dijera de frente e intentamos razonar con él, apelando a su orgullo y su deseo de ser “académicamente aclamado” y por algunos días, pareció que había funcionado. Pero cuando regresó a casa, cambió de opinión de nuevo, insultándome a mí y a mi editor por teléfono, exigiendo que se detuviera la producción del libro. Contrató un abogado que se inventó algunas mierdas para cesar su contrato y nos amenazó con una demanda que nos llevaría a la quiebra si continuábamos con el proyecto y perdíamos el juicio. Para añadir a la ofensa, la firma de abogados mandó a un pequeño y molesto ingeniero en sistemas a nuestra oficina para asegurarse de que los originales fueran eliminados por completo de nuestras computadoras. Ya que la gran mayoría del proyecto estaba guardado en mi máquina y había tirado meses enteros de mi vida en él, me sentí y aún me siento violentado y molesto con el asunto. Alguien debería beneficiarse de todo ese trabajo. Esas las razones principales por las que me encuentro aquí. Desafortunadamente no cuento con los scans en alta resolución que hice de las fotografías, pero guardé borradores de trabajo de las descripciones originales y catorce imágenes de calidad media (thumbnails) que Quark creó mientras diseñaba la versión para imprenta. No me pregunten por qué seguimos usando Quark. Es lo que sabemos usar y por lo que pagamos hace ya bastante tiempo. No se supone que lo haga, pero ocasionalmente me llevo algunos archivos de Quark a casa para trabajar los fines de semana. El archivo completo, con las imágenes en alta definición se volvió demasiado pesado para que estuviera llevándomelo a mi casa, la mayoría del tiempo en casa sólo estoy experimentando con fuentes y opciones de distribución, así que nunca añado las imágenes originales hasta que termino. De cualquier forma, luego que toda esta mierda acabó, descubrí que tenía uno de esos archivos de trabajo en la computadora de mi casa, con todo lo que habíamos llegado a terminar, así que lo imprimí en un pdf y luego extraje los textos y las imágenes de ese pdf. Tú te vuelves ahora el beneficiario de esto. Que quede en claro que no puedo confirmar nada sobre la veracidad de estas fotos. No estoy aquí para convencerte de que son reales. Sólo las estoy dejando aquí porque creo que merecen ser vistas y no terminar ocultas en la colección privada de algún cretino ricachón.