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  • Melanie Kobayashi, la matadora de escorias
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  • Ladrones, pervertidos, mafiosos, drogadictos, fumadores, narcotraficantes, pedófilos, violadores, abusivos, mañosos, asesinos, etc. Todos ellos habían aparecido muertos en una cantidad increíble en los últimos meses, a pesar de la ayuda que le hicieron a la policía al matar por fin a todos ellos se preguntaban: ¿Quién hizo esta masacre? "Señor, ¿Qué le pasa?", Le preguntó la oficial preocupada y atenta "Lléveme con el que esta a cargo, se quien mata a las personas", le contestó "¿Qué esta pasando acá?" , le preguntó su superior al señor herido "Se quien mata a las personas", repitió el señor
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  • Ladrones, pervertidos, mafiosos, drogadictos, fumadores, narcotraficantes, pedófilos, violadores, abusivos, mañosos, asesinos, etc. Todos ellos habían aparecido muertos en una cantidad increíble en los últimos meses, a pesar de la ayuda que le hicieron a la policía al matar por fin a todos ellos se preguntaban: ¿Quién hizo esta masacre? Un día en la noche llegó a la comisaria de la ciudad un señor adulto con lo que parecía tener una herida fatal al costado del torso era una de esas heridas de las cuales ya no te puedes salvar, llegó sangrando y salpicando toda la habitación de un horrible color escarlata atrayendo la mirada preocupante de todos los que estaban en ese lugar, en ese momento la oficial que atendía esa noche lo miró preocupada, se acercó a él e intento ayudarlo pero él la rechazó "Señor, ¿Qué le pasa?", Le preguntó la oficial preocupada y atenta "Lléveme con el que esta a cargo, se quien mata a las personas", le contestó La oficial no tuvo opción y lo llevó lo más rápido que pudo a la oficina de su superior, el oficial principal de toda la comisaria, que al ver a su otra oficial traer a un señor ensangrentado se quedó mirándolos preocupado "¿Qué esta pasando acá?" , le preguntó su superior al señor herido "Se quien mata a las personas", repitió el señor El oficial superior pareció asombrarse por unos segundos pero luego volvió a recuperar la compostura "¿No quiere ir a un medico primero?", preguntó gentilmente la oficial que hasta ahora había permanecido callada "Me quedan pocos minutos de vida con ayuda médica y sin ayuda médica, prefiero contar lo que viví para que ustedes sepan la verdad", respondió el señor "Entonces díganos, ¿Quién esta matando a estas personas?", le preguntó el oficial "¿Le puedo contar lo que vi y no me creerá loco?", le contestó el señor "Claro, pero cuéntenos" , le replicó el oficial "Quiero aclarar que yo, soy un narcotraficante de drogas", dijo el señor provocando el asombro de ambos oficiales, esto es lo que continuo de decir el señor: Estaba en las calles más oscuras de la ciudad, a punto de hacer un gran contrato con un señor que me suministraba la droga que narcotraficaba aunque creo que eso es algo obvio, cuando escuché gritos provenientes del lugar donde habíamos quedado en encontrarnos, avancé con la mejor cautelidad de la que fui capaz y entonces la vi. Una chica de una negra melena tapada por un lazo carmesí y adornada por dos colets largos que combinaban con su traje, sus ojos rojos como la sangre helada , la piel blanca como el papel, con un traje rojo con algunas partes blancas muy poco común o mejor dicho un vestido rojo con adornos blancos , llevaba pantis y botas completamente negras, tenía una blusa blanca desgastada y manchada de sangre que estaba rota por la parte de su hombro, esta blusa la tenía debajo de su vestido, y por ultimo una espada reluciente con la hoja afilada pero por ser de noche tomo un color negro brillantethumb Me dí cuenta que ese brillo no era natural si no era sangre, sangre del suministrador de droga con el que me iba a reunir para que me de droga, la chica no hizo ninguna mueca, ni de asco, ni de dolor, ni angustia, ni pena, nada. La chica se volteó y posó sus ojos en mí La sangre de mis venas se heló al sentir su fría mirada posada sobre mí, ella sin embargo no espero a que yo hiciera algo y se lanzó por mí con su espada afilada; recuerdo haber soltado un gritó débil pero la chica ya se había puesto encima mío y me había inmovilizado con sus piernas cubiertas por esas pantis negras. Ella ya me había inmovilizado y apuntaba con su espada mi cuello. La chica por fin hablo, una voz dulce y a la vez fría "¿Así qué, tú eras esa persona que se iba a reunir con él?", soltó "Tal vez", le dije "¿Tal vez, eh?", dijo presionando aún más su espada contra mi cuello "¿Quien eres?", le pregunté tratando de evadir el tema de que me iba a asesinar "No te importa, pero, puedes llamarme la matadora de escorias" , me contestó con una sonrisa "¿La causante de muertes?", pregunté "La que a matado a esos sucios criminales" , dijo con tranquilidad "Fuiste tú...", susurré sorprendido y atontado "¡Si! ¡A sido divertido!", exclamó orgullosa y feliz por haber matado a más de 60 personas en unos pocos meses "¡Cómo te atreves!", le grité molesto Me miró molesta, su mirada fría volvió aparecer en su rostro inexpresivo, me amenazó con su espada que estaba aún con algo de sangre "Hago lo que quiero con esa escoria humana que no sirve para nada", me dijo molesta "¡No tienes derecho, ¿quien te crees para hacer eso?", le volví a levantar la voz, estaba enojado pero debía cuidar mi vida aunque de seguro ya era tarde para eso "Soy la usada por el cielo, el mismo cielo al que rezas me a pedido matar a esas escorias", me dijo con voz seca "Estas loca", le dije Rió secamente, a pesar de tener la apariencia de un ángel estaba mal, esa risa sonaba tan psicópata y seca que retumbo mis oídos "Di lo que quieras, total, también eres escoria y no tienes derecho a quejarte", se defendió "¿Matas a todos los que se acercan a ti en la calle?¿Tienes un problema mental?", le pregunté ya harto de este tema de escorias y el cielo "No mató a todos, solo a los abusivos, asesinos, drogadictos, narcotraficantes, pedofilos, abusadores, a todos ellos y a los que hacen cosas malas, el cielo me lo ordena", volvió a decirme con esa sonrisa en la cara "Nadie te ordena nada, solo eres una psicópata loca", le aseguré Se volvió a reír secamente "Eres la escoria más divertida con la que me encontrado, cuando te vi, estaba a punto de reírme de las suplicas de ese hombre o mejor dicho de esa escoria", me aseguró divertida "¡Loca, Psicópata, Esco-", comencé a gritarle cuando algo me interrumpió Un profundo corte en el torso que hizo que soltara un grito de dolor, su espada bañada otra vez en ese raro brillo solo que esta vez mi sangre le daba ese brillo que tanto me había espantado hace unos minutos, era una herida dolorosa "¡Nadie me dice escoria!", me gritó enojada La empujé con todas mis fuerzas creo que se dejó sacar de encima porque en unos segundos ya estaba corriendo por la pista, desangrando por la herida hecha por esa psicópata que se había quedado sentada con una sonrisa maliciosa en sus labios "¡Corre rápido escoria que esa herida te matará, no importa cuanto tratamiento le hagas, te matará y por cierto cuéntale a tus amigos sobre mí recuerda que yo nunca falló, las escorias morirán por obra del mismo cielo!", gritó ella antes que me fuera corriendo y ya no pudiera escucharla Cuando el señor acabo de relatar esa historia los oficiales se habían quedado atónitos, le pidieron al señor que ellos iban a salir un momento, el señor les dijo que esta bien y ambos salieron casi como un rayo de la oficina del oficial superior, la primera en hablar fue la oficial "Tal vez tenga razón, y hay una chica psicópata con algún clase de trauma contra ellos" , le dijo la oficial a su superior "No se si creerle pero no se ni que pen-", estaba diciendo el oficial superior cuando un gritó de dolor lo interrumpió, venía de la oficina del oficial, ambos entraron y vieron el horroroso lugar; el cuerpo sin vida del señor en la cual había un gran agujero donde chorreaba sangre escarlata, la palabra "escoria" escrita con la misma sangre y la chica descrita en la historia de hace unos momentos estaba de pie al costado de la ventana junto al escritorio del oficial, aún tenía esa espada que tanto había encantado al señor; la chica al notar la presencia de los oficiales se volteó y los miró fijamente sin embargo no los atacó "Sigan combatiendo a estas sucias escorias humanas", les dijo señalando con la cabeza al señor "¿Tu quién eres?" , le preguntó firmemente el oficial superior "Soy la causante de las muertes", dijo citando lo que el chico había dicho y sin decir más desapareció de un salto por la ventana El PASADO: Yo era una adolescente normal de 15 años que no hacia más que intentar vivir su vida, aunque con una madre excesivamente religiosa que era ademas de eso muy dura por eso mis esperanzas por salir de este lugar eran muy pocas, como en este pueblo que me acabo de mudar con mis padres, igual que mi madre es excesivamente religioso "Mamá este sitio no es un lugar para una adolescente de 15 años como yo" , le volví a repetir como por milésima vez a mi mamá que estaba cansada de oírme quejarme "Vamos Melanie déjate de escusas y ayuda en algo", me aconsejó de una manera irritada "¡Papá tu eres el que me comprende ayúdame!" , le supliqué a mi padre "Lo siento Melanie pero tu madre iba a decidir donde mudarnos esta vez", me contestó mi modesto padre "Mierda...", susurré intentado que nadie me escuchara en principal mi madre Pero en menos de 5 segundos tenía la cabeza volteada unos 90° grados por el cachetadón que me acababa de dar mi madre la cual me miraba con los ojos llenos de furia que parecían que querían comerme viva, era de cierta forma aterradora "¡No hables así en ningún lugar ¿me entendiste Melanie?!, me gritó mi madre "Esta bien", aseguré de mala gana Mi madre me dio la espalda, casi abofeteándola con su cabellera negra la cual tenía en común todos los miembros de esta pequeña y dictatorial familia, miré a mi padre en busca de apoyo pero este se limito a mirarme cansado y soltar un suspiro, sabía que mi madre era demasiado exagerada y molesta Pasé adentro de la casa donde nos íbamos a mudar pero cuando lo hice noté una punzada de cólera, no era una casa, o una mansión, o un departamento o lo que sea si no era una pequeña iglesia con habitaciones en la parte de arriba del establecimiento, me le quede mirando embobada con incredulidad y entonces mi madre bajó de las escaleras las cuales yo no la había visto ni subirlas. "¿Qué te parece?" , me preguntó mi madre feliz No respondí, entonces vi un cartel que decía: "solo para futuras sacerdotisas mujeres", se me formaron nudos involuntarios en el estómago al saber que mi madre me obligaría a ser una sacerdotisa pero se me formó otra más grande al recordar la palabra:" sacerdotisas mujeres " "Mamá, ¿donde se va a quedar papá?", pregunté temiendo lo peor "Yo y tu padre nos separamos", me anuncio fríamente mi madre sin dirigirme la mirada Sentí como el corazón se me encogía no por la frialdad de esta mujer que hace llamarse madre si no por mi padre, él había sido la única persona que me entendía en todo el mundo gracias a que yo no era muy sociable y ahora que él se iba ya no iba a poder aguantar vivir con su madre, mis ojos se cristalizaron y me lancé a los brazos extendidos de mi bondadoso y modesto padre Mi padre me abrazó con fuerza y con un tenue sonido susurró: Entonces la gruesa y chillona voz de mi madre rompió ese cómodo y hermoso momento padre e hija que no se iba a volver a repetir nunca "Hija me tendrás a mí, ¡a tú madre adorada y no a tu padre!", gritó mi madre feliz, a pesar de ser sacerdotisa y eso era una persona mal de la cabeza y eso mi padre y yo lo sabíamos pero esta vez no aguanté más "¡Yo no te quiero a ti !", le grité molesta y me fui corriendo con lagrimas en los ojos a lo que supuse que era mi habitación, y ahí sola sin nadie que me viera, me puse a llorar pero de verdad Había pasado tiempo desde que mi padre se fue y la vida que tenía se hacía cada vez más complicada con lo que era ahora mi madre o algo así, ya no hablábamos solo peleábamos sobre cualquier cosa mínima y diminuta pero en una noche, todo eso cambio. Acababa de llegar a una fiesta a la cual mi madre había prohibido ir pero no me importó, apenas me sumergí en las thumbsabanas sin cambiar mi vestido rojo con blanco, mis pantis y botas negras y esa blusa blanca limpia que me encantaba por ser un regalo de mi padre antes de irse, escuché pasos en la casa, mi madre no estaba en la habitación que compartíamos así que fui por precaución a la caja de armas de mi madre,ya que ella decía que era por precaución aunque que mi madre tuviera armas la dejaba preocupada Cogí lo más fácil de usar según yo, una espada samurai, era blanca aunque por la oscuridad se tornaba negra; salí lo más silenciosamente que pude y avancé unos pasos y fue cuando vi la escena más asquerosa de mi vida. Dos hombres estaban violando a mi madre sin ninguna compasión, provocando que la madre que alguna vez ame soltara chillidos y sollozos de dolor que me hacían un nudo en la garganta, a pesar de odiarla era su madre, sentí lagrimas en los ojos y apreté aún más su espada, lo que hice podría haber sido un suicidio Salí de mi escondite y mire a través de lagrimas duramente a ese par de hombres, estos se quedaron atónitos igual que su misma madre pero yo solo pude chillar con asco en mis palabras "¡Morirán sucias escorias!", grité Me lancé sobre ellos sosteniendo la espada y los mate en dos fáciles cortadas rápidas y precisas provocando el asombro de mi madre y el mio también, yo ya no sentía la espada como un arma si no como una extensión de mi brazo lo cual la impresionaba pero entonces mi madre se paró, recta y con compostura por un momento pensé que la iba a felicitar por salvarlme pero a vez de eso me tiró una cachetada "¡Mírate ahora tú eres una sucia escoria, el cielo no te manda a matar a las escorias pero tú no les haces caso!", me gritó fuertemente mi madre entonces, la misma madre que me estaba gritando, la misma madre que me había criado con "amor" me tiró un puñete a su hija Estoy segura que mi madre no se dio cuenta que ya no era totalmente yo, ese puñete fue lo suficiente duró para quitarme la cordura y que a vez de entender: "¡Mírate ahora tú eres una sucia escoria, el cielo no te manda a matar a las escorias pero tú no les haces caso!", yo entendí :" ¡Mírate ahora tú eres la matadora de escorias, el cielo te manda a matarlas hazle caso! Mi cordura perdida y las palabras de mi madre para mi resultaron ser las más significativas, yo pienso que el mismo cielo me manda a matar, que soy "la matadora de escorias" lo cual nunca pasó pero en mi cabeza eso ea lo que pienso Así que sin esperar más atravesé a mi madre por la mitad con la espada que había encontrado, mi madre soltó un grito de sorpresa con dolor y calló muerta derramando ese líquido escarlata tan peculiar por toda la habitación Después de matar a mi madre me fue con paso ligero sin preocupación alguna mientras arrastraba la espada samurai que resonaba contra el suelo, me fue con la misma ropa con la que había matado a esas tres escorias "Maté a esas sucias escorias pero mi trabajo aún no acaba", murmuré sonriendo de medio lado, con el aspecto de loca psicópata que tanto me encanta Cuando la policía llegó dijo que era un homicidio de 3 personas y la desaparición de una sin embargo nunca me encontraron y unos días después comenzaron a aparecer todos los ladrones, fugitivos, violadores, todos ellos y más muertos en la calle sin ninguna explicación pero con cortes fatales que les produjeron la muerte.