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  • Odiar al mundo no me basta
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  • thumb Este es el relato de un chico que correspondía a el nombre Claudio, alguien “normal” o eso se suponía, él tenía un grave problema guardado para el mismo, la posesión de 2 personalidades que lo deterioraron dañando su cerebro hasta volverlo un ser sediento de muerte humana, sus casos de asesinato no han sido publicados por ser demasiado grotescos pero se conoce uno el cual también es la historia de este depravado personaje. Él estaba sentado escribiendo en su cuaderno cuando dos chicos amenazantes se acercaron a él, eran gemelos. - ¡Hey! ¡Dame eso!- Dijo Claudio gritando y enfadado.
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  • thumb Este es el relato de un chico que correspondía a el nombre Claudio, alguien “normal” o eso se suponía, él tenía un grave problema guardado para el mismo, la posesión de 2 personalidades que lo deterioraron dañando su cerebro hasta volverlo un ser sediento de muerte humana, sus casos de asesinato no han sido publicados por ser demasiado grotescos pero se conoce uno el cual también es la historia de este depravado personaje. Al acabar de entrar a la secundaria sufriendo los cambios del crecimiento, otras cosas extrañas cambiaban en él, al tercer mes de la escuela, él sentía que tenía personas habitando en él pero no le dijo a nadie y trató de ignorarlo. Cada que enfurecía el se dañaba golpeándose, ahorcándose, incluso llegando al borde del suicidio, confundido por lo que pasaba. Sollozaba por las noches en silencio y al día siguiente pretendía la vida normal que se suponía tenía o más bien aspiraba hasta que un día algo inusual ocurrió en la escuela. Él estaba sentado escribiendo en su cuaderno cuando dos chicos amenazantes se acercaron a él, eran gemelos. - Vaya, vaya si es “Don callado”- dijo uno de ellos, se llamaba Bryan. Él se quedó callado, (dando más razón a el apodo que le puso), tratando de ignorarlo pero se terminó su paciencia cuando le arrebataron el cuaderno. - ¡Hey! ¡Dame eso!- Dijo Claudio gritando y enfadado. -¿O qué? ¿Me vas a golpear? Jajaja, me gustaría ver eso.- Dijo el otro gemelo llamado Bartolomé. Después de eso Claudio escuchó una voz en su mente diciéndole “Mátalo o te seguirá insultando” y otra susurrándole “No dejes que te molesten tu eres mejor que ellos” las voces repetían eso al grado que le dolió la cabeza agudamente, el perdió la razón, sentía que moría no lo podía soportar más y… no se contuvo, sus ojos perdieron el brillo, tomó unas tijeras filosas, se paró de su asiento y las alzó con puño firme y... todo se tornó en color carmesí por la sangre de aquel desafortunado chico con una perforación en la garganta, Bartolomé. Todos en la clase estaban aterrorizados y paralizados al ver tal escena. Bryan, temerosamente lloraba la muerte de su hermano, pero… Claudio no estaba satisfecho, después de cortarle la garganta volvió a encajar aquellas tijeras en su rostro, extrayendo su globo ocular derecho, todos estaban asqueados por lo grotesca que se vio esa acción, después de eso tomó una hoja de papel en la cual escribió “odiar al mundo no me basta”en letras rojas, con la sangre de ese muchacho, tomó un alfiler y clavó esa nota en la mano de Bartolomé, él ya no sentía dolor, pues… ya estaba muerto. - Te dejaré vivir si me dejas en paz para siempre. - Esas fueron las últimas palabras de Claudio a Bryan, él contestó con un gesto de aprobación producido por su rostro. Claudio no volvió a su casa ni a la escuela, porque era un homicida tenía que huir por siempre, el vestía un gorro negro, sudadera con capucha gris y pantalón de mezclilla, tenía el cabello medio-corto lacio de color castaño claro y llevaba lentes, en sus crímenes siempre deja la nota “Odiar al mundo no me basta” siempre escrito en la sangre de sus víctimas. Hoy en día no se sabe su paradero pero si ve a alguien que cumple la descripción huya ya que él no dudará en matarte ya que… Odiar al mundo no le basta.