| rdfs:comment | - La dilatada experiencia de Shigekuni Yamamoto-Genryūsai, incomparable en cualquier escala al resto de los personajes de Bleach, lo convierten en uno de los personajes más poderosos de la serie, si no el que más. El mismísimo Sōsuke Aizen ha reconocido la superioridad de Yamamoto, un Shinigami capaz de enfrentarse a un mismo tiempo con dos capitanes de alto nivel y ponerles contra las cuerdas sin ni siquiera sufrir un rasguño, o de enfrentarse a puño limpio con un enemigo como Wonderweiss, que previamente había derrotado a Kensei Muguruma, pese a que éste había liberado su Bankai.
|
| abstract | - La dilatada experiencia de Shigekuni Yamamoto-Genryūsai, incomparable en cualquier escala al resto de los personajes de Bleach, lo convierten en uno de los personajes más poderosos de la serie, si no el que más. El mismísimo Sōsuke Aizen ha reconocido la superioridad de Yamamoto, un Shinigami capaz de enfrentarse a un mismo tiempo con dos capitanes de alto nivel y ponerles contra las cuerdas sin ni siquiera sufrir un rasguño, o de enfrentarse a puño limpio con un enemigo como Wonderweiss, que previamente había derrotado a Kensei Muguruma, pese a que éste había liberado su Bankai. El inmenso poder espiritual que posee Yamamoto es capaz de cortar la respiración y casi ahogar a una subcapitana, con tan sólo mirarla a los ojos. En el momento en que despliega su energía, ésta puede ser sentida a grandes distancias como un aura ardiente cargada de amenaza y agresividad, cuya sola presencia hace estremecer a Shinigamis experimentados como son Shunsui Kyōraku y Jūshirō Ukitake. Como no podía ser de otra forma, Yamamoto sobresale en las cuatro disciplinas que distingue Aizen como las básicas en el entrenamiento de cualquier Shinigami. El Comandante General del Gotei 13 es un maestro en el Shunpo, con el cual se puede desplazar a increíbles velocidades, tal y thumb|Barrera Kidoh de Yamamotocomo demostró en la Saga de la Sociedad de Almas al sobrepasar a Kyōraku y Ukitake, llegando aún antes que ellos al lugar donde iban a luchar, y permitirse el lujo de esperarles sentado.
|
