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  • Amareo
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  • thumb|200px|Emblema de la Compañía de la Muerte Amareo es uno de los nombres de héroes del Capítulo de los Ángeles Sangrientos mas conocidos, pero prácticamente no se sabe casi nada del hombre tras él. Pese a que ha dado nombre a uno de los Cruceros de Asalto de la flota de los Ángeles Sangrientos y por si fuera poco, a la denominada Torre de Amareo (en el monte Galaspar de Baal), también conocida como Torre de los Perdidos (que es donde se encierra a los que están demasiado afectados por la Sed de Sangre), poco se sabe de él como persona.
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  • thumb|200px|Emblema de la Compañía de la Muerte Amareo es uno de los nombres de héroes del Capítulo de los Ángeles Sangrientos mas conocidos, pero prácticamente no se sabe casi nada del hombre tras él. Pese a que ha dado nombre a uno de los Cruceros de Asalto de la flota de los Ángeles Sangrientos y por si fuera poco, a la denominada Torre de Amareo (en el monte Galaspar de Baal), también conocida como Torre de los Perdidos (que es donde se encierra a los que están demasiado afectados por la Sed de Sangre), poco se sabe de él como persona. Se sabe que fue un Señor del Capítulo de hace muchos milenios, posiblemente justo en el momento que se empezaron a notar los peores efectos de La Imperfección en los miembros de los Ángeles Sangrientos, al menos unos 300 años después de finalizar las Purgas. De ahí que la torre donde se encierra a los que más afectados estén se llame Torre de Amareo. Amareo fue también quien creó la Doctrina de Amareo, uno de los pilares básicos del Culto a Sanguinius, que es el conjunto de doctrinas y creencias de éstos y sus Sucesores. Esta doctrina provocó entre los Ángeles Sangrientos y sus Sucesores, y el resto de Capítulos, un cisma que ha fomentado desconfianzas entre ellos. Amareo postulaba que no importaba dónde hubiera muerto un hijo de Sanguinius o cuánto tiempo hubiera pasado, las almas de los caídos siempre volvían para descansar en Baal. Cada año se recuerdan las palabras de Amareo en la misma nave de la Fortaleza-Monasterio donde dijo sus palabras y se tocan grandes campanas. Mientras se tocan las campañas un grupo de oscuras criaturas aladas negras sale volando desde lo más alto del campanario de la Torre norte (la de Amareo) y revolotean entre las torres de la Fortaleza-Monasterio mientras tocan las campanas. Después de de que suene la última campanada, las criaturas, sean lo que sean, vuelven a su lugar de descanso hasta el año siguiente. ¿Son realmente los Ángeles Sangrientos muertos que vuelven convertidos en esas criaturas a su hogar? ¿Manifestaciones psíquicas? ¿Mutaciones? Nadie lo sabe, pero muchos sabios en el Imperio susurran una vieja palabra de las antiguas leyendas de Terra. Un mito medio olvidado... Esa palabra es Vampiro.