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  • Hora de Morir
  • Hora de morir
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  • Hora de Morir (消えてろ, Kietero, lit. "Disappear") es un ataque rápido usado por Cell Super Perfecto en su batalla con Gohan.
  • Saito era un estudiante de primer año en la preparatoria Fujisawa en Osaka. Él, aunque era lindo, era tímido y serio: no se metía con nadie del instituto. Sus notas eran buenas y en los recesos sólo miraba el jardín y ponía música. A mi me intrigaba este chico, pues me parecía algo misterioso pero agradable, así que traté en varias ocasiones de acercarme a él, pero mis intentos fueron en vano, ya que siempre terminaba marchándome cuando Saito notaba mi presencia, pero eso no fue impedimento para que me diera cuenta de que su vida como estudiante de preparatoria solitario no era la mejor. Keiichi era uno de los típicos abusadores del colegio. Pese a que Saito nunca se metió con él, Keiichi lo traía en la mira, pues le parecía insoportable que Saito ni si quiera contestara cuando él hablaba,
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  • Cell Super Perfecto
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  • Cell usa el ataque contra Vegeta
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Nombre
  • Hora de Morir
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  • Saito era un estudiante de primer año en la preparatoria Fujisawa en Osaka. Él, aunque era lindo, era tímido y serio: no se metía con nadie del instituto. Sus notas eran buenas y en los recesos sólo miraba el jardín y ponía música. A mi me intrigaba este chico, pues me parecía algo misterioso pero agradable, así que traté en varias ocasiones de acercarme a él, pero mis intentos fueron en vano, ya que siempre terminaba marchándome cuando Saito notaba mi presencia, pero eso no fue impedimento para que me diera cuenta de que su vida como estudiante de preparatoria solitario no era la mejor. Keiichi era uno de los típicos abusadores del colegio. Pese a que Saito nunca se metió con él, Keiichi lo traía en la mira, pues le parecía insoportable que Saito ni si quiera contestara cuando él hablaba, pero su paciencia llegó al límite en una ocasión cuando venía cargando 4 libros de su clase que debía llevar a la biblioteca y Saito chocó con él luego de cerrar su locker y volteárse, provocando que los libros que Keiichi llevaba se cayeran. Saito ayudó a recogerlos y apilarlos y posteriormente se marchó al frente del jardín no sin antes ofrecer una disculpa, disculpa que no fue bien recibida por Keiichi que, furioso, soltó varios insultos y maldiciones dirigidas a Saito. A partir de ese día, Keiichi y sus amigos Ayase, Hikaru y Tsukasa, se empeñaron en hacerle la vida imposible a Saito. Yo fui testigo de todo lo que le hacían. Keiichi y su pandilla golpeaban a Saito en cada ocasión que podían, arrojaban basura a su banca, se burlaban de él y lo hacían quedar en ridículo frente a toda la clase, incluso rayaron su banca y su silla la arrojaron por las escaleras, pero Saito no hacía nada por defenderse, simplemente evitaba pelear, pero, a pesar de todo, no parecía estar afectado, sino que actuaba con indiferencia, como si no pasara nada, simplemente se quedaba callado y miraba al suelo, pero con una mirada fría, asensible, no parecía estar enojado o rabiando, pero tampoco parecía triste o deprimido, eso era lo que más me impresionaba de Saito. Yo nunca me metía en las peleas con Keiichi y pandilla, pero no era por miedo, era más bien porque no tenía deseos de involucrarme, pero cuando le hacían algo a Saito, iba con él para ayudarlo, pero nunca nos dirigimos una palabra, nunca excepto una vez en que me preguntó: "¿Por qué me ayudas cuando Keiichi me molesta?". Yo no respondí. Lo miré y me fui. No es necesario mencionar que Saito tampoco insistió y ni si quiera aparentaba estar confundido. Yo nunca lo demostré, pero tenía miedo de lo que pudieran hacerle a Saito y más que de por si él no hacía el más mínimo intento por defenderse, aun así trataba de hacerme la idea de que mi preocupación era mera exageración y que no pasaría a mayores, que Saito podría sobrellevarlos y que en tres años se libraría de ellos, grave error. Me dí cuenta de que mi miedo no era paranoia, que realmente la situación iba a empeorar: Saito iba saliendo del salón con un libro abierto en mano dirigiéndose al jardín cuando Ayase y Tsukasa lo agarraron de los hombros, parearon su mano haciendo que el libro saliera volando y lo jalaron hasta el baño de varones, en donde esperaban Keiichi y Hkaru. Yo venía caminando por el pasillo cuando escuché risas en el baño, me acerqué para oír y alcancé a escuchar que se burlaban de Saito soltando amenazas, traté de abrir, pero estaban completamente encerrados. Yo revolví algunas cosas en mi mochila hasta hallar un sujetapapeles con el cual forcé la cerradura para poder entrar. Tsukasa me jaló para que entrara y volvió a cerrar la puerta, acto seguido, me soltó. Una vez adentro me dí cuenta de que Saito estaba realmente asustado, se notaba en sus ojos, pero su expresión facial lo ocultaba. Esa fue la primera vez que lo vi en ese estado, y no era para menos, Keiichi lo estaba golpeando. Saito estaba arrinconado mientras los chicos le quitaban la ropa e incluso lo tocaban en señal de burla sólo con el afán de asustarlo. Yo sentí un odio inmenso hacia esos bastardos, ¡Ellos no tienen derecho a tratar así a Saito sólo por un accidente! Yo no lo pensé dos veces, me quité la camisa y se la puse encima a Saito, que la jaló en un intento desesperado por cubrirse mientras me miraba agradecido. Al ver esto, Keiichi se molestó y me golpeó con tal fuerza que caí al suelo. Keiichi se hincó dejando cada pierna en cada uno de mis costados y comenzó a golpearme, sus manos se llenaron de sangre. Saito vio todo esto y cuando se dio cuenta de que yo ya estaba extremadamente debilitado se arrojó sobre Keiichi y lo golpeó tan fuerte que quedó inconsciente. Hikaru y Ayase trataron de detener a Saito pero él los golpeó tanto que quedaron inconscientes al igual que Keiichi. Tsukasa trató de huir, pero Saito no lo permitió y lo golpeó, varias veces en la cabeza y lo apuñaló, finalmente le estrelló la cabeza contra el espejo para matarlo, mientras lo hacía alcancé a escucharlo decirle a Tsukasa: "Llegó tu hora". Yo me asusté un poco, pero me dí cuenta de que Saito lo había hecho para salvarme. Saito: Tú me ayudaste en el pasado, es mi turno para devolverte el favor. Yo lo miré asombrado y luego me ayudó a levantarme. Nos fuimos a casa. Fue a partir de lo ocurrido en el baño que empezamos a juntarnos y a charlar. Todo era tranquilo ya que nadie sospecharía de dos jóvenes estudiantes que jamás han dado problemas, además Keiichi, Hikaru y Ayase estuvieron ausentes por 3 meses. Durante esos 3 meses nos reuníamos fuera de clases, para practicar espiritismo, pues nos dimos cuenta de que a los dos nos atraía el mundo de lo paranormal. Intentamos de todo, desde la invocación a Verónica hasta jugar con el Kokkuri-san, pero fue en una sesión de esas que algo cambió, y ya nada volvería a ser lo que era. Esta historia tendría un final perfecto. Eran las 3:25 a.m. cuando empezamos a escuchar ruidos en la casa jugando el juego de la copa. Esto realmente ya no nos asustaba debido a que ya estábamos acostumbrados, incluso estábamos acostumbrados a ver objetos moverse solos, pero esta vez fue diferente. Las sillas salieron volando contra los espejos de pared y los espejos de bolsillo quedaron totalmente destrozados de la nada, luego, la mesa sobre la que teníamos el tablero se movió hacia mi de modo que quedé esquinado con la mesa enfrente de mí. La copa con la que jugamos ahora estaba llena de sangre y goteando, pero no se movía. Saito: Debemos beberla. Yo: N-no me parece que eso sea una buena idea, Saito. Saito: Es lo que ellos quieren. Así se detendrá esto, y podremos terminar la sesión en paz. Asentí con la cabeza. Cuando Saito y yo bebimos la copa, todo se detuvo y las luces se encendieron. Como ya era tarde, Saito me permitió dormir en su casa, cosa que no era novedad para mí o para él. 6 Días habían pasado después de lo ocurrido y ni Saito ni yo habíamos dicho nada a nadie. Esa noche, a eso de las 12:00 a.m., luego de unos mareos incesantes , me miré en el espejo y vi que mis ojos azul verdosos se habían vuelto negros y lloraba sangre negra, luego vi el reflejo de Saito en mi lugar, sus ojos ámbar se habían vueltos negros también y al igual que yo, lloraba sangre negra, luego volví a ver mi reflejo con los ojos negros antes de ver mi reflejo normal. Me parece que a Saito le ocurrió lo mismo. Al día siguiente Keiichi y sus amigos habían regresado al colegio. Nos siguieron molestando en público, pero en privado trataban de evitarnos, ya que las burlas ya sólo eran para tapar lo sucedido, algo en lo que nosotros contribuimos al no revelar nada a nadie y seguir el juego, pero esta tregua no duraría mucho tiempo: Saito y yo nos quedamos hasta tarde en el instituto ese día con el pretexto de estudiar en la biblioteca, pero la verdadera razón de nuestro retraso por llegar a casa de Saito era porque Ayase se había quedado en la biblioteca sacando información para su proyecto de ciencias. Cuando el salió de la biblioteca, nos dimos cuenta de que no había nadie en ese piso, así que salimos corriendo detrás de Ayase y lo tiramos en la escalera de subida, ahí saqué una navaja y le hicimos varias heridas, pero siendo cuidadosos de no matarlo, hasta que nos aburrió y le abrimos el estómago y sacamos sus intestinos, seguía vivo cuando a penas estábamos retirando el intestino delgado así que se lo enredamos en el cuello y lo ahorcamos. Yo: Es tu turno. Keiichi se mostró asustado cuando se enteró de la muerte de Ayase. Él sabía que habíamos sido nosotros. Dos semanas después, Hikaru se quedó entre los últimos en salir porque se atrasó con un apunte y le pidió a Jinn que lo ayudara. Jinn salió antes, pero le dejó su cuaderno a Hikaru. Jinn indicó que él iba bien y que si quería se lo devolviera el lunes (era fin de semana). Hikaru terminó de recoger sus cosas y se dispuso a salir del aula. Cuando salió al patio, Saito y yo le pusimos un pedazo de tela en la cara y lo arrastramos hasta un callejón, donde lo golpeamos hasta matarlo. Saito: Llegó tu hora. El lunes dejamos el cuaderno de Jinn encima del escritorio, pero nos aseguramos de escondernos hasta que los estudiantes llegaran para que no se dieran cuenta de que nosotros lo habíamos colocado ahí. Keiichi se sentó sin decir una palabra, cuando lo miré, noté que en sus ojos se mostraba un odio incierto, algo que no podía sacar como él quería, él sabía que lo hicimos por venganza, pero creía que sólo se trataba de tortura psicológica, por eso se mostró con odio pero también con una tristeza profunda. A partir de este momento nos dejó de molestar aun en público, él sabía que nosotros los habíamos matado. Ese día, Keiichi entregó su proyecto, pero el profesor decidió no ver el CD porque pensó que el formato escrito era demasiado mediocre. Keiichi pidió una oportunidad para mejorarlo. Su petición fue aceptada. Al término de clases, Saito y yo seguimos a Keiichi, que estando consciente de esto trató de guiarnos a una dirección equivocada, pero logramos sorprenderlo. Keiichi: ¿Qué quieren de mí? Ya me quitaron todo lo que tenía en el mundo, mis amigos ¡¿Qué más quieren?! Saito: ¡Tú me quitaste la paz, irrumpiste en mi intimidad e incluso me hiciste perder la cordura! Yo: Te burlaste de Saito y de mí, me golpeaste y me hiciste caer en el agujero de la demencia. Saito/Yo: ¡¡Esto lo vas a pagar!! Keiichi trató de huir, pero lo alcanzamos y le pusimos una navaja enfrente. Llamamos a un taxi y fuimos a una casa que había estado abandonada desde hacía ya unos 10 años. Keiichi se soltó bruscamente al llegar ahí y nos miró con un odio absoluto. Keiichi: ¿Por qué me trajeron aquí? Yo: Tú dijiste que te habíamos quitado a tus amigos, que eran lo único en el mundo que tenías. Te trajimos aquí para que los vieras por última vez. Dicho eso, lo llevamos a las escaleras del sótano y lo tiramos de ahí. Keiichi gritó y dijo no sentir más las piernas. Luego nos acercamos a él y con la navaja le cortamos las manos y le sacamos los ojos Saito/Yo: Es hora de morir. Para terminar nuestro pequeño juego, le sacamos el corazón y arrojamos su cuerpo sobre una pila de cadáveres, los cuerpos de Ayase, Tsukasa y Hikaru. Les rociamos gasolina y les arrojamos un encendedor. Salimos de ahí. Volvimos a la casa de Saito y al día siguiente nos presentamos con total normalidad en el instituto, pero al mes dejamos la ciudad. No te preocupes por nosotros, sabemos a dónde vas por las tardes. Lo que comenzó como un acto de defensa ha desenlazado un juego, un juego en el que dos asesinos de sangre fría persiguen una víctima. Si te preguntas por la víctima, sólo me queda decirte que Tú estás en el juego. Antes de concluir, el chico que cuidó de Saito antes de la muerte de Tsukasa se llamaba Takeshi, pero él ya no existe, pues ya no tiene acceso a su propio cuerpo. Yo, su actual dueño soy Lucifer. Nos veremos pronto X2A
  • Hora de Morir (消えてろ, Kietero, lit. "Disappear") es un ataque rápido usado por Cell Super Perfecto en su batalla con Gohan.