PropertyValue
rdfs:label
  • Los horrores del hospital
rdfs:comment
  • La gente nunca sabrá. La gente nunca va a comprender los horrores del hospital. Los he visto de cerca. El hospital en otro tiempo fue conocido como "Trans-Allegheny Lunatic Asylum”. Está situado en Weston, Virginia Occidental. He trabajado como psicólogo allí, y fueron algunos de los peores días de mi vida. Los pacientes estaban tan drogados, que se quedaban mirando la pared por horas. “¿Cómo se siente hoy Sr. Jones?” “¿Cómo maneja usted la muerte, Dr. Brixiam?” “¿Estás preocupado de la muerte”? “¿Qué es lo que sabe”? “¿Por qué preguntas eso?” Por qué me siento muerto, siento la muerte a mi alrededor!
dcterms:subject
abstract
  • La gente nunca sabrá. La gente nunca va a comprender los horrores del hospital. Los he visto de cerca. El hospital en otro tiempo fue conocido como "Trans-Allegheny Lunatic Asylum”. Está situado en Weston, Virginia Occidental. He trabajado como psicólogo allí, y fueron algunos de los peores días de mi vida. Los pacientes estaban tan drogados, que se quedaban mirando la pared por horas. Hablé con ellos, imaginé el mundo que los rodea, un mundo que no puede existir. Recuerdo que fui a la habitación de un hombre en particular, Ted Jones. Sufría de una enfermedad desconocida, estaba parado en ese hospital debido a sus alucinaciones. “¿Cómo se siente hoy Sr. Jones?” “¿Cómo maneja usted la muerte, Dr. Brixiam?” “¿Estás preocupado de la muerte”? “¿Qué es lo que sabe”? “¿Por qué preguntas eso?” Por qué me siento muerto, siento la muerte a mi alrededor! Él se abalanzo sobre mi, y me cerró la puerta, se encerró conmigo dentro. Entonces me di cuenta que el tenia un cuchillo. No tenía ni idea de cómo se las había arreglado para conseguirlo. Mi corazón latía más rápido de lo que podía pensar. Tome aire y llame a seguridad, lo noquearon y lo ví caer al suelo riendo cínicamente. Había muchos otros, tuve que salir corriendo de la habitación muchas veces. Yo temía de esos hombres. Todos podrían tener armas como Ted Jones. Sería tan fácil para ellos apuñalarme. Fue en el último año en que me volví paranoico, alterado por el miedo que estos hombres querían de mí. Me tomé unos días de descanso y pensé en mi posición. Pensé en mi vida, en mi propósito. Me parecía sólo tener uno, servir a los pacientes del hospital por cualquier medio posible. Y yo estaba obligado a hacerlo, a pesar del terrible miedo en mi cuerpo. De mala gana regresé al hospital, mis dedos estaban temblorosos. Abrí la puerta y vi las puertas blancas, en donde los enfermos mentales se encontraban. Todos mirando con indiferencia las paredes. Algunos hablaban con ellos mismos, otros estaban cantando o tarareando. El aire frío que alguna vez había llenado este lugar, se había vuelto aún más gélido. Yo iba a ver a un hombre llamado Craig Clinton hoy, un hombre que había sufrido con la esquizofrenia. Los medicamentos le ayudaba, pero afirmó tener visiones. Me sorprendió, cuando entré en la habitación, encontrar al hombre sentado cortésmente en la silla, con una expresión alegre en sus profundos ojos azules. Levantó la vista hacia el techo, como si estuviera en trance en otro mundo. "Yo... lo siento, llego tarde. Tenía unos papeles que llenar ". “No se preocupe” “¿Cómo se siente hoy señor Clinton?” “Estoy bien” “¿Por qué cree que está bien”? “Por qué ellos me dicen que estoy bien. No hay nada que temer.” Me miró por primera vez. Sé que es imposible, pero juro que vi sus ojos cambiar de azul a rojo. Tal vez fue sólo la iluminación. “¿Ellos? ¿Quiénes son ellos?” "Los espíritus ... las almas perdidas que viven aquí". “¿Quieres decir como un fantasma”? “Doctor, ¿Qué no los ve a ellos también? Están por encima de usted” Ingenuamente miré arriba y no vi nada. Sentí una ráfaga fría de aire. Estaba seguro que la sentí. Mire de nuevo a Clinton. Lo extraño que es no había ventanas en la habitación. “Doctor, usted simplemente no entiende todavía. Usted sentirá el verdadero horror” El me miró. “Es como estar en dos mundos a la vez, pronto voy a pertenecer al mundo de los espíritus” De repente dejó de hablar, vi una extraña sonrisa en su rostro. Salí de la habitación ya que no tenía nada más que decir. Me quedé horrorizado. Cada uno de los pacientes que ví ese día eran aterradores, o se comportan violentamente. Sin embargo nada de eso me convenció de que había fantasmas en el hospital. Día a día el miedo aumentaba. Los pacientes se comportaban cada vez peor, más fríos, menos conectados conmigo. Extrañamente me estaba empezando a sentir como ellos. Estaba empezando a tener dificultades para hablar con la gente. Yo siempre estaba ansioso, incluso cuando me encontraba solo en casa. Hoy iba a hacer mi último día. Había un puñado de pacientes que quedaba. Me senté de nuevo con el Sr. Clinton. “¿Dónde está reubicado ahora?” “Yo no lo estoy” “¿Qué quieres decir?” “Oh, bueno no me dejan ir. No me dejan salir, ellos…” “Es necesario reconocer que no son reales” “¿Y como sé que tu eres real?” “Mírame a los ojos” Me miró a los ojos, sus ojos se volvieron rojo de nuevo. Tenía que ser la luz de la habitación. “Tu y yo somos reales, estamos vivos” “No. Él murmuró mientras se levantaba. No puedo confiar en ti” Todo el mundo estaba tan paranoico. Todo era una locura. Salí de la habitación y llegué a la puerta del hospital, ví a un hombre pálido de traje. Supuse que él era el causante de lo que estaba pasando en el hospital. Trate de salir, pero las puertas no se abrían. Miré a otro hombre, este tenía una profunda y asquerosa sonrisa en su rostro. “¿¡Que esta pasando?! “ “Todavía no lo reconoce, verdad doctor? Miré al final del pasillo, Clinton venía a por mi, finalmente me miró a mis ojos, yo ya no sentía miedo. "¿Qué esta pasando?" Le pregunté. "Podemos vivir aquí sin ser molestados…" Murmuró "Mi amigo, me temo que yo tenía razón. No hay apariciones" Te veo con claridad. Te veo como yo. La gente nunca comprenderá los horrores del hospital, los ví de cerca. Categoría:Fantasmas