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  • El Ojo
  • El ojo
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  • El Ojo es el undécimo episodio de la primera temporada de Stargate Atlantis.
  • Aun recuerdo perfectamente cuando ocurrió todo eso, hace aproximadamente 10 años, esta tarde después de mucho shock me encuentro frente a mi monitor relatando la espeluznante historia que hasta hace algunos días creía inconclusa. Nunca pudimos hablar con nadie de lo ocurrido, las pocas veces que tomamos el tema ella lloraba profundamente y yo con un maldito peso de culpabilidad no insistía, realmente amaba a esa mujer, la amaba con todo mi corazón y no quería volver a verla sufrir. Me acompaño durante toda la noche.
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  • 111
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Nombre
  • El Ojo
Color
  • blue
Serie
Imagen
  • 250
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transcripcion
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  • Aun recuerdo perfectamente cuando ocurrió todo eso, hace aproximadamente 10 años, esta tarde después de mucho shock me encuentro frente a mi monitor relatando la espeluznante historia que hasta hace algunos días creía inconclusa. Todo ocurrió en el año 2005, precisamente en mi ciudad natal, Saltillo Coahuila, en ese entonces la ciudad no era ni la mitad de lo que es ahora y había muchísimas casas abandonadas justo en el centro de la ciudad. Yo era un adolescente engreído, egocéntrico y soberbio. Siempre sentí una fascinación absoluta sobre los relatos y leyendas que se contaban en mi ciudad y la gran mayoría era sobre eventos ocurridos precisamente en el centro de la ciudad. Yo, en ese entonces contaba con apenas 16 años de edad y muy extrañamente todo ocurrió una tarde soleada, con un agradable temperatura, un clima que irónicamente recuerdo por ser el mejor clima que eh presenciado en mi vida. Yo viva a unos kilómetros del centro, en una colonia localizada al sur de la ciudad, sin embargo esta no era tan alejada como para no poder acudir a pie a la instalación educativa donde estudiaba, que se encontraba precisamente en el centro, para ese entonces yo había escuchado cientos de relatos de ese lugar y sinceramente a pesar de encantarme saberlos no me causaban conmoción alguna, pues los veía básicamente como relatos de ficción, durante mucho tiempo fue un fiel y devoto seguidor de Dios, convirtiéndome inclusive durante un breve periodo de tiempo en monaguillo, sin embargo al pasar del tiempo mi criterio fue cambiando y en algún momento de mi vida llegue a creer que lo fantástico e inexplicable no sucedía en la vida real negando la existencia de Dios y la existencia de quienes los fieles llamaban Diablo. Durante todas las mañanas caminaba temprano desde mi casa hasta mi escuela por donde circulaba con tranquilidad, recuerdo que esos viajes me ayudaban mucho a pensar, por lo general durante todas esas mañanas las calles brillaban por el sol que las alumbraba con toda su fuerza, sin embargo la mayoría de las casas se encontraban en un estado deplorable, incluso algunas mostraban maderas y tubos puestos de manera improvisada con la finalidad de evitar que las paredes se derrumbaran sobre los peatones que caminaban por ahí, pero había una casa particular que llamaba la atención de todo el mundo, una enorme casa que parecía que en su momento pertenecía a un hombre acaudalado, pero había sido abandonada hace muchos años, tenia 3 puertas dobles enormes, todas ellas con un pequeño orificio que permitía el paso de una cadena con un candado, dicha cadena parecía muy floja y como si estuviera a punto de volverse polvo con solo tocarla. Durante varios meses circulaba por ahí, no sin dejar de admirar la magnificencia de dicha vivienda, era enorme, pensaba y seguramente con una inversión un tanto grande pudiese restaurarse y valorarse en una fortuna, para ese entonces las casas del centro de la ciudad eran las mas valiosas de todo Saltillo, por lo que mi idea de entonces no parecía descabellada, hoy se que esa casa no seria habitada ni restaurada aun y te pagaran por vivir en ella. En algún momento de mis tantas caminatas dejé de prestarle atención a dicha casa hasta que en una ocasión me llamo la atención que dos personas salieron de dicho lugar, un hombre y una mujer, ambos salieron sospechosamente mirando insistentemente hacia los lados con la esperanza de que nadie los viera salir de ahí, no fue difícil deducir lo que había pasado, pues la mujer parecía mas preocupada por acomodar bien su pantalón y peinar con su mano el cabello, mientras el hombre la abrazada feliz como si hubiese completado una hazaña exitosamente. Yo para ese entonces vivía con mis padres, realmente no tenia mucho dinero y lo poco que me daban mis padres era únicamente para usar en la escuela, ya sea par el regreso a mi hogar y/o comer un tentempié en ella, en esos momentos yo era novio de una linda chica de la cual estaba perdidamente enamorado, como era comprensible para esa edad nuestras hormonas estaban mas elevadas que nunca y tomando en cuenta el poco efectivo que cargaba me resultaba imposible pagar por un lugar donde tuviéramos privacidad, cierta mañana decidimos no entrar a nuestras respectivas escuelas y decidimos pasar tiempo solos, en algún momento de la mañana nos dimos cuenta que no podíamos esperar mas y deberíamos estar solos, en ese instante vino a mi mente la imagen de la apareja saliendo de aquella vieja casa, la verdad es que cuando se lo propuse esperaba una respuesta negativa de su parte, como si hubiese tratado sobre un tema que no pudiera ser tocado, pero al parecer a ella le emocionaba tanto el peligro como a mi, por lo que acudimos al lugar y ahí nos encontramos frente a una de las puertas, yo note instantáneamente que el candado de esa puerta se encontraba únicamente sobrepuesto por lo que no fue difícil retirarlo de un solo movimiento. Ya estando parados frente a la puerta la mire fijamente mientras le preguntaba si estaba segura de esto, francamente a mi en este punto me tenían mas elevado las emociones que bien podía arrancarle la ropa en publico, ella asintió , sin demora abrí lentamente la puerta y mirando hacia los lados entramos lentamente, una vez adentro tome nuevamente la cadena y la pase sobre el hueco de aquella enorme puerta de madera, debo decir que el ambiente se sentía increíblemente pesado en el lugar, sin embargo al mirar dentro de ella no parecía tan tenebrosa como su exterior, pues la luz de afuera iluminaba perfectamente la sala de aquella casa, había lo que parecía una vieja mesa con 2 sillas y a juzgar por el poco polvo que tenia una de ellas supuse rápidamente que se trataba del trono de amor de aquella pareja que había visto días antes, había unas enormes escaleras que llevaban como pasamanos una perfecta pieza de mármol, como si hubiese sido sacada de una sola pieza, detrás de las otras dos puertas había unas cortinas blancas que se deslizaban con el golpeteo del aire por la pequeña rendija, me di cuenta que la casa sin duda era hermosa, pero no quise explorarla mas, pues el tiempo de nosotros era poco y teníamos que aprovecharlo al máximo, lo ultimo que alcanza a observar antes de pedirle a mi chica que se sentara sobre mis piernas era un pequeño pasillo que parecía llevaba a un cuarto tremenda mente oscuro, sin embargo no tome mucho caso de aquel pasillo y proseguí con lo mio, la besaba lentamente mientras disfrutábamos del placer y miedo de ser descubiertos, la policía, la gente, un familiar, cualquiera de esos casos hubiese sido mucho mejor de lo que ocurrió, en el momento en que estábamos en nuestro asunto, escuchamos unos pasos sonoros, que retumbaban prácticamente en cada rincón de la casa, rápidamente gire la cabeza, lo primero que me dispuse a mirar fue aquel misterioso pasillo y lo observe con suma inquietud mientras esperaba cada vez mas cerca aquellos pasos, en ese momento se detuvieron los pasos, me quede callado, no podía observar nada mas de la oscuridad del cuarto, mi novia se encontraba petrificada, mirando fijamente a la escalera, era tan intensa la mirada que tenia mi novia sobre la escalera, que tuve que hacer casi un vuelco con la cabeza a mi espalda para ver lo que observaba, inmediatamente ella aparto la mirada y se escondió entre mi pecho, lo que mire ahí aun me hiela la sangre, ene este preciso momento tengo la piel de gallina solo de recordarlo, era un a persona, no puedo decir que era un hombre o una mujer, estaba recargado sobre el pasamanos con las dos manos,sonriendo, siempre sonriendo, unos dientes terriblemente mal situados salían a relucir con su sonrisa, estaba casi a mas de 10 mts y podía casi oler la podredumbre de su boca, lo mas inquietante de todo era que sobre su sonrisa se encontraba un enorme ojo, casi tierno que le daba una sonrisa mas aterradora, era su ojo izquierdo, no había abertura en el ojo derecho, como si nunca hubiese existido, como si en lugar de ojo solo había mejilla, en este preciso momento siento un miedo terrible solo de recordar mi primer encuentro con el,. Sin retirar las manos del pasamanos comenzó lentamente las escaleras, cada paso retumbaba como un taladro en la cabeza, mi novia no podía contener el miedo y con gritos ahogados se escondía en mi pecho sin dejar de mirarlo, yo no podía apartar la vista de el, y decidí enfrentarlo -que quieres- grite dos veces, a la segunda el detuvo su paso, e instantáneamente borro su sonrisa me quede mirando mas aterrado que nunca y en ese instante emitió la carcajada mas escalofriante que jamas he escuchado en mi vida, la carcajada fue tan estremecedora que cerré los ojos, cuando los abrí la escalera se encontraba vacía, apenas me tranquilizaba cuando sentí un movimiento en mi espalda, sabia que era el, -nos vemos- me susurro, tome a mi novia y rápidamente la saque de ahí cuando aventé la puerta para abrirla parecía mas pesada que nunca, pero lo cierto es que era mas la aterradora situación que la fuerza que ejercía la puerta, gire por ultima vez la cabeza mientras salia de la casa, el sujeto se encontraba parado firmemente detrás de la silla donde estábamos, sujetándola con ambas manos por el respaldo, su maldita sonrisa, no se iba. Nunca pudimos hablar con nadie de lo ocurrido, las pocas veces que tomamos el tema ella lloraba profundamente y yo con un maldito peso de culpabilidad no insistía, realmente amaba a esa mujer, la amaba con todo mi corazón y no quería volver a verla sufrir. Después de 3 meses nuestra relación cada vez parecía peor, ella comenzaba a culparme que no era capaz de protegerla y ciertamente tenia razón, la había puesto en una situación completamente vulnerable, y me sentía incapaz de hacer algo, el primer día del cuarto mes me disponía a dormir, agotado por una pelea mas con ella, caí rendido sobre mi cama y de un momento a otro lo sentí, desperté de mi sueño y podía abrir un poco los ojos, sin embargo mi cuerpo parecía atado a la cama, sin movimiento alguno, rápidamente vino a mi cabeza, la famosa frase, se te subió el muerto, de pronto apareció de un lado de mi cama, con su sonrisa me observaba, sentía que iba a morir y gritaba desesperadamente, todo era en vano. Me acompaño durante toda la noche.
  • El Ojo es el undécimo episodio de la primera temporada de Stargate Atlantis.
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