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  • Las sombras del Talismán (Parte II, Final)
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  • Decidí abandonar la habitación, justo cuando me disponía a salir Gonzalo me dijo-Lo he perdido – musito Gonzalo – soy libre-¿Qué? – pregunte yo, extrañado pero cuando me di la vuelta vi que Gonzalo aparentaba estar dormido, así que salí despacio de la habitación.Desde luego Gonzalo era singular, pero había algo que no encajaba, no sabía que, supuse que eran imaginaciones mías. Poco después llego María, yo estaba acostado en el sofá, me saludo y empezó a preparar la cena. Celso llego media hora después, subió las escaleras después de saludarme, seguramente fue a ver a Gonzalo, poco después bajo para cenar. Después de que hubiéramos cenado, decidí subir a mi cuarto, dejando a Celso y María abajo.A la mañana siguiente, el aniversario de la muerte de nuestros padres, decidí madrugar para poder
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  • Decidí abandonar la habitación, justo cuando me disponía a salir Gonzalo me dijo-Lo he perdido – musito Gonzalo – soy libre-¿Qué? – pregunte yo, extrañado pero cuando me di la vuelta vi que Gonzalo aparentaba estar dormido, así que salí despacio de la habitación.Desde luego Gonzalo era singular, pero había algo que no encajaba, no sabía que, supuse que eran imaginaciones mías. Poco después llego María, yo estaba acostado en el sofá, me saludo y empezó a preparar la cena. Celso llego media hora después, subió las escaleras después de saludarme, seguramente fue a ver a Gonzalo, poco después bajo para cenar. Después de que hubiéramos cenado, decidí subir a mi cuarto, dejando a Celso y María abajo.A la mañana siguiente, el aniversario de la muerte de nuestros padres, decidí madrugar para poder visitar sus tumbas. Me quede mirando el frio mármol que decoraba el epitafio de mi padre, esboce una ligera sonrisa melancólica mientras pensaba: “Je, tenias que morir a su lado, ¿eh?, tu, que siempre te habías desvivido para protegerla, ahora estaréis juntos, por toda la eternidad”.Cuando me disponía a irme, me pareció ver un brillo al lado del campanario, me acerque intrigado, y descubrí lo que parecía ser una especie de talismán, estaba enterrado en la nieve, de manera que solo sobresalía un borde, que era lo que había llamado mi atención, tenía un color dorado y al cogerlo note que era pesado, así que supuse que estaría hecho de oro.Al volver a casa no encontré por ningún lado a Celso ni a María, así que, con el talismán a buen recaudo, decidí hacerle otra visita a Gonzalo, ya que sospechaba que podría saber algo acerca de aquel objeto. Encontré a Gonzalo mirando hacia la ventana, el sin mirarme dijo en voz alta:- Debo reconocer que es un día precioso.-Eso parece.-¿Qué te ha traído aquí?-Nada en concreto, pero todo a la vez. ¿Qué te trajo a este lugar?-Nada, solo quiero viajar.-¿Viajar? No creo, invéntate algo mejor-…Entonces decidí llevar a cabo mi plan, al sacar la mano de mi bolsillo, tire el talismán “accidentalmente”, el efecto fue inmediato, la expresión de Gonzalo se transformo, palideció, y los ojos se le salían de las orbitas, como si acabara de ver un fantasma.-¿Co como lo has encontrado?-Así que lo reconoces, ¿Qué es?, parece valioso-No tienes ni idea… ¡Aléjalo de mi¡-Cómo quieras, me lo quedare.-¡No¡, deshazte de él, no sabes lo que es en realidad..-Pues dímelo tú-Es, es…-¿Qué?, vamos suéltalo¡-No puedo, no quiero arriesgarme, podrían volver-¿Podrían?-Déjalo, no me creerías-Como quieras, me lo quedare, ¿Qué tal la pierna?-Va mejorando-Me alegroJusto en ese momento oímos como se abría la puerta, apareció María, que me aviso de que ya tenía la comida lista, así que me despedí de Gonzalo.La comida fue igual que un funeral, Celso no dijo ni una palabra, María intentaba animarlo, pero era una causa perdida. La tarde fue más de lo mismo, estaba deseando cenar para ir a mi habitación, quizás con un poco de suerte Celso mejoraría al día siguiente.Esa noche no dormí bien, soñé que estaba en mi cama, no me podía mover, delante mío se encontraba una persona, estaba envuelta en una túnica, no se le veía la cara, ni las manos, solo me señalaba con esa manga vacía, no decía nada. M e desperté envuelto en sudor, aun era de noche, así que volví a recostarme, sumergiendo en un sueño inquieto, lleno de sombras.A la mañana siguiente me despertaron los gritos de María, que entro en mi cuarto diciendo que Gonzalo había desaparecido, me levan te alarmado y cuando llegue a su cuarto descubrí una nota en la que estaba escrito mi nombre, al abrirla vi que decía lo siguiente:“Manuel, espero que solo tu leas esto, porque supongo que ya los habrás visto ¿eh?, no estoy loco, ellos existen, y habitan en el talismán, no intentes deshacerte de ellos, una vez que los has visto no puedes hacer nada, solo esperar a que otro recoja el talismán, en este caso tu, me preguntabas porque vivo aquí, bien, te lo diré: al tirarme desde la torre del campanario intentaba suicidarme, pensé que era la única forma de librarme, pero no lo conseguí, y cuando te vi lo entendí todo, han encontrado un nuevo portador, yo ya no les sirvo de nada, supongo que se libraran de mi, pero no te preocupes, no sé qué haría si consiguiera escapar, creo que seguiría vagando por ahí.Suerte.Gonzalo”No le encontré mucho sentido, pero de pronto comprendí que era lo que me había llamado la atención, lo que no encajaba, porqué Gonzalo tenia esas ojeras, si había pasado varios días en cama, había intentado mantenerse despierto todo el tiempo, si, debía ser eso, ¿Pero porque?, lo que no sabía entonces era que pronto lo averiguaría.Decidí quedarme unos días más para intentar animar a Celso, estaba más melancólico de lo habitual. La segunda noche se repitió el sueño, solo que había más túnicas, esta vez rodeaban la cama, no dejaban de señalarme, y empezaba a saber porqué, pero esta vez no estaba paralizado, y haciendo acopio de fuerzas, me levante y me lancé, conseguí agarrarlo fuertemente pero me empujo fuertemente contra la cama, se oyó el sonido que produce la ropa al ser rasgada, después me desperté, eso… no sé cómo llamarlo, sombra, espectro, llámalo como quieras amigo, pero no quiero morir sin contarte esto, como sabrás, mis padres tenían una extensa fortuna, que habían juntado gracias al esfuerzo y sudor, por aquella yo estaba sediento de riquezas, y no sentía mucho apego por mis padres, así que una noche, cuando yo contaba 21 inviernos, cogí un cuchillo de brillante hoja plateada, me deslice sigilosamente hasta la habitación de mis padres, que estaban profundamente dormidos, y sin reparo ninguno, puse fin a sus vidas, deje el cuchillo en sus sitio tras lavarlo cuidadosamente, después concilie el sueño tranquilamente.No te alarmes, amigo mío, no es tan sangriento como parece, y no me arrepiento, además empiezo a pensar que esa es la razón de mis pesadillas, que junto con el talismán, han despertado a esas sombras, que bien pueden representar mis pecados, no lo sé, pero hay algo que me intriga, si yo hice lo que hice para atraer a las sombras, ¿que habría hecho Gonzalo?.Ya sé que no tengo salvación, no te preocupes, pero quiero advertirte, cuando me encuentres muerto, o sencillamente no me encuentres, deshazte del talismán, entiérralo, quémalo, no sé, haz lo que sea necesario, pero destrúyelo. No me digas que son pesadillas, tú también no, por favor, porque si fueran pesadillas, como explicas este trozo de tela, ligero como el humo, pero oscuro como la noche, este trozo que aprieto fuertemente en mi bolsillo, deseando despertar de esta pesadilla.FIN Categoría:Fantasmas