PropertyValue
rdfs:label
  • La Sustancia
rdfs:comment
  • Para ser un día que se ubicaba a mitad del verano, era inusual la lluvia que caía y golpeaba el suelo. En mi casa solo pude permanecer en el sofá viendo algo de TV, sin abrigarme, ya que aunque llovía a gran magnitud, el aire era caliente por el verano que azotaba esa época. A la mañana siguiente, como supuse, tuve que trapear el suelo de mi casa, por la humedad que había, el patio estaba hecho una piscina de barro. Fue ahí que recordé el balde, así que corrí rápido para ver que había sido de la repugnante sustancia. Ahí estaba aun. Fue el segundo asesinato que cometí.
dcterms:subject
abstract
  • Para ser un día que se ubicaba a mitad del verano, era inusual la lluvia que caía y golpeaba el suelo. En mi casa solo pude permanecer en el sofá viendo algo de TV, sin abrigarme, ya que aunque llovía a gran magnitud, el aire era caliente por el verano que azotaba esa época. La lluvia siguió incluso cuando me fui a dormir, por lo que me fue algo difícil conciliar el sueño con el ruido de las gotas. Gotas y gotas caían del cielo al suelo de mi casa, me preocupaba la idea de tener que trapear el suelo a la mañana siguiente, y que la lluvia haya vuelto lodo el patio de mi casa, a tal punto que arruine mis plantas. Fue a mitad de mis preocupaciones que llegué a escuchar un ruido extraño, muy notorio a pesar del goteo de la lluvia. Era un ruido que nunca había escuchado antes, pero que podía distinguir como pisadas en la lluvia. Creí que alguien había entrado a mi casa, por lo que me levante de golpe y salí afuera con mucho sigilo. Pero al salir y fijarme no vi a nadie, no había nadie ni en el baño ni en la cocina ni en la sala, por lo que volví a mi habitación. Pero al pasar por el patio, pude ver algo que me hizo dar ganas de vomitar. En el sueño de mi patio, húmedo por la lluvia, había una clase de sustancia verde viscosa que pude ver como se desplazaba por el suelo, emitiendo ese extraño sonido que había escuchado antes. Me acerque y lo observe de cerca, era una cosa realmente asquerosa, aunque no desprendía olor alguno, se veía repugnante, por lo que decidí ponerle un balde encima y una piedra sobre el valde para que no se escape, y así mañana ver que hacia con esa cosa. A la mañana siguiente, como supuse, tuve que trapear el suelo de mi casa, por la humedad que había, el patio estaba hecho una piscina de barro. Fue ahí que recordé el balde, así que corrí rápido para ver que había sido de la repugnante sustancia. Ahí estaba aun. Decidí coger una bolsa, o dos, para cogerla y tirarla a la basura. Fue asqueroso tocar esa cosa, aunque lo haya hecho a través de una bolsa. Bote la sustancia y me fui a desayunar para después seguir trapeando. Estaba desayunando todavía con algo de asco por lo que mis ojos habían visto, y mis manos tocado, cuando por debajo de la puerta se desplazó una sustancia verde, esa sustancia verde. Tiré mi tenedor al suelo y casi la mesa de la sorpresa. La sustancia se detuvo a la mitad de mi cocina y se quedó ahí, sin movimiento alguno. Fue ahí que la sustancia empezó a revolverse en si misma de una manera realmente grotesca, se podía ver como la sustancia se extendía y después volvía a su tamaño repetidas veces. Hasta que empezó a coger forma. Fue tan extraño que no me lo creía, la sustancia, verde y repugnante de hace un momento, había cogido la forma de lo que parecía ser un trapeador moderno, esos que tienen una manija que al jalarla se exprimen, facilitándote la limpieza y el esfuerzo. Me sorprendió mucho, me acerqué y lo toqué, pero no parecía haber truco alguno, era un trapeador moderno concreto y de verdad. Ya que no volvía a su forma de sustancia, terminé de desayunar y lleve el trapeador al patio para terminar la limpieza. Fue muy útil ese trapeador, terminé la limpieza solo en 5 minutos, y no termine sudando como supuse que seria, realmente estaba satisfecho con esa sustancia, fuera lo que fuera. Me alistaba para mi trabajo, cuando note otra vez a la sustancia deslizándose hacia mi, se detuvo a mis pies y cogió la forma de lo que parecía ser unos lentes oscuros de sol. Decidí llevármelos, ya que hacia sol y no tenia uno de esos. Durante mi trabajo y fuera de la vista de los demás, la sustancia cogía la forma que objetos que necesitaba al momento, facilitando mi forma de trabajo. Cogí la forma de un borrador, de lapiceros, hasta de una fotocopiadora, si, con papeles incluidos, era tremendamente impresionante, y al parecer notaba la presencia de otros, puesto a que no se transformaba cuando había alguien cerca. El jefe me felicito por mi progreso inusual, y dijo que si seguía así quizás obtenga el puesto que buscaba. Esto llegó a oídos de Arce, un compañero de trabajo que deseaba el puesto que yo también buscaba, el siempre me había visto con tres ojos, y por lo que me contaban, no le caía para nada bien. Al llegar a casa le pedí a la sustancia que se convirtiera en un televisor plasma para disfrutar mi descanso, si, resulta que ahora acudía a mis pedidos. Al día siguiente, durante el trabajo, Arce se me acercó. El me dijo que mejor cuidara mis actos, y no interfiriera en sus planes. Sentí gracia y pena por el, la envidia lo consumía, de eso estaba seguro, después de todo el jefe no era alguien que acepte fácilmente el buen trabajo de alguien. Los días iban pasando y la sustancia solo mejoraba mi ritmo de trabajo, cosa que era muy efectiva para mi, y cada día que iba pasando, Arce se iba retorciendo de la ira. Llegó un día en que, después del esfuerzo hecho por mi, el jefe me llamo para darme la noticia que el día de mañana una oficina con mi nombre me esperaría para ser estrenada. Esto llegó a oídos de todos los trabajadores, y como lo sospeche, también a los de Arce. Fue cuando entre al baño, que Arce me empujó hacia la pared y tranco el baño. Tuvimos una fuerte discusión que iba subiendo de tono cada vez más. Arce parecía estar furioso, pero mas de lo normal, ya no sabia lo que decía, fue así que en un momento dado me lanzó un golpe que me tumbó en el suelo. El golpe que me había propinado me reventó el labio de manera rápida. Como yo estaba en el suelo, Arce empezó a patearme. No tenía como defenderme, el golpe todavía me aturdía, pero fue ahí que note que la sustancia salio de mi bolsillo, como un lapicero, para transformarse en una tabla. No lo pensé más, tome la tabla y aprovechando que Arce se quedó impresionado por ver la transformación de la sustancia, lo golpee en la cabeza con la tabla. Pero no debí hacerlo. Note como antes de golpearlo con la tabla, la sustancia permaneció en la figura de una tabla, solo que había cambiado la punta, agregándole un enorme clavo. Ahora tenia la tabla con un clavo incrustado en la cabeza de Arce, quien comenzó a botar sangre por la boca. El clavo le había atravesado el cerebro. Fue horrible esa imagen, yo solo quería golpearlo para alejarlo de mi, no fue mi culpa que la sustancia se transformara en eso, yo nunca lo quise, y nunca se lo pedí. Rápido corrí a pedir ayuda, llegó la ambulancia, la policía, pero ya era tarde. Me encontraron culpable de homicidio calificado, por lo que me condenaron a 25 años de prisión efectiva. Fue difícil para mi acostumbrarme a la vida en prisión, nunca creí que terminaría ahí, y menos 25 años. Pero las cosas realmente empezaron a ponerse feas cuando los presos comenzaron a buscarme pelea. No podía soportar más los golpes, supe que en un día ellos me terminarían matando, debía defenderme. No se como, no se porque, pero la sustancia estaba a mi lado, me había seguido. Al día siguiente, durante el almuerzo, un preso se me acercó, tiro mi plato de comida y me provoco a pelear. Al principio el me iba dando varios golpes incluso obligándome a vomitar sangre, hasta que me decidí. La sustancia, a ojos del preso, se transformo en una navaja. Le advertí al reo que si seguía golpeándome, usaría eso. No me hizo caso. Fue el segundo asesinato que cometí. Aumentaron mi condena, esta vez a 35 años. Las cosas iban mal, ahora que había asesinado a un preso, todos se me acercaban para apuñalarme. Y la sustancia no dejaba que algo así me pase, se convertía en algún arma para defenderme, aunque comencé a sospechar que más que mi defensa la sustancia se preocupaba de matar. Mate a tantos, a tantos presos, mi condena ahora era de cadena perpetua y ya nadie se me acercaba, ni siquiera los pocos amigos que había hecho. Estuve toda la noche sentado en mi cama sin poder dormir. ”Todo es tu culpa” le dije a la sustancia, quien fue la verdadera y única responsable de llevarme hasta aquí. La sustancia se arrastro hasta mis pies y cogió otra forma una vez más. Me quede mirándola… pensando… ¿Era realmente esto lo que quería? ¿Era esta la razón por la que había terminado en mi casa ese día lluvioso? ¿Era eso lo que quería desde un principio? entonces comprendí. Ella no podía hacerlo por si sola, ella necesitaba que yo lo hiciera por ella. Cogí el objeto, lo apunté a mi cien y jalé el gatillo. La pistola cayó al suelo. Segundos antes de morir pude ver como la pistola cogía mi forma…