En la década de 1920, cuando la sociedad No-Maj estadounidense comenzó a enfrentar la Prohibición, algunos dijeres que no prohibirle a los magos beber alcohol haría que se vieran sospechosos en las ciudades llenas de No-Majs sobrios. La Presidenta Picquery se negó, diciendo que ser un mago en Estados Unidos ya era lo suficientemente difícil y que el agua alegre no era negociable.
En la década de 1920, cuando la sociedad No-Maj estadounidense comenzó a enfrentar la Prohibición, algunos dijeres que no prohibirle a los magos beber alcohol haría que se vieran sospechosos en las ciudades llenas de No-Majs sobrios. La Presidenta Picquery se negó, diciendo que ser un mago en Estados Unidos ya era lo suficientemente difícil y que el agua alegre no era negociable.