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| - Ha pasado mucho tiempo. Todo sucedía en la noche, alguien me hablaba, pero no había nadie. A las 9:00 pm me encantaba salir a la calle, y siempre oía una voz cualquiera. En el puente de un lago me paraba a ver si algo sucedía y si esa voz desaparecía pero en un segundo alguien empezó a gritar pero no había nadie quien gritara, solo se oían misteriosos gritos que helaban la sangre. Misteriosos; que eran tan reales. Me sentaba a la parada del autobús y alguien me hablaba, me llamaron tocándome el hombro, y un grito desgarrador mientras en la oscuridad de los callejones salían unas criaturas con bolsas de plástico en la cara, por lo hundido del plástico, ya estaban asfixiados. Reales. Otros se quitaban la bolsa y sus pupilas estaban en blanco retorciéndose como si tuvieran un virus letal. "El dolor no siempre viene en sensación, viene en imágenes". Dijo uno de mis amigos que pasaban ahí de casualidad. Enrique, Emilio y Fer. Juntos quedamos traumados por lo que vimos. Una de esas cosas que estaban arriba de un edificio gritaba como si lo torturaran.Otro bajó a asustarnos, respiraba rápidamente y su cabeza retorcía rápido y en una de esas se desnuco, como sonó su cuello. Mis amigos y yo corrimos sin pensar nada, tan velozmente. Nos persiguieron, y aunque suene fácil, no nos pudieron alcanzar, se retorcían tanto esas grandes cosas que no podían avanzar, hacían eso para sobrevivir, esos ya estaban muertos. Corrí y llegué a la casa más cercana de uno de mis amigos. Esas cosas tenían una inteligencia algo limitada por que al cerrar la puerta pareció que nos esfumamos, esas cosas miraban a todos lados y se retorcían horrible. Uno de ellos se acercó a la ventana de donde espiábamos, en aquella posición noté que eran de 1.00 m a 2.60 m. Al poco rato se fueron. Salimos de la casa y los habíamos eluido pero lo que vi era horrible se tiraban al suelo y se torcía de cualquier manera y decía unas frases en otro idioma, como de brujo. Se retorcieron toda la noche, en la mañana que el sol salió pasó algo poco creíble...ninguna de esas cosas estaba ahí. Autor: Club de terror 92
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