rdfs:comment
| - Faltaba un día para la famosa "Noche de Brujas" y, ¿saben una cosa? Yo cumplía años ese mismo día. Vivía con mi hermano mayor, que estaba en clases de refuerzo, esas destinadas a sacar mayor nota en los exámenes. A mí, particularmente, me daba algo de miedo quedarme sola. Se me ocurrió llamar a alguna amiga mía para que viniera y me hiciera compañía, cuando de repente oigo cómo alguien toca a la puerta. Me levanto y me dispongo a abrir (mirando antes por la mirilla, por supuesto), y lo único que veo es a una chiquilla de aproximadamente diez o doce años plantada ahí, frente a mi puerta.
|
abstract
| - Faltaba un día para la famosa "Noche de Brujas" y, ¿saben una cosa? Yo cumplía años ese mismo día. Vivía con mi hermano mayor, que estaba en clases de refuerzo, esas destinadas a sacar mayor nota en los exámenes. A mí, particularmente, me daba algo de miedo quedarme sola. Se me ocurrió llamar a alguna amiga mía para que viniera y me hiciera compañía, cuando de repente oigo cómo alguien toca a la puerta. Me levanto y me dispongo a abrir (mirando antes por la mirilla, por supuesto), y lo único que veo es a una chiquilla de aproximadamente diez o doce años plantada ahí, frente a mi puerta. ¡Qué extraño! La niña usaba un sombrero típico de bruja y una máscara para dar miedo. Consideré que sería alguna broma o un error de fecha, y abrí sin temor alguno; desearía no haberlo hecho jamás... La niña no habló, tan solo me acercó su pequeño caldero de calabaza, esperando quizás que yo le diese algún dulce o caramelo. Me quedé traspuesta: no sabía como decirle que todavía no era Halloween. La pequeña brujita, al ver mi reacción, se quitó la careta. Retrocedí unos pasos: sentí escalofríos por todo el cuerpo. Una mordaza de hierro cubría su boca... No oía muy bien, pero juraría que dijo: "Me comeré tu corazón." Nunca en mi vida había sentido tanto miedo. Sí, era una persona que se asustaba con extrema facilidad, pero algo así no. Cerré la puerta y me refugié en mi habitación. Eché el pestillo y llamé nerviosa a mi hermano. Le conté lo sucedido y me dijo que bajo ningún concepto saliera de la casa, que él ya estaba en camino. Por mi tono de voz pudo notar que yo hablaba completamente en serio. Oí unos leves golpes en la ventana, no quería mirar. Se las había ingeniado para trepar por el árbol del jardín trasero. No quería voltear, pero instintivamente lo hice y efectivamente ahí estaba, vigilándome; ladeó la cabeza como si nunca hubiera roto un plato y se quitó la placa de metal de los labios, dejando al descubierto sus dientes triangulares y puntiagudos, filosos como cuchillas. No se lo pensó dos veces: rompió el cristal de un fuerte cabezazo. Corrí hacia la puerta y traté de quitar el seguro, pero mis manos temblaban como un flan. La tenía detrás, sabía que si me detenía aunque fuese un segundo, iba a ser mi fin. No sé como conseguí salir del cuarto, pero igualmente no tuve tanta suerte. Resbalé y caí por las escaleras. Ella me observaba desde el último escalón. Cuando ya daba todo por perdido, llegó mi hermano acompañado de un par de agentes de policía, en el momento exacto para socorrerme. La despiadada jovencita huyó por donde había entrado. Desde entonces, tengo pesadillas todas las noches, y en mis sueños está siempre presente. No volví a ser la misma, pues aquella experiencia me dejó huella. Mis profesores, amigos y demás me preguntan por qué tengo estas ojeras tan exageradas. Algunos dicen que mi rostro inexpresivo imita al de un muerto viviente. Tal vez sea uno de ellos. Categoría:Sueños/Dormir Categoría:Brujería/Hechicería
|