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| - No me esperaba eso de ti. ¡Tanto rato escondiéndome para esto!
- Supongo que al entrenar Pokémon uno aprende a encontrar cosas.
- El poder de los Pokémon dragón de verdad esta a años luz del mio.
- Tienes bastante talento. Me has dejado boquiabierto.
- No me esperaba esto. Esconderse tanto tiempo resulta un incordio.
- Pau: Aun topándome con el mejor entrenador de la región, seguiré prefiriendo a Paz como maestra. Paz: Pau, lo siento. Te he fallado.
- Cuando me escondo me pregunto que pensaran los Pokémon dentro de sus Poké Balls.
- Cuando abrazo a mis Pokémon, además de su calor siento su gran corazón.
- ¿Cómo es posible? ¿Será que no he entrenado lo suficiente?
- ¿Y qué voy a hacer ahora que he sido descubierto? Tal vez debería probar suerte con los concursos de Cuidad Corazón. Sí, eso haré.
- ¿Y qué voy a hacer ahora que he sido descubierto? Tal vez debería probar suerte en los concursos de Ciudad Corazón. Sí, eso haré.
- Pepe: Supongo que lo que te une a tu equipo Pokémon es tan fuerte como el vinculo entre padre e hijos. Ana: Lo siento papá. A partir de ahora me esforzare mucho más. ¡A partir de mañana! ¡Eso!
- ¿Cómo te atreves a ganarme? ¡Márchate! ¡Largo de aquí!
- En un gimnasio muy lejos de aquí, hay un líder ninja. Me convertiré en su discípulo.
- ¿La mejor forma de entrenar a los Pokémon? Pues... con amor, ¿no?
- Sol: Nuestra madre también tiene una gemela. Luna: Cuando estamos todas, mamá, nuestra tía y nosotras dos, resulta de lo más divertido.
- ¡Esto es divertidísimo! ¡Me encantan los Pokémon! ¡Ya no quiero retirarme! ¡Seguiré entrenando y la próxima vez ganare yo!
- ¡Verte combatir es una regalo para la vista!
- ¡El Centro Comercial de Rocavelo es impresionante! ¿Sabias que hasta venden Pokochos?
- Mientras estaba escondido en la hierba, sentía a los Pokémon a mi alrededor. Se oían murmullos apagados... Y ruidos de movimientos furtivos...
- A punto estaba de marcharme corriendo... Es broma...
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