Nativas del planeta Cerea, las coronas de seda eran a la vez unas hermosas y peligrosas criaturas. Aunque tenían una apariencia grácil, las corona de seda eran un depredador vicioso. Rodearon la cabeza de su presa y la comprimían para paralizar a la criatura y alimentarse de sus energías cerebrales. Se sentían atraídas hacia las personas sensibles a la Fuerza.
Nativas del planeta Cerea, las coronas de seda eran a la vez unas hermosas y peligrosas criaturas. Aunque tenían una apariencia grácil, las corona de seda eran un depredador vicioso. Rodearon la cabeza de su presa y la comprimían para paralizar a la criatura y alimentarse de sus energías cerebrales. Se sentían atraídas hacia las personas sensibles a la Fuerza.