| abstract | - -Pero esto no termina allí- prosiguió- Pasaron los años después de esa incómoda situación, Penny se volvió Adolescente, él y su padre estaban tapados en deudas, así que ella se vio forzada a prostituirse, claro que su padre no lo sabía; fue ahí cuando las cosas empezaron a ponerse feas, no sé qué le habrá llevado a la chica a perder la cordura, pero mi padre recuerda esa noche en el circo. Ellos a pesar de ganar tan poco, habían conseguido el cariño de los vecinos, Penny era una chica talentosa con la sangre circense thumb|360pxcorriendo por sus venas, además de ser una gran trapecista y contorsionista, hacia grandes trucos de magia y hacia reír mucho a la gente. Mi padre dice que Penny en un momento llego a ser normal, después de ese perturbador momento que vivió junto a ella cuando pequeña, las próximas veces que la saludaría o conversarían, parecería una chica cualquiera; pero con un gran peso en los hombros. La vida era muy cruel, dura e injusta con su familia y ella amaba tanto a su padre que era capaz de venderse a sí misma para ayudarlo, era muy buena. Mi padre no supo si siguió teniendo contacto con Jack, tal vez solo era un amigo imaginario, pensó. -¿Qué le sucedió a Penny?- Interrumpí. -Eso lo diré ahora…-sonrió- en fin, los vecinos como ya les tenían cariño, le hablaron bien de ellos al maestre de un circo el cual había llegado hace poco a la ciudad, de inmediato el maestre acepto tenerlos esa noche, las funciones que daba Penny eran tan buenas que decidieron quedarse una semana más en la ciudad antes de irse de gira, pero el pasado triste de Penny la persiguió, la última noche, en el carnaval… mi padre fue a ver la última función, entro tras camarines en nombre de los vecinos para despedirlos y desearles la mejor de las suertes, al entrar el padre de Penny estaba afeitándose con su gran navaja y Penny aplicándose el maquillaje para su espectáculo más aún no estaba vestida con la ropa del show, mi padre la describía como una chica bastante sencilla, le gustaba usar Jeans gastados, su cabello corto y negro desordenado, y una que otra playera con tirantes blanca. Mi papá se dirigió hacia Edward -Enhorabuena, estoy seguro que de aquí en adelante las cosas irán mejor señor. Smith -Gracias chico, eso espero… Penny y yo estamos muy emocionados ¿no es así cariño?- -¡Claro papá!- dijo sentada desde su tocador para acto seguido, levantarse y hacer volteretas hasta llegar frente de mi padre. -¡Es hora del Show! ¡Ta-daaa!- dijo dedicando una tierna sonrisa, mi padre la miro encantado y le paso la mano por el cabello. -Lo harás muy bien- la animo- fue un placer compartir el vecindario con ustedes, Vuelvan cuando quieran, los recibiremos con todos los ánimos del mundo- dijo mi padre para luego salir. -¡Adiós, señor Wisley! ¡Gracias!- esa fue la última vez que mi padre vio a la alegre y un tanto excéntrica Penny “cuerda”. Luego de eso empezó el Show, esta noche estaba diferente, no habían “buenas personas” ya sabes, habían más pandilleros y grupos de adolescentes que solo le iban a mirar el trasero a las trapecistas. Edward inicio su tierna y blanca rutina humorística, pero de pronto un tipo en las gradas se paró, mi papá lo reconoció en el acto, Era Steve, un problemático e infantil idiota. -¡Eh payaso!- grito Steve -¿En que se parece la puta de Penny a la bandera de E.E.U.U? ¡En que se la han clavado hasta en la luna! – todos rieron, salvo mi padre. -¡Eh! ¡Tengo otra, tengo otra! ¿En que se parece Penny a la capa de Ozono? ¡Que cada vez tiene el Hoyo más grande!- todos rieron, salvo papá… Y este miro a Penny que se estaba asomando a ver detrás del telón lo que ocurría, esta estaba llorando. El señor Smith se dio cuenta que mi padre estaba mirando a Penny, y volteo solo para ver a su hija que se desplomaba en el suelo de rodillas raspándoselas, mientras ocultaba su rostro y lloraba desconsoladamente. No lo pudo aguantar, subió furioso a las graderías, mi padre intento ir a calmarlo pero estaba muy lejos de su asiento. -¡¿Qué te has creído mocoso?!- Tomo a Steve del cuello, pero este era más joven y más rápido y lo empujo haciéndolo caer graderías abajo. Edward gritó, al parecer se había quebrado una pierna. Penny salió rápidamente en la ayuda de su padre. La gente les empezó a abuchear y a tirar objetos, mi padre bajo a ayudarlos pero uno del grupo de Steve lo tomo del brazo y le dijo. -¡Si te metes terminaras como él!- mi padre supongo que pensó en mi madre y en su embarazo, es decir en mí, y con impotencia no pudo hacer nada, solo ver como Penny lo miraba suplicante, pidiéndole ayuda. Mi padre no pudo contener los ojos de la chica y bajo la cabeza. -¡Lo lamento tanto papa!- lloró Penny. -¡Tranquila mi pequeña! ¡Todo estará bien!- pero nada lo estuvo, Penny dejo a su padre recostado en el camerino, no tuvo fuerza para estar frente a él y huyo, mi padre que se había logrado librar de la pandilla de Steve se logró introducir a escondidas en el camarín, llamo a una ambulancia rápidamente al ver a Edward. -¡Penny! ¡Mi Penny! ¡Por favor! ¡Búscala!- le suplico este a papá, antes que lo subieran a la ambulancia. Mi padre dio vueltas y vueltas en el carnaval, y de pronto la vio tras una carpa. -Penny…- se intentó acercar aliviado de haberla encontrado, pero noto que en su mano estaba la gran navaja de su padre, esto lo hizo detenerse. La miro, y esta le respondió con una mirada fría y llena de rabia, para luego voltear y ver al grupo de Steve al frente, ellos no se habían percatado de su presencia. Mi padre la miro asustado, con cara de “Oh dios… ¿Qué harás?”. Penny solo sonrió maquiavélicamente y susurro como cuando niña, una sola frase… a pesar de la distancia que los separaba, mi padre entendió esto claramente -Es la hora del show- Continuará...
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