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  • Vota y prometo algo loco
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  • Mientras siguen intentando enmendar viejos errores con los vecinos de la infancia, Earl y Randy descubren viejos secretos familiares. Earl y Randy reciben un llamado telefónico de su padre pidiéndoles que retiren las cosas que quedaron en su casa. Al llegar encuentran una feria de usados en pleno proceso. Compran todas sus pertenencias por la módica suma de U$S 64,73 dólares. Earl, contra su voluntad, saca la billetera de su bolsillo y está a punto de comprar sus recuerdos de la infancia cuando Randy le muestra unos dardos. Enseguida se acuerda de sus viejos vecinos, los Clark. El karma le está sugiriendo que llegó el momento de ocuparse del ítem 87 de la lista: ahuyentar a Cathy y Clark Clark, un matrimonio muy amigo de sus padres. Allá por los ´80 los padres de Earl solían pasar mucho ti
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  • Mientras siguen intentando enmendar viejos errores con los vecinos de la infancia, Earl y Randy descubren viejos secretos familiares. Earl y Randy reciben un llamado telefónico de su padre pidiéndoles que retiren las cosas que quedaron en su casa. Al llegar encuentran una feria de usados en pleno proceso. Compran todas sus pertenencias por la módica suma de U$S 64,73 dólares. Earl, contra su voluntad, saca la billetera de su bolsillo y está a punto de comprar sus recuerdos de la infancia cuando Randy le muestra unos dardos. Enseguida se acuerda de sus viejos vecinos, los Clark. El karma le está sugiriendo que llegó el momento de ocuparse del ítem 87 de la lista: ahuyentar a Cathy y Clark Clark, un matrimonio muy amigo de sus padres. Allá por los ´80 los padres de Earl solían pasar mucho tiempo con los Clark. Un día Earl vio como Clark describía, con lágrimas en los ojos, el video de la canción “We are the World” a sus padres mientras jugaban a los dardos. En ese preciso momento decidió jugar con semejante sentimentalismo. Durante varias semanas él y Randy lo hicieron llorar con sus bromas crueles. Y, se pasaron de la raya. Tal fue el malestar que los Clark pusieron la casa en venta y se mudaron a otro vecindario. La mamá de Earl comentó con su marido que Clark estaba tan compungido que no pudo comprender lo que quiso decir al momento de partir. Earl y Randy localizan a Clark. Le piden disculpas. Clark enseguida los interrumpe para confesar el motivo real de su mudanza. Finalmente se desahoga. ¡Admite haber tenido un romance con Kay, la madre de Earl y Randy! Los muchachos no pierden el tiempo y se marchan para increpar a su madre. Ella les explica que el padre de ambos estaba siempre trabajando; y la esposa de Clark en sus clases de defensa personal. Ella y Clark se hacían compañía mutuamente. Fue siempre algo estrictamente platónico hasta que la tienda de “Todo por un Dólar” del barrio puso en oferta los “wine coolers” (bebida a base de vino, zumo y agua con gas) y terminaron teniendo relaciones. Al día siguiente Kay se sintió muy mal. Le dijo a Clark que nunca más volvería a hacerlo. Pero Clark estaba enamorado y quería más. Como no soportaba la idea de vivir al lado de ella si no podían estar juntos puso la casa en venta. Earl, que conoce muy bien el sentimiento de escozor y traición que produce el adulterio le exige que se lo diga a su padre. El azar quiso que así sea. En ese momento el padre de Earl aparece en la habitación; Kay no tiene más remedio que confesar la verdad. Carl está furioso. Se marcha. Se esconde con Earl en el motel. Ambos descargan sus frustraciones contra las mujeres. Se enroscan tanto en el asunto que deciden visitar a Clark Clark. Carl camina hacia la casa de Clark mientras Earl canta “Eye of the Tiger”. Al verlo le encaja una trompada en la cara. La mujer de Clark, que finalmente pudo poner en práctica tantos años de entrenamiento de defensa personal, le devuelve el golpe y lo deja inconciente. Carl llega a la conclusión de que esa no es la venganza que busca. Anuncia a Earl que necesita tener relaciones; Earl vomita ahí mismo en respuesta. Mientras tanto, Randy también se siente mareado. Kay le estuvo contando sus problemas matrimoniales sin escatimar los detalles más sabrosos. Cuando termina de describir la falta de creatividad de su esposo en la cama, Randy considera que ya es suficiente. Le pide disculpas y se marcha. Tras proponérsele a cada una de las mujeres de la ciudad que alguna vez coquetearon con él, Carl finalmente consigue luz verde con una camarera. Obviamente, la camarera resultó ser Patty, la prostituta diurna que trabaja de camarera durante la noche para llegar a fin de mes con el dinero y las cuentas. Carl cambia de idea al descubrir este dato ya que no será sexo vengativo si tiene que pagar por el servicio. Earl se siente aliviado. Regresan al motel. Entonces se le ocurre que podrían emborracharse y jugarle otra broma a Clark Clark. Pero en ese momento ocurre algo que lo conmueve en lo más profundo de su corazón: su padre se pone a llorar y no puede parar. En segundos más, ambos están llorando y hablando sobre sus sentimientos. Al día siguiente comprueban los beneficios de un buen llanto; se sienten realmente aliviados. Carl comprende que la venganza no iba a ablandar su enojo; el perdón si lo hará. Con ese pensamiento va directo a casa a hablar con Kay. La besa apasionadamente. Inspirado en el gesto de su padre, Earl le dice a Joy que la perdona. Ella le agradece a la vez que le advierte que volvería a hacerlo en un abrir y cerrar de ojos.