PropertyValue
rdfs:label
  • Hasta que la muerte nos reúna
rdfs:comment
  • Sé que aunque ha pasado tiempo, sigues detrás mío todos los días. Aún luego de aquella horrible tarde de Octubre... Sé que estás allí, vigilándome, cuidándome de todo a tu extraña manera. Sé que te acuestas a mi lado en las noches cuando le doy la espalda al otro lado de la cama, y sé que acaricias el anillo en tu dedo cuando piensas en nosotros. Todo eso fue parte de mi gran error, al apresurar las cosas, al darme de ciego ante tu forma de obrar, al ignorar todos tus antecedentes y todas las extrañas frases que una y otra vez repetías... Ah, Julieta. Amarte fue mi error.
dcterms:subject
abstract
  • Sé que aunque ha pasado tiempo, sigues detrás mío todos los días. Aún luego de aquella horrible tarde de Octubre... Sé que estás allí, vigilándome, cuidándome de todo a tu extraña manera. Sé que te acuestas a mi lado en las noches cuando le doy la espalda al otro lado de la cama, y sé que acaricias el anillo en tu dedo cuando piensas en nosotros. También sé que a pesar de todo lo ocurrido, del hecho de que tú jalaste el gatillo, del que tú pusieras aquel veneno en mi comida en un intento fallido de eliminarme, y del que ahora me sigas a todos los lugares a los que vaya, te amo. Yo mismo me condené a esto, el día que te vi por primera vez, en el que te invité a salir, las noches que te permití quedarte en mi casa y el día en el que, tembloroso, coloqué aquel anillo en tu dedo... Todo eso fue parte de mi gran error, al apresurar las cosas, al darme de ciego ante tu forma de obrar, al ignorar todos tus antecedentes y todas las extrañas frases que una y otra vez repetías... Ah, Julieta. Amarte fue mi error. Te has ido por tu propia mano, y quieres llevarme contigo. Y mientras no consigues hacerlo, mientras no puedas quitarme la vida, tu blanca figura ahogará mi tiempo restante en pánico, hasta que anhele la muerte y tu presencia. Pero aún así, aún con el acoso de tu ahora frío cuerpo, sigo amándote, aún lo hago. Yo juré, ante mí, ante todos, ante Dios en el altar que estaría contigo hasta que la muerte nos separe. Y nos separó, a medias; pero ahora... Estoy seguro de que las cosas volverán a ser el mismo bello martirio que eran. Estoy seguro de que mi soledad será mi consuelo, y mi tristeza, hasta que llegue el fatídico día, Julieta, en el que mi muerte nos reúna.