PropertyValue
rdfs:label
  • ¿Hermano? ¿Dónde estás, hermano?
rdfs:comment
  • No recuerdo cuánto tiempo pasó desde eso. Estoy seguro de que no fue mucho pero tampoco fue hace poco. Era una noche nublada, no se veía ni la luna. Mis dos hermanos mayores, mi hermano menor y yo nos encontrábamos jugando a las escondidas. Cuando llegó mi turno de contar dije con un puchero; -¡No quiero! ¿Por qué no lo haces tú, Mike? -Ya lo hice una vez, Anthony, Cooper también. -¡Pero no quiero! ... Bueno, pero me deben más postre. -Como tú digas, mocoso. -¡Te encontré, Cooper! -¡Maldición! -Ahora solo falta Park. -¿Eh? ¿Park? Oye, mocoso... ¿acaso tú no...? -¡Mike! ¡Cooper! ¡Anthony! -S-Sí...
dcterms:subject
abstract
  • No recuerdo cuánto tiempo pasó desde eso. Estoy seguro de que no fue mucho pero tampoco fue hace poco. Era una noche nublada, no se veía ni la luna. Mis dos hermanos mayores, mi hermano menor y yo nos encontrábamos jugando a las escondidas. Cuando llegó mi turno de contar dije con un puchero; -¡No quiero! ¿Por qué no lo haces tú, Mike? -Ya lo hice una vez, Anthony, Cooper también. -¡Pero no quiero! ... Bueno, pero me deben más postre. -Como tú digas, mocoso. Empezé a contar del uno al cien, pero como era un niño malcriado sólo conté hasta el diez. Cuando terminé busqué en los arbustos, luego en los cultivos y después en el garaje, donde encontré a mi hermano mayor, Mike. Luego caminé al lado de la valla y por el rabillo del ojo vi a Cooper, mi segundo hermano mayor, asomando la cabeza por detrás de las vacas. -¡Te encontré, Cooper! -¡Maldición! -Ahora solo falta Park. -¿Eh? ¿Park? Oye, mocoso... ¿acaso tú no...? -¡Mike! ¡Cooper! ¡Anthony! -Es mamá... vamos, Cooper. -S-Sí... -Ah... voy a buscar a Park. Cuando fui a buscarlo de alguna forma sentí que mi hermano me miraba preocupado y con cierto temor. Cuando llegué al bosque empezé a llamar a mi hermanito por su nombre, gritando pero no llegó respuesta. Pensé que se había tomado demasiado enserio el juego, como era un niño de cuatro años, qué se le iba a hacer. Caminé y caminé hasta llegar a un barranco que de alguna me daba un muy mal presentiemiento. Miraba abajo asombrado, ni se veía el fondo. Hasta que divisé una figura pequeña, parada en una roca abajo. Era Park. Sin detenerme a pensar en lo que hacía salté por la valla y bajé hasta él. -¡Te atrapé, Park!- fue lo que dije. -¿Eres imbécil o qué? No te puedes quedar aquí así como así. Cuando terminé esa frase me di cuenta de que él no era Park. Era un mounstruo. Tenía las cuencas de los ojos vacías y negras, como si algo se las hubiera arrancado, la tez pálida como un muerto y la boca... la boca sonreía siniestramente con los dientes amarillos y puntiagudos, la ropa estaba destrozada y muy sucia, el cabello ni hablar. Estaba despeinado, mugriento y totalmente maltratado. Las manos parecían cualquier cosa menos manos humanas. Las uñas largas y sucias, además que el cuello estaba algo doblado y las piernas rotas, ni idea de cómo se podía parar. La piel se le caía y un líquido rojo oscuro chorreaba de sus heridas, pero sin duda la que más llamaba la atención era una gran herida en su estómago donde se veía el otro lado del barranco. Sin pensarlo dos veces di un paso hacia atrás, aterrorizado y muy asqueado. Traté de hablar, aunque mi voz fallaba y se notaba temblorosa. -¿Q-Quién eres t-tú? -¿No me recuerdas?-respondió la cosa con una voz retorcida pero a la vez infantil. -¿A quien dejaste a su suerte aunque apreciabas y cuidabas? ¿A tu... pequeño hermano? En ese instante recordé. Cuando tenía ocho años y mi hermanito dos estabamos buscando bayas por el bosque hasta que un oso apareció. Yo corrí y corrí, me pude salvar, pero mi hermano no tuvo la misma suerte. Según escuché de la conversación entre mamá y el médico el oso era "inteligente" porque le había arrancado los ojos, rasgado la piel, roto los huesos y además sacado los órganos. Yo nunca lo acepté. Cuando asistí a su funeral reía y decía "sólo es un juego, no estás muerto sólo estás jugando a estarlo" pero por mi bien los espectadores siguieron la corriente. Dos años después del funeral de Park nos mudamos al campo porque mi estado había empeorado, mataba animales y pisoteaba a mis compañeros riendo como un verdadero psicópata mientras me hería yo mismo. Luego de recordar todo eso comenzé a llorar, pidiéndole perdón. Aunque no lo aceptaba, no aceptaba que "él" era mi pequeño hermano. Me levanté y empezé a correr. No sabía a donde, pero corrí, escalé el barranco y llegué a la cima donde seguí corriendo mientras lloraba y los mocos salían de mi nariz. Después de unos minutos de carrera tropezé torpemente sobre mis dos pies y caí encima de algunos rosales marchitos. Tenía miedo, sentía que "él" me seguía con intenciones de matarme o peor, torturarme por el resto de mi miserable vida. Pero no, al parecer no me siguió. Pero aún así miré por todos lados, buscándolo. Me levanté y caminé hacia mi casa... pero no había nadie. Había un líquido espeso y rojo que estaba en gran cantidad, luego de vagar un rato buscando a mamá, a Mike y a Cooper. Encontré a mamá dormida en la escalera en una posición nada cómoda, pero por cortesía no la desperté. Lo curioso es que se había dormido sobre un charco de esa pintura roja y espesa. Luego encontré a Mike sobre sus miles de libros que estaban manchados con la pintura y estaban rotos, lo que me extrañó mucho, pues mi hermano mayor era muy pulcro. -Mike... oye, Mike... está dormido... Caminé hacia la habitación de mi hermano mayor, Cooper. Se encontraba en la ventana con la cabeza afuera, que estaba cubierta de la pintura roja. Me empezé a asustar y cuando me voltee "él" estaba ahí. Grité e intenté escapar pero "él" me tomó del brazo. -Hey... ¿Quieres saber qué les pasa a mamá, a Mike y a Cooper? ... pues... ellos están muertos... haha... ¡Hahahaha! -N-No... ¡¿Por qué los mataste?! ¿¡Por qué!? -Yo no los maté... no puedo matar a quienes están vivos... porque yo ya estoy muerto... -P-pero... -Ese fuiste tú... ¿no recuerdas? Cuando corriste hasta casa después de nuestro reencuentro tomaste una rama de un árbol bastante grande y sólido y masacraste a nuestra familia. -N-No... ¡NO! ¡Yo no lo hice! -Sigue mintiéndote a ti mismo y terminarás en la locura, hermano. Terminarás como yo después de que me abandonaste con aquél oso que no era un oso... me debo ir... fue un placer volver a hablar contigo. -N-No... -Empezé a llorar y me arrodillé ante mi "hermano" -Lo siento... ¡Lo siento tanto! ¡Snif, por favor, no me dejes solo, hermano! ha... haha... ¡Hahahahahahaha! ... Soledad, odio, temor, tristeza, llanto, dolor, felicidad, demencia... Lo que sentía. ¿Hermano? ¿Dónde estás, hermano?