PropertyValue
rdfs:label
  • Paseos Subconscientes (Parte II)
rdfs:comment
  • -Si, Martha. Disculpa la molestia- mi madre colgó el teléfono.-¿Y que te dijo?- pregunte con ansiedad.-Ester esta bien, como es lógico. Yo no se cual es tu problema, te has pasado esta vez Ariana María- no se por que mi madre siempre me regaña usando mi nombre completo, es tan molesto.-¡Estaba muerta! ¡Yo lo vi!-¡Era un sueño! ¿Cuál es tu problema? ¿Te estas drogando, es eso?-No, mamá eso ni siquiera viene al caso- mi madre es una histérica, siempre exagera y malinterpreta.-¿Entonces que es lo que te pasa? Entiendo lo de antes, pero esto fue demasiado. ¿Acaso voy a tener que buscarte un psiquiatra?-No lo estas entendiendo. Se sentía real y yo me lo dije a mi misma. Y lo vi, te juro que lo vi. Su garganta…-¿Escuchas lo que dices?- me interrumpió-Solo olvídalo mamá. Tal vez si necesito ese p
dcterms:subject
abstract
  • -Si, Martha. Disculpa la molestia- mi madre colgó el teléfono.-¿Y que te dijo?- pregunte con ansiedad.-Ester esta bien, como es lógico. Yo no se cual es tu problema, te has pasado esta vez Ariana María- no se por que mi madre siempre me regaña usando mi nombre completo, es tan molesto.-¡Estaba muerta! ¡Yo lo vi!-¡Era un sueño! ¿Cuál es tu problema? ¿Te estas drogando, es eso?-No, mamá eso ni siquiera viene al caso- mi madre es una histérica, siempre exagera y malinterpreta.-¿Entonces que es lo que te pasa? Entiendo lo de antes, pero esto fue demasiado. ¿Acaso voy a tener que buscarte un psiquiatra?-No lo estas entendiendo. Se sentía real y yo me lo dije a mi misma. Y lo vi, te juro que lo vi. Su garganta…-¿Escuchas lo que dices?- me interrumpió-Solo olvídalo mamá. Tal vez si necesito ese psiquiatra- me levante fastidiada y me encerré en mi habitación. No estaba precisamente enojada, solo desearía que pudiera entenderlo. El sueño fue tan real, tenía que ser la verdad. Pero, mi madre no lo había soñado, así que no sabia lo que se sentía. Supongo que por eso cree que estoy demente. Tal vez lo este, pero no estoy dispuesta a considerar eso muy a fondo. Pero, ese pensamiento siempre se introduce en mi mente. ¿Estaré demente? Era posible, considerando lo que había pasado antes. Así nos referíamos al específico evento en el pasado que no nos gustaba recordar a mi madre y a mí. “Antes”.“Antes” había pasado cuando tenia doce años. Llegue a casa después de la escuela y me tire en la sala a dibujar sirenas, siempre me han gustado. Estaba concentrada cuando oí un gemido. Casi como de dolor, pero sin llegar a serlo. Me levante a averiguar que era, seguí el sonido hasta la habitación de mis padres. Abrí la puerta sigilosamente.Y allí encontré a mi padre teniendo sexo con una mujer, después supe que era su secretaria Silvia. Yo estaba horrorizada. Nunca supe por que lo hice, solo lo hice. Agarre un jarrón que estaba junto a la puerta y se los tire. Le di a Silvia justo en la cabeza, grito de dolor mientras manaba sangre de un pequeño corte en su frente. Ellos voltearon a verme y entonces corrí.Salí de la casa y no pare. Debí de haber corrido por horas sin parar porque cuando pare ya no sabia donde estaba. Así que me senté en la acera. Se me revolvía el estomago. La verdad, entendía que mi padre no quería a mi madre. Ella es insoportable, especialmente con el, nunca lo dejaba en paz. Siempre algo tenía que estar mal. ¿Pero, como pudo engañarla mientras estaban casados? Si se hubieran divorciado no me hubiera importado, pero esto era algo vil. Si el se quedaba, seria porque estaba dispuesto a aguantarla. ¿O no era así? No importaba, la verdad yo era una niña y no tenia por que justificar sus acciones ni tampoco entenderlas. Pensé en regresar, pero estaba perdida y además no quería estar allí cuando mi madre se enterara. ¿Se lo diría mi padre? Significaría admitir que era un miserable sin autocontrol, pero supongo que se preguntaran adonde estoy. El pudiera haber inventado algo para justificar mi ausencia. No lo sabia, pero si estaba segura de que no quería regresar. Aun si significaba morirme en esa acera.Me senté allí hasta que oscureció. Hacia frio y tenía mucha hambre, pero eso no hizo que cambiara de parecer.-Deberías estar en casa, niña. Es muy tarde- mire hacia arriba y vi la silueta de un hombre. La luz del poste ensombrecía sus facciones, haciéndolo ver algo terrorífico. Me levante de un solo paso, sorprendida.-No- respondí con un hilo de voz.-Son las dos de la mañana. ¿Qué podrías estar haciendo aquí?- dijo con su voz profunda y rasposa.-¿Enserio? No tenia idea. Pensé que era más temprano.-No me parece que estés bien, niña. Deberías irte a tu casa.-Si, pero no se como volver.-Entonces te perdiste. Me hubieras dicho antes- dijo mientras agarraba mi mano bruscamente.-¡Espere! – grite- Yo ni siquiera lo conozco señor. ¿Adonde me lleva?-A tu casa, niña. No puedo dejarte aquí.-Puede y es lo que va a hacer. No confió en extraños. Le preocupa tanto que es lo que hago aquí pero, ¿Qué es lo que usted hace aquí?-Camino, siempre lo hago a esta hora. Todo esta callado, pero no si estas aquí. Piensas demasiado.-Usted no sabe lo que pienso. Ni cuanto pienso- pensé en correr, pero el seguramente me alcanzaría.-Puedo escucharte. Si no me dejas llevarte a tu casa, al menos llama a tus padres y, por favor, vete de aquí- el hombre era todo un lunático.-¿De que esta hablando?- ahora tenia curiosidad y no había manera de deshacerse de mi.-¡Que niña tan difícil!- dijo con exasperación. Agarro mi mano, esta vez más fuerte, y me arrastro un buen trecho, a pesar de mis protestas. Era muy fuerte, no me podía soltar. Termine callándome y caminando por mi cuenta a su lado. Había pasado lo imposible, esa noche encontré a alguien más terco que yo.-¿Usted puede leer mis pensamientos?- pregunte después de un rato.-No los leo. Solo es que tus pensamientos son tan fuertes que se mezclan con los míos y puedo escucharlos- dijo el hombre de forma condescendiente.-No estoy segura de que lo entienda-No tienes que entenderlo. Tienes que llegar a tu casa. No importa lo que pase entre tus padres, la verdad que no es asunto tuyo.-¿Sabe sobre eso?- dije apenada.-Si, créeme niña que te entiendo, pero no puedes quedarte en la calle plagándola con tus pensamientos. Me alegra haberte encontrado primero.-¿Primero?- pregunte-Olvídalo, llegamos- Y en efecto, estábamos justo enfrente de mi casa.Dude en entrar, pero no tenia opción. El hombre entro conmigo. Mi madre estaba en la sala, gritando como siempre, esta vez la receptora era mi abuela se calmo cuando me vio, pero no por mucho. Exigió explicaciones que yo no podía darle. No estaba segura de lo que mi padre le había dicho y no quería delatarlo y además la verdad ni siquiera sabia como pude quedarme afuera tanto tiempo. Lo único que pude contestarle fue como llegue a casa. Le dije que el hombre me trajo pero ella parecía confundida.-¿Qué hombre?- pregunto con gesto de confusión.- Esta allí- dije señalando el lugar donde estaba parado. Ahora lo podía ver bien, era viejo. Su cara arrugada tenía una expresión severa que parecía ir bien con su lánguida y alta figura. La calva solo acentuaba su severidad, al igual que sus roas cafés y flojas.-No hay nadie allí, Ari- dijo mientras tomaba mi mano, se veía preocupada- Ari, yo se que lo que viste fue duro, y la verdad no se que decirte- Así que si le había dicho la verdad.-Esta bien- dije mientras retiraba mi mano. Era tan extraño ver a mi madre así, ella nunca era tan empática. Extrañamente, no me gustaba.-Yo…-No, mamá deja de hablar de eso. Es tu problema. No me importa, hagan lo que quieran pero no me metas- y con eso corrí a mi habitación y me encerré. Me sorprendió ver que el hombre estaba allí, pero no dije nada. El se sentó en mi silla y yo en el piso.-¿Ellas no pudieron verlo, verdad?- pregunte, mi curiosidad había aumentado mucho mas.-Si, he tenido ese problema últimamente- dijo con ese tono molesto que ahora lo caracterizaba-¿Por qué esta aquí? Pensé que yo no le agradaba.