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  • Alma atormentada
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  • Tengo miedo, vivo completamente aterrado. Ya no soy capaz ni de dormir con tranquilidad, pues sé que todo el tiempo están ahí, a mi lado, mirándome, observando todos y cada uno de mis movimientos y esperando la oportunidad perfecta para saltar sobre mí y atacarme. Sé que están aquí, ahora mismo, me están vigilando. Salgo a la calle, voy a mi bar favorito, a beber unos tragos y así tratar de olvidarme de sus macabras voces, pero es inútil, ya no hay nada que pueda hacer para evitar escucharlos. Pero continúan riéndose de mí. Se acercan a mí y me dicen: "¿Nos recuerdas?". X2A
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  • Tengo miedo, vivo completamente aterrado. Ya no soy capaz ni de dormir con tranquilidad, pues sé que todo el tiempo están ahí, a mi lado, mirándome, observando todos y cada uno de mis movimientos y esperando la oportunidad perfecta para saltar sobre mí y atacarme. Sé que están aquí, ahora mismo, me están vigilando. Estoy completamente desesperado, angustiado. Con temor y a gritos les suplico que de mí se aparten, que por un simple día me dejen tranquilo, que me dejen por un día recuperar las cualidades humanas que he perdido hace ya varios años, pero no hacen más que burlarse de mí mientras al oído me susurran que no descansaré en paz nunca. Salgo a la calle, voy a mi bar favorito, a beber unos tragos y así tratar de olvidarme de sus macabras voces, pero es inútil, ya no hay nada que pueda hacer para evitar escucharlos. Miro hacia un lado, hacia el otro, salgo corriendo, llego a un bosque y trato de ocultarme, sin éxito. Ellos han aparecido de la nada y ahora están conmigo. En mi casa, mientras trato de terminar mi trabajo, oigo sus voces burlándose de mí. Trato de concentrarme en mis asuntos, pero por más que lo intento, continúo viendo imágenes de cadáveres y manchas de sangre por todos lados. Trato de cerrar los ojos, me tapo los oídos y grito con desesperación: "¡DÉJENME TRANQUILO!" Pero continúan riéndose de mí. Trato de descansar, bebo un café caliente, mientras veo sus siluetas andar de un lado a otro a mi alrededor y acercándose a mí de vez en cuando solo para atormentarme. Las lágrimas brotan de mis ojos, no lo puedo ocultar ya. Me dirijo directamente a mi cama, me meto en las sábanas y trato de dormir, pero es solo para seguir escuchando sus voces y viendo sus sombras dentro de mis sueños. Esta historia se repite día tras día. Yo sólo trato de llevar una vida normal. Cada día, cada hora, lloro más y más, pues me doy cuenta que mientras más días pasan, más cerca de mí se encuentran, más fuerte se vuelve su voz, que jamás de mí se apartarán, y que lo único que buscan es mi vida destruir. Mis amigos no soportan más verme así, creen que estoy loco, así que han decidido llevarme a un manicomio, aquí en donde estoy, encerrado igual que un perro bravo. Solo han pasado dos días desde que estoy aquí adentro, pero me ha parecido una eternidad. De pronto, escucho a varias personas entrando; creía que eran los doctores que atenderán mi caso. Se acercan a mí y me dicen: "¿Nos recuerdas?". X2A