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  • Virus Devorador de Vida
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  • [[Archivo:Bombardeo_Vírico_Devorador_de_Vida_Istvaan_III.jpg|thumb|240px|Bombardeo del virus Devorador de Vida sobre la Ciudad Coral de Istvaan III.]] El virus Devorador de Vida es el arma más destructiva y terrible que posee el Imperio, hasta el punto de que el mismísimo Emperador prohibió su uso salvo en casos de necesidad excepcional. Esta pandemia se propaga mediante un bombardeo orbital, desatando un agente biológico que aniquila toda forma de vida de un planeta en cuestión de minutos. Se propaga por el aire (con lo que no funciona en entornos sin atmósfera) y literalmente disuelve aquella materia orgánica que toca, quedando reducida a una repugnante masa informe. Dado que el virus necesita seres vivos para subsistir (va pasando de uno a otro) cuando no quedan restos de vida comienza
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  • [[Archivo:Bombardeo_Vírico_Devorador_de_Vida_Istvaan_III.jpg|thumb|240px|Bombardeo del virus Devorador de Vida sobre la Ciudad Coral de Istvaan III.]] El virus Devorador de Vida es el arma más destructiva y terrible que posee el Imperio, hasta el punto de que el mismísimo Emperador prohibió su uso salvo en casos de necesidad excepcional. Esta pandemia se propaga mediante un bombardeo orbital, desatando un agente biológico que aniquila toda forma de vida de un planeta en cuestión de minutos. Se propaga por el aire (con lo que no funciona en entornos sin atmósfera) y literalmente disuelve aquella materia orgánica que toca, quedando reducida a una repugnante masa informe. Dado que el virus necesita seres vivos para subsistir (va pasando de uno a otro) cuando no quedan restos de vida comienza a desaparecer debido a que se "devora" a sí mismo, de modo que al cabo de poco tiempo el planeta queda libre de esta horripilante arma biológica. No obstante dada la enorme descomposición de material orgánico que provoca, el aire queda saturado de gases inflamables (como el metano), lo cual proporciona una excelente oportunidad para ocasionar un segundo ataque. Sencillamente basta con prender fuego a la zona (mediante un simple disparo láser desde la nave) para desencadenar una devastadora tormenta de fuego por la superficie del mundo en cuestión. Estas bombas permiten acabar rápidamente con el enemigo sin necesidad de destruir sus construcciones ni tampoco contaminar el ambiente (a diferencia de las armas atómicas), de forma que puede procederse a la posterior invasión con rapidez y seguridad. La única manera de protegerse ante ellas es permaneciendo en lugares sellados y a ser posible bajo tierra (como búnkers), porque no hay que olvidar que al ataque vírico puede seguir después el ígneo. Pese a que destruye materia orgánica no basta un simple traje antibacteriológico como defensa, puesto que este agente incluye elementos que también corroen superficies poco resistentes (plástico, tela, aluminio) y por tanto la protección ha de ser un blindaje metálico u otro material suficientemente duro. Las servoarmaduras de los Astartes tienen un cierre hermético, pero con cables y junturas que el virus puede disolver y por tanto resultan inútiles, aunque la de un Dreadnought sí impide el paso del mismo así como la de un Titán siempre que cambie a modo de sellado. Esta arma fue empleada de un modo completamente traicionero por el Señor de la Guerra Horus en la Atrocidad de Istvaan III contra aquellos Astartes de las primeras Legiones Traidoras (los Devoradores de Mundos, los Hijos del Emperador, la Guardia de la Muerte y sus propios Hijos de Horus) que él consideraba que nunca se unirían a su lucha contra el Emperador, dando el verdadero comienzo a la Herejía de Horus.