| abstract | - Seguramente haz escuchado de “Rapunzel”, pero este no es un cuento de hadas… Rapunzel era una joven que padecía de esquizofrenia. Desde sus 7 años detectaron, su enfermedad ella comenzaba a aislarse y lo único que hacía en ese tiempo era cepillar su cabello. Sus padres que la amaban la llevaban a un psiquiatra todos los días para tratar con su enfermedad. Ese día su psiquiatra les dijo a los padres de Rapunzel: -“Su hija últimamente sufre cambios excesivos de humor, pasa rápidamente de un estado a otro” -“¿Bipolaridad?” Pregunto David a la psiquiatra - “Si y no solo eso. Dijo que le molestaba dormir en una habitación con paredes totalmente acolchadas, que preferiría una habitación normal y no dormir con su camisa de fuerza para poder defenderse de las criaturas que la acosan” - “Pero se lastimara a ella misma” Dijo su madre Jessica preocupada. - “Señorita, veré si puedo hacer algo para complacerlos a ustedes y a su hija” contesto la psiquiatra concluyendo su trabajo y retirándose. Jessica fue a ver a su hija y la encontró peinando su cabello marrón lacio. Jessica la observo y le dijo mientras se sentaba a su lado: -“Mira lo que te traje” Ella saco el cuento de Rapunzel de su cartera entregándoselo y le dijo: - “En ella me inspire para nombrarte” Rapunzel solo continuaba cepillando su larga cabellera sin pronunciar una sola palabra. Su madre se despidió de ella con un beso en la frente y dejando el libro en su regazo. Cuando su madre se retiró Rapunzel saltó de la emoción y dijo para su peine: -“Finalmente sabré porque me llamo así” Ella empezó a leer la historia, la estuvo leyendo todo el día hasta que su padre escucho que Rapunzel gritaba molesta: -“¿¡Dónde está mi príncipe?!” Su padre sabía que eran los cambios de humor que ella sufría así que prefirió ignorarla hasta que se detuviera. El señor David recibió una llamada de la Sra. Gates (la psiquiatra de su hija) que le decía: -“Señor David, muy buenas tardes, me gustaría comunicarle que su hija está lista para vivir en una habitación normal y su camisa de fuerza será removida” - “Muchas gracias señora Gates” Corto la llamada a lo que fue a donde su hija a darle la noticia. Cuando entro ahí estaba ella cepillando su cabello (señal de que estaba tranquila) - “Rapunzel ahora tendrás una habitación y ya no utilizaras chaleco para dormir” dijo David Ella permaneció callada cepillando su cabello a lo que su padre se despidió de ella con un beso en la mejilla y se retiró. Rapunzel salto de la emoción y le dijo a su peine: -“¿Viste? Seremos normales” Al siguiente día su psiquiatra ya tenía lista su habitación, ya estaba lista para trasladarse. Sus padres la dirigieron a su nueva habitación pero ella solo permanecía callada sin mostrar ni una expresión a lo que la dejaron sola con su psiquiatra. Ella le hizo un diagnostico a la joven y descubrió que ahora padecía de depresión. ¿Cómo era posible? La trataban bien y complacían todos los caprichos que podían. La señora Gates bajo a darles la noticia a sus padres: -“Su hija ahora padece de depresión” -“Sabia que este día llegaría en cuanto, no conozca palabras como homicidio y suicidio estaremos bien” Dijo David en un tono muy severo -“De hecho el análisis dice que lo mejor es mostrarle los males del mundo, esta ansiedad se causa por su curiosidad a ver más allá de sus muros y se reducirá en cuanto vea lo malo del exterior” añadió Gates retirándose. Al siguiente día, Gates le comento a Rapunzel sobre todos los males del mundo, lo que debía hacer y lo que no. Con eso Gates se retiró de su habitación dejándola sola y fue a contarle a sus padres sobre el proceso y como redujo su depresión. -“Suicidio…” decía Rapunzel para su peine -“Finalmente ser libre de este basurero” Ella sin perder tiempo trenzo su cabello alrededor de su cuello y apretándola cada vez más mientras escuchaba el crujir de sus huesos y sentía como sus ojos se salían de su órbita hasta que finalmente murió por culpa de su psiquiatra y su mal diagnóstico, y claro su enfermedad. A la mañana siguiente fue encontrada ahorcada con su propio cabello. La habitación se volvió en un mar de lágrimas, se escuchaban los sollozos y gemidos de sus padres por todo el vecindario. No había nada que hacer excepto lamentar. Lo misterioso fue que el análisis de la psiquiatra no había fallado, la solución de su depresión fue su muerte.
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