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  • Bosque de Awa
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  • El bosque de Awa fue creado por la diosa Wina. Es una enorme masa vegetal, la mayor de Idhún, cuyas plantas y árboles parecen tener unas proporciones acordes con la gran extensión del bosque, ya que en los cálices de algunas de las flores pueden permanecer varias personas. Más tarde, en este bosque comienzan las labores de construcción del Oráculo de los Tres Soles gracias a Ha-Din, el Padre de la Iglesia del mismo nombre.
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  • El bosque de Awa fue creado por la diosa Wina. Es una enorme masa vegetal, la mayor de Idhún, cuyas plantas y árboles parecen tener unas proporciones acordes con la gran extensión del bosque, ya que en los cálices de algunas de las flores pueden permanecer varias personas. Durante los tiempos de paz, es la residencia de la mayor parte de los feéricos y en tiempo de guerra se convierte en el último refugio de los rebeldes tras la caída de la Torre de Kazlunn. Supuestamente, el bosque es inexpugnable gracias a un poderoso escudo que solamente pueden atravesar los feéricos y aquellos a los que estos se lo permiten. Este escudo es producido por las flores lelebin, que recogen la luz de las tres lunas de Idhún. Al final del segundo libro de la saga, Tríada, Ashran el Nigromante hace caer el escudo feérico envenenando con su poder oscuro la luz de las lunas y provocando así la muerte de las flores, con lo que el escudo desaparece. En Tríada, el Bosque de Awa crece cuando se alía con la fortaleza de Nurgon, ocupando los territorios lindantes a ésta para protegerla de futuros ataques por parte de los sheks, como finalmente sucedió en la Batalla de Awa tras la caída del escudo feérico. Durante esta batalla, el bosque sufre muchos daños por parte de los sheks, ya que estos ejecutan sobre él un hechizo de hielo que congela y mata los árboles debilitando el bosque y desprotegiendo a los féericos en la batalla. Más tarde, en este bosque comienzan las labores de construcción del Oráculo de los Tres Soles gracias a Ha-Din, el Padre de la Iglesia del mismo nombre.