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  • Aquel que se condenó a sí mismo
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  • Alrededor del verano de 1999 un grupo de amigos y yo emprendimos un viaje donde el alcohol, la música, el sexo y la diversión estaban presentes. Ocupamos, para dar rienda suelta a nuestras pasiones sin temer al nomadismo, una casa convenientemente alquilada a las afueras de la ciudad, donde todo es campo y en muchos kilómetros a la redonda no hay ni un alma. Mis amigos... O lo que quedaba de ellos. Brazos, piernas y torsos esparcidos en el piso, el inodoro y manchando el espejo. La bañera se hallaba rebosante de sangre. -Cuéntame lo de la camiseta mojada. -¿Qué pasó con la linterna? -¿Linterna?
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  • Alrededor del verano de 1999 un grupo de amigos y yo emprendimos un viaje donde el alcohol, la música, el sexo y la diversión estaban presentes. Ocupamos, para dar rienda suelta a nuestras pasiones sin temer al nomadismo, una casa convenientemente alquilada a las afueras de la ciudad, donde todo es campo y en muchos kilómetros a la redonda no hay ni un alma. La primera noche de orgía y desenfrenado placer se vertió en una copa fortuita de azar y recuerdos convulsos. Sí, lo único que abandonó Dioniso en mi cuerpo fue el agrio sabor de la resaca. Vomité hasta agobiarme en el retrete. Cuando logré incorporarme, descubrí sin sorpresa que mis amigos compartían mi desgracia. Cerca de las cinco de la tarde, nos encontramos completos para reanudar la próxima bacanal. La semana se desenvolvió en esta demencia día y noche. Para cuando brilló la última aurora, desperté, muy a pesar del malestar físico, y mientras recorría, arrastrando los pies, el largo pasillo que conducía al baño, fui devuelto a mí mismo con un golpe visual estremecedor. Mis amigos... O lo que quedaba de ellos. Brazos, piernas y torsos esparcidos en el piso, el inodoro y manchando el espejo. La bañera se hallaba rebosante de sangre. -Cuéntame lo de la camiseta mojada. -No sé porque estaba mojada, parecía sangre, pero quizás la vomité, señor comisario. De hecho, no tengo ni puta idea de por qué le hablo de una camisa. -¿Qué pasó con la linterna? -¿Linterna? -Haz un esfuerzo por rememorar la noche de octubre del 99. Usaste una linterna mientras dormían. -La escuché al caer y sonó como metal; desapareció. -¿Por qué los mataste? -Yo no lo hice, ya se lo dije. -En tu pesadilla tú acusabas... -No hubo pesadilla alguna. -Tus amigos y tú pasaron la semana entera en una casa en las afueras de la ciudad, hace treinta años. Me dijiste que padecías ese mal sueño una y otra vez como si lo vivieras en el presente. -Oh, sí, y la camiseta mojada. La asfixié con esta a "ella". Sus gritos jamás los oyeron. -Cuéntame de ella. -¡Mierda! ¡Déjame en paz! ¡Yo no lo hice! ¡Yo no maté a nadie! ¡Por favor! Todo fue un mal sueño, y desperté y estaban todos muertos en el baño... -Vamos a comenzar de nuevo, amigo. ¿Qué hiciste después de eso? -Los cosí una tras otro, uní sus partes de la mejor manera posible, y luego traté de revivirlos. -¿A qué te refieres? -Les daba de comer, los acostaba, bromeaba con ellos, ¡devuélvemelos! -¿Quién te los arrebató? -Él, él los mató. Yo solo desperté y los encontré muertos, el espejo, el piso, manchados de sangre... Él los mató. -¿Quién es él? -Quien me quitó a ella. Yo la amaba, y él me la quitó. Él dormía cuando yo los maté a todos, y luego la ahogué a ella. Él me contempló en el espejo con horror y luego me denunció tras todos estos años escondiéndome de él, jugueteando con su ingenuidad, endulzando sus sueños. Pero he triunfado, y aunque él no sea culpable de nada, me lo llevaré al infierno conmigo. Categoría:Mentes trastornadas Categoría:CC