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  • Yeimi y Vale Sisters Killer Of Children
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  • Camino en soledad. No se como me aleje de mis amigos. En un segundo estábamos pidiendo dulces de puerta en puerta, alegres, sin causar daño. Cuando sin darme cuenta me había alejado un poco de ellos para contar mi botín y los había perdido de vista. Yo llevaba un disfraz de enfermera asesina. Tenia el típico uniforme blanco y el sombrero, pero tenia un parche medico en mi ojo derecho, mi brazo estaba vendado y salpicado de sangre al igual que el uniforme. Mis zapatos eran blancos y mi pierna izquierda también estaba vendada. No era un buen disfraz que digamos, pero si rompía con los típicos de bruja, ángel, diabla que solía usar en años anteriores. La calle por alguna extraña razón se había quedado vacía como cementerio. Una débil pero espesa niebla comenzó a rodear la calle dándole un asp
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  • Camino en soledad. No se como me aleje de mis amigos. En un segundo estábamos pidiendo dulces de puerta en puerta, alegres, sin causar daño. Cuando sin darme cuenta me había alejado un poco de ellos para contar mi botín y los había perdido de vista. Yo llevaba un disfraz de enfermera asesina. Tenia el típico uniforme blanco y el sombrero, pero tenia un parche medico en mi ojo derecho, mi brazo estaba vendado y salpicado de sangre al igual que el uniforme. Mis zapatos eran blancos y mi pierna izquierda también estaba vendada. No era un buen disfraz que digamos, pero si rompía con los típicos de bruja, ángel, diabla que solía usar en años anteriores. La calle por alguna extraña razón se había quedado vacía como cementerio. Una débil pero espesa niebla comenzó a rodear la calle dándole un aspecto de ultratumba. Un escalofrío recorrió mi cuerpo en ese momento. Sentía que alguien me observaba y comencé a escuchar risas, las escuchaba con claridad, muy cerca de mí. Trague grueso esto ya no me estaba gustando. Al principio pensé que era una broma de mis amigos pero al girarme palidecí ya que solo estaba yo en esa calle desolada. -"¿Te has perdido?"– me pregunto una chica de cabello castaño oscuro los ojos marrón claro vestía un Short gris con detalles negros unos zapatos negros con azul aqua-marina y un buzo rojo ella tenia la capucha puesta A su lado estaba una chica castaña clara con ojos marrones oscuros vestida con un pantalón naranja muy corto que parecía un Short unas media abajo de la rodilla de color gris con negro unos zapatos negros un buzo muy largo que le cubría las manos y parte del pantalón de color negro en su mano tenia una calabaza con unos fósforos y un cuchillo y en la otra una linterna muy vieja. Era raro podía jurar que hace dos segundos ellas no estaban ahí. Yo asentí tímida y note que la chica castaña oscuro me miro y me sonrío –"Mi nombre es Yeimi y ella es mi hermana Valeria, nuestra casa esta cerca, si quieres puedes venir y quedarte un rato"– me dijo el dedicándome una amplia sonrisa. -"Hazle caso a mi Hermana, es peligroso estar aquí solo y mas en esta época del año donde dicen que rondan los asesinos"– me dijo Valeria haciendo ruidos como de fantasmas que me pusieron la carne de gallina. -"¿Cuál es tu nombre?"– me pregunto Yeimi interesada. -"Alexandra"– conteste con un poco de miedo. Todo lo que estaba pasando era muy raro y ahora estas Hermanas aparecían y me ofrecían posada en su casa. No es que no se vieran confiables es solo que por alguna extraña razón sentía miedo. Ese miedo que recorre tu espalda acompañado del sudor frío que empapa tu frente indicándote que corres un gran peligro. -"No lo se, es tarde y de seguro mis amigos y mis padres deben de estar preocupados por mi"– les avise con tono amable. Tampoco debía ser grosera, puesto que ellas habían tenido la amabilidad de ofrecerme su casa a pesar de que nos acabábamos de conocer. -"De prisa decide, di que si"– me incito Valeria mirándome con una sonrisa de oreja a oreja. -"Acepta, luego podría ser tarde para arrepentirse"– me dijo Yeimi mirándome con ojos suplicantes. -"Bueno…supongo que me puedo quedar un rato y llamarles a mis padres para que no se preocupen"– les dije mirándolas algo temerosa. Ellas al escuchar mi respuesta dieron un salto de alegría y luego ambas me abrazaron contentas. -"No te arrepentirás de haber aceptado nuestra invitación"– dijeron al unísono alegre, se separaron poco a poco de mí y ambas me extendieron sus manos. Yo las mire algo confundida y temerosa por su acción. Tal vez ellas querían llevarme a su casa de las manos y no las culpo. Por alguna razón la niebla se hacia cada vez mas densa. Todo parecía cementerio. No se escuchaba ningún ruido, ni siquiera el cantar de los grillos Ambas se me quedaron mirando confundidas y luego rieron un poco -"Tranquila Alexandra, no mordemos"– bromeo Yeimi riendo. -"Vamos Alex, sin miedo, que debemos darnos prisa"– me dijo Valeria dulcemente. Yo asentí y tome las manos de ambos algo temerosa –"Bien ahora comenzara lo divertido"– me dijeron ambas casi en un susurro. Comenzaron a correr de la nada, prácticamente me estaban arrastrando. Por más que yo les decía que fueran más despacio ellas parecían hacer lo contrario. Llegamos a un bosque que se veía sacado de un libro de terror. Nos adentramos más y más. A donde la luz de la luna apenas llegaba debido a las espesas copas de los árboles, la niebla rodeaba todo y luego, ellas se detuvieron y me soltaron para caminar lentamente. Yo agarre aire por la nariz de manera desesperada. La carrera me había dejado exhausta, pero ellas se veían tan tranquilas o a ellas no les había afectado la carrera en lo absoluto, o necesitaba ponerme en forma. Cuando me recupere levante mi vista para ver la casa de las hermanas. Abrí mis ojos sorprendida Estaba frente a una enorme cabaña de madera. Las luces estaban encendidas y se veía algo desgastada. Lo decía porque las tejas del techo algunas estaban caídas y otras como descarapeladas de la pintura. Algunos tablones de madera estaban salidos dándole a la casa un aspecto irregular. A simple vista parecía que nadie había vivido ahí durante mucho tiempo -"Entra Alexandra rápido"– me dijeron ellas animadas. Abrieron la puerta, me tomaron las manos y entre a la Cabaña. Debo admitir que por dentro lucia mejor, de hecho era acogedora. Yeimi me guío hasta el sillón e hizo que me sentara. Al tiempo que Vale se sentaba frente a mi observándome con una sonrisa animada, mientras su hermana caminaba alejándose un poco hasta que quedamos nosotras solas. Yeimi volvió a los pocos segundos con una taza de te, sonrío y me la dio. Yo le devolví la sonrisa agradeciéndole el gesto tan amable. Olfatee el te y olía raro. No raro sino diferente. Era como una fragancia dulce y acaramelada -"Es de canela"– me dijo Yeimi al notar mi desconcierto –"Solo espero no haberme pasado con el azúcar"– dijo rascándose la cabeza apenada. Yo provee un poco y me relamí los labios. Era un sabor único e irresistible. Sentía ese dulce y cálido liquido pasar por mi garganta. Al parecer me gusto mucho ya que no me di cuenta de cuando me lo acabe. -"Al parecer si te gusto el te y mucho"– burlo Valeria echándose a reír.-"Espera tienes un poco de te en la cara"– dijo poniéndose de pie. Se acerco a mi, y limpio el poco de te que tenia en la comisura de labios con su dedo índice para luego relamer lo. Yo la mire entre sorprendida, temerosa y asustada. Un mar de sentimientos que se agolpaban en mi pecho, desvíe mi mirada para ver a Yeimi en espera de una reprimenda de su parte por el acto tan atrevido que había hecho su hermana pero en cambio ella la miraba con curiosidad a la vez que con malicia. -"Alexandra, no tengas miedo, debes relajarte y disfrutar del dulce néctar"– me dijo Yeimi sirviendo un poco mas de te en mi taza vacía –"Ignora a mi hermana ella es una tonta y solo te molesta para divertirse"– me susurro guiñándome un ojo. Yo asentí un poco y sonreí con levedad. -"Escucha a mi hermana Alexandra, ella tiene razón, si te amargas solo harás que el néctar también lo haga ¿Quiere eso?"– me pregunto mirándome a la cara. Yo negué con la cabeza rápidamente. Aunque a decir verdad estaba algo confundida por lo que había dicho ella. -"Alexandra disfruta de este dulce néctar, y olvida tus penas, veras que te sentirás mejor"- me aconsejo Yeimi con tono dulce. -"Gracias, eso Are"– conteste sonriendo y bebiendo un poco de mi te. Después de varias tazas de te y una platica animada entre los tres bostece con pesadez. Mis parpados me pesaban al igual que mi cuerpo. No sabía que hora era o cuanto tiempo había pasado, pero al parecer mi cuerpo ya resentía todo eso. -"Alexandra, si estas cansada puedes dormir en la habitación de huéspedes – me ofreció Yeimi -"Eso es muy amable, pero no puedo, no quiero molestar"– les dije mirándolas. -"Tranquila, nuestra casa es enorme, tenemos muchos cuartos extra"– me explico Valeria con tranquilidad. -"Son muy amables pero estoy bien, aun no tengo tanto sueño"– aclare sonriendo. -"Entonces si no estas cansada"– comenzó a decir Valeria con una amplia sonrisa en su rostro. -"¿Qué te parece si jugamos un juego?"– completo Yeimi de la misma forma que su hermana. Ambas me miraban ansiosas esperando mi respuesta. -"¿Qué clase de juego?"– pregunte curiosa. Pero no sabia porque sentía de nuevo esa sensación de miedo recorrer mi espalda y que me ponía la piel de gallina. -"Espera, no es divertido si tu…"- dijo Yeimi sonriendo -"No vendas tus ojos"– completo Valeria poniéndose de pie y sacando un pañuelo. Camino hacia mi y me vendo los ojos para que no pudiera ver nada. Acto seguido ambas me tomaron de las manos y me ayudaron a ponerme de pie y comenzamos a caminar. -"Ten cuidado Alexandra, estas con la torpe de mi hermana, ella tiene dos pies izquierdos"– me dijo Yeimi echándose a reír. -"Que linda hermanita, yo también te quiero"– escuche que contesto Valeria con tono molesto. -"Sabes que es verdad, así que ten cuidado para que Alexandra no se vaya a tropezar o golpear con nada"– le explico ella animada. - "¿Adonde vamos?"– me atreví a preguntar temerosa. Después de todo no veía nada. -"Todo a su tiempo"– contestaron a coro. De pronto nos detuvimos y escuche el sonido de una puerta abrirse, me empujaron y yo caí al suelo. -"Lo siento Alexandra, fue la tonta de mi hermana"– se apresuro a decir Yeimi -"Claro todo yo"– le reprocho Valeria -"¿Qué sucede?"– pregunte confundida y algo asustada. -"Es parte del juego, estas en el cuarto de las travesuras, ahora quédate aquí y no te quites la venda"– me explico Yeimi -"Nosotros estaremos fuera vigilando y preparando lo demás, no te quites la venda hasta que uno de los dos te diga ¿Entiendes?"– pregunto Valeria -"Si, entiendo"– respondí con voz débil. Tenía miedo. No sabía que me iba a pasar. De pronto escuche el sonido de la puerta al cerrarse. Trague grueso, mi corazón latía lenta y lo sentía pesado, gotas de sudor frío resbalaban por mi frente indicándome esa sensación de miedo mortal. -"¿Todo esta listo?"– escuche que pregunto una voz Femenina -"Aun no, por ahora todo va de acuerdo a lo planeado, ella aun no sospecha nada el operador estará feliz de esto"– respondió otra voz Femenina y acto seguido escuche una risa. Pero esta me puso la piel de gallina. Era estridente y cargada de maldad. Comencé a temblar sin darme cuenta, quería quitarme la venda pero tenia miedo de lo que pudiera pasarme si lo hacia. -"¿Cuánto tiempo nos queda?"– volvió a preguntar la primera voz Femenina pero esta vez con tono impaciente y animado. -"Ya casi es la hora, cuando la luna este en su punto, podremos proceder"– contesto segunda voz Femenina de igual forma que la anterior. Al oír esto me aterre mucho, si eso era posible ya que, sentía que el miedo era tal que paralizaba mi cuerpo. Me puse de pie y comencé a caminar tanteando la pared para dar con la puerta. Respiraba de manera agitada, me sentía mareada y más de una vez estuve a punto de caerme. Sentía que todo me daba vueltas. No sabía si debía a que al estar encerrada me ponía mal, ya que yo sufría de claustrofobia, en pocas palabras: Me daban miedo los espacios cerrados. Si estaba en una habitación cerrada por mucho tiempo comenzaba a sentirme mal. Más de una vez en sufrido ataques de pánico debido a esto. Llegue a la puerta de manera milagrosa, la tantee hasta que encontré la perilla, la gire con cuidado para no hacer ruido y empuje un poco la puerta para abrirla. Contuve el aliento. Todo estaba muy silencioso. Lleve mis manos detrás de mi cabeza, afloje un poco la venda de modo que se cayera solo un poco pero, lo suficiente para que pudiera ver con la mitad de mi ojo izquierdo, donde no tenía el parche de mi disfraz. A estas alturas me resultaba ridículo que no me hubiera desecho de el antes, pero eso ahora no tenia importancia. Respire de manera lenta y me puse a observar por la pequeña abertura que había dejado al empujar la puerta. Ahí sentados en el sillón grande, estaban mis anfitriones riendo y hablando, todo parecía normal. Como si yo no existiera pero de pronto al observarlos mejor sentí que mi corazón se detuvo por una milésima de segundo -"Hermana de verdad que tu actuación de esta noche fue magnifica"– le halagó Valeria con una sonrisa burlona. Ella estaba sentada a su lado y sobre sus piernas tenia un plato con una rebanada de pastel con una fresa encima. -"Gracias, pero tú tampoco te quedas atrás querida hermana, eres una actriz natural"– elogio Yeimi con una sonrisa. -"Que puedo decir, esta época del año saca lo mejor de mi"– sonrío y tomo la fresa con sus manos y la examino. Pude ver que entonces tenia la forma de un corazón y acto seguido ella le clavo un cuchillo atravesándola –"Alexandra debe estar desesperada, mejor nos damos prisa"– murmuro bajando la mirada. -"En eso tienes razón, acabemos con esto pronto, antes de que se haga mas tarde"– informo Yeimi poniéndose de pie. Ella dejo el pastel en la mesa y se puso de pie animada. Ambas empezaron a caminar en dirección a la puerta. No sabía que hacer, o que iba a suceder. Lo único que pensé era alejarme de la puerta y cerrarla esperando que ellas no lo notaran. En cuanto cerré la puerta, camine al rincón mas alejado de la oscura habitación y me senté ahí abrazando mis piernas, acurrucándome y temblando debido al inmenso miedo que sentía en ese momento. Ellas entraron en la habitación con tranquilidad. Comenzaron a caminar hacia mí, sus pasos eran lentos y pesados. Cuando estuvieron lo suficiente cerca de mi, ambas sonrieron y comenzaron a reír. Esa risa que había escuchado antes y que me había puesto la piel de gallina. Trague grueso, no sabia de que se reían pero por alguna extraña razón, sabia que no era nada bueno. Ambas estaban frente mío, ellas aun seguían riendo, tardaron unos minutos para que las risas cesaran por completo, pero aun así ellas conservaron sus sonrisas. Valeria me miro unos segundos para luego decir -"Alexandra, perdón si tardamos, pensamos no se, que dormías o algo así"– me explico sin despegar sus ojos de mi. Yo no entendía que tanto me miraba hasta que reacción: Antes me había aflojado la venda de los ojos para poder ver, aunque fuera un poco. Yeimi sonrío de manera dulce y se arrodillo frente a mi -"Alexandra hiciste trampa"– comenzó a decir sin dejar de sonreír –"No debías quitarte la venda hasta que nosotras te dijéramos, pero bueno, creo que lo justo es que nosotras vendáramos los nuestros"– sonrío con dulzura y puso sus dedos índice en las comisuras de mis labios. Yo estaba muerta del miedo y temblaba un poco –"Vamos sonríe, que el juego aun no termina"– dicho esto ella formo una sonrisa forzada con sus dedos índice en las comisuras de mis labios. Yeimi se puso de pie y se coloco al lado de Valeria -"Alexandra, ponte de pie, vamos, no querrás llegar tarde a la función"– me dijo Valeria con una sonrisa divertida. Yo asentí débilmente y me puse de pie, me desate la venda que ahora ya estaba en mi cuello, me la quite al igual que mi parche para poder ver con mis dos ojos. No sabia porque pero lo que dijeron ellas no me pareció extraño ¿Qué es lo que estaba pasando? Ellas intercambiaron una mirada y acto seguido rieron de una forma diabólica bajando la mirada, de modo que no podía verlo a los ojos –"Dinos Alexandra"– comenzó a decir Valeria sin levantar la mirada. -"¿Nos lo darás?"– completo Yeimi de la misma forma que su gemelo Yo las mire sin entender que me decían y reí. No se porque lo hice pero ahí estaba yo riendo, por alguna razón no podía mover mi cuerpo, el miedo me tenia presa y el sudor frío empapaba mi frente y resbalaba por mis mejillas de modo que parecía que estaba llorando. Comencé a temblar y me abrace a mí misma, en ese momento ellas levantaron la mirada al mismo tiempo pero había algo raro en ellas, no, mejor dicho sus ojos tenian una mezcla de maldad y odio -"¿Qué te pasa Alexandra? Estas temblando como si hubieras visto un fantasma o al mismo demonio"– pregunto Valeria con tono inocente. -"Mírala hermana, pobre cilla, sus ojos, carecen de brillo parece que esta en trance, creo que deberías servirle un poco de leche tibia para que se tranquilice, pero trata de no pasarte con el azúcar o luego no podrá dormir"– le aconsejo Yeimi sonriendo con tranquilidad. Yo no sabia que decir. Estaba ahí inmóvil frente a ellas. Por alguna extraña razón sonreí, no se porque pero en ese momento me arrepentí de haberlo hecho. Sus ojos se clavaron en mí como un par de cuchillas y me examinaron al tiempo que unas sonrisas diabólicas se dibujaban en sus rostros. Yeimi me tomo de la mano y las tres salimos de esa oscura habitación en donde estaba yo sola, minutos antes. Llegamos a la sala y de ahí Yeimi siguió caminando alegre halándome de la mano para que me apurara. Abrió la puerta de un cuarto y este era lindo y acogedor muy diferente al otro donde antes estaba. -"Entra Alexandra que este cuarto es muy caliente, hace un momento estabas temblando"– me explico ella dedicándome una sonrisa. -"Lo que menos queremos es que pesques un resfriado"– dijo Valeria apareciendo al lado mío. -"Son muy amables, todo lo que han hecho por mí, yo no…no sé cómo pueda pagarles "–les dije tratando de sonar normal, pero los nervios y el miedo me comían viva. En ese momento Valeria me abrazo por detrás y me tomo del mentón con cuidado con una mano girando mi cara hacia un lado –"No te preocupes por eso, lo que aguardan tus bolsillos será suficiente, no tendrás que preocuparte por eso"– me susurro al oído. A lo que yo solo me puse más nerviosa. Valeria se puso frente a mí y vi que saco un cuchillo de su calabaza –"Ahora Alexandra es hora de pagar tu deuda, si no te molesta claro esta"– me dijo con una sonrisa inocente. -"Q-que c-clase de d-deuda"– tartamudeé un poco al verla con ese cuchillo tan amenazante. -"¿Nos lo darás Alexandra?"– pregunto Yeimi separándose de mí y colocándose junto a su hermana. Yo no pude soportarlo más, me di media vuelta y comencé a correr lo mas rápido que mis piernas me permitían, lo único que pensaba era el salir de aquella mansión y regresar a mi casa lo más pronto posible. Estaba tan cerca de llegar a la puerta, pero Valeria me alcanzo y me tumbo –"No puedes irte así Alexandra, no sin darnos lo que el operador quiere ay ser justos ¿no?"– dijo sonriendo amplia mente y parándose. -"No hay manera de escapar, eso cosa de vivir o morir"– esa era la voz de Yeimi Temerosa me gire y la vi parada detrás de mí. El color abandono mi rostro al ver que es sus manos sostenía un afilado cuchillo por un lado era un colmillo de tiburón y el otro el colmillo de un tigre -"Te lo advertimos Alexandra"– comenzó a decir Valeria mirando a su hermana por encima de mi hombro, yo retrocedí un poco pero Yeimi me tomo del brazo con fuerza impidiendo moverme –"Si te preocupabas mucho solo harías que el dulce néctar se volviera amargo, sería mejor si te tomas una taza con miel para que puedas tranquilizarte"– se acerco un poco a mí. Yo seguía sin moverme ya que Yeimi me tenía agarrada con fuerza. -"Te tenemos, estas es nuestras manos, sin poder huir"– aviso Valeria con voz cantarina. -" Hermanita ¿Haces los honores?"– pregunto Yeimi con una amplia sonrisa. En sus ojos pude ver un brillo de maldad. Yo mire de reojo a Valeria y ella tenia el mismo brillo en los suyos. -"Será todo un placer.... ya está listo"– en ese momento mi cabeza me empezó a doler mucho veía borroso me estaba mareando mire a otro lado y vi a un ser de color blanco y un traje que venia Asia a mi acto seguido sentí el filo de un tentáculo en mi espalda, sentí el borboteo de la sangre por mi garganta, hasta escurrir por mi boca y hacer que la escupiera. Ese liquido carmesí, ese sabor metálico y ese olor tan desagradable justo ahora sentía todo eso en mi garganta y nariz. Con debilidad mire mi pecho el tentáculo sobresalía por el otro lado justo en mi corazón. Mire a mis anfitriones y al ser Valeria tenía razón: esta era la noche de los asesinos -"Fantástico hermanita, te luciste, tienes buen ojo, el operador está muy feliz con este cuerpo inocente"- escuche decir a Yeimi Yo apenas podía oírlas la pérdida de sangre hacia que me resultaba más difícil estar consciente. Sabía que iba a morir, me lo merezco ignore las múltiples advertencias y ahora este es mi destino. El ser saco el tentáculo de mi cuerpo de un tirón y yo me desplome en el suelo con un ruido sordo –"Gracias, creo que tengo un ojo para localizar cuerpos inocentes"- ambas comenzaron a reír y yo cerré los ojos para sumirme en la oscuridad eterna lo último que escuche fueron sus risas, las mismas risas que me indicaban que debía huir de ahí cuando tuve la oportunidad, mas sin embargo no lo hice.