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  • La Tostoka
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  • Cuentan los avistamientos o anécdotas sobre este ente o ser, que emite una luz cegadora, y con la forma de una media luna, más el sonido peculiar que provoca cuando se acerca: “Tos toka, tos toka”, es algo así. Bueno, aquí va lo que me contó mi abuelo sobre lo que le pasó a su bisabuelo o tatarabuelo, al que le pondremos de nombre "Donato". Mientras él y sus arrieros guiaban a las mulas por los senderos, después de caminar un buen tiempo, ven a lo lejos una luz brillante que viene hacia ellos, entonces Donato dice: -Mierda, la Tostoka, metamos a las mulas en alguna cueva cercana.
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  • Cuentan los avistamientos o anécdotas sobre este ente o ser, que emite una luz cegadora, y con la forma de una media luna, más el sonido peculiar que provoca cuando se acerca: “Tos toka, tos toka”, es algo así. Bueno, aquí va lo que me contó mi abuelo sobre lo que le pasó a su bisabuelo o tatarabuelo, al que le pondremos de nombre "Donato". Este pariente de mi abuelo, era comerciante de aguardiente y bebidas alcohólicas, y comerciaba sus productos por los pueblos que estaban cerca a los cerros de la cordillera de los Andes y, en esos tiempos, el transporte para llevar la mercadería eran las mulas. Y Donato tenía muchas de ellas más sus arrieros. En cierto día tenían que llevar la mercadería a un pueblo, pero el camino principal estaba resguardado por la Guardia Republicana(en ese tiempo era el ejército), y para pasar sobre ellos, tenían que darle cierta parte de la mercadería. Como Donato no quería perder nada, decidió tomar otro camino por los cerros. Mientras él y sus arrieros guiaban a las mulas por los senderos, después de caminar un buen tiempo, ven a lo lejos una luz brillante que viene hacia ellos, entonces Donato dice: -Mierda, la Tostoka, metamos a las mulas en alguna cueva cercana. Pero uno de los arrieros había estado bebiendo aguardiente y se burlaba diciendo que ni la Tostoka ni nada. Cuando los arrieros le informan que algunas mulas no cabían ya dentro de la cueva, Donato les dice que no importaba, y se resguardan dentro de la cueva. Entonces pasó la Tostoka, todo el lugar quedó iluminado como si fuera de día, al cabo de algunos segundos, el lugar volvió a estar normal. Cuando Donato y los demás arrieros salieron a mirar afuera, observaron como quedaron las mulas y el arriero que no entró junto con ellos a la cueva. Estaba abiertos desde el ano o recto hasta la boca, y no tenían sus tripas. Categoría:Demonios Categoría:Leyendas urbanas