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  • Estación Espada
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  • La Estación Espacial Espada descansa en una órbita geoestacionaria directamente sobre la Fortaleza-Monasterio de Titán. Se trata de una descomunal telaraña de adamantio y ceramita erizada de láseres de defensa, generadores de escudos y baterías de torpedos. Si lo impensable llegase a ocurrir y Titán fuese blanco de un ataque directo, la Estación Espada constituiría su primera línea de defensa. No obstante, su principal finalidad no es esa, sino la de servir como espaciopuerto y enlace de transportes para las naves de guerra de los Caballeros Grises.
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  • La Estación Espacial Espada descansa en una órbita geoestacionaria directamente sobre la Fortaleza-Monasterio de Titán. Se trata de una descomunal telaraña de adamantio y ceramita erizada de láseres de defensa, generadores de escudos y baterías de torpedos. Si lo impensable llegase a ocurrir y Titán fuese blanco de un ataque directo, la Estación Espada constituiría su primera línea de defensa. No obstante, su principal finalidad no es esa, sino la de servir como espaciopuerto y enlace de transportes para las naves de guerra de los Caballeros Grises. Si el potencial de la flota del Capítulo llegara a conocerse más allá de Titán (que no es el caso), sería la envidia de todo el Imperio. Sus naves son las más rápidas que el Adeptus Mechanicus puede proveer, y están comandadas sólo por los más prestigiosos y hábiles capitanes, Navegantes y pilotos de la Navis Nobilite. Su ya de por sí formidable potencia mecánica se ve aumentada por el uso de la magia: los encantamientos de orientación mejoran la capacidad de los Navegantes para trazar una ruta segura a través de los cambiantes remolinos del espacio disforme, mientras que los sellos de celeridad permiten a las naves alcanzar unas velocidades impensables. Este tipo de magia es muy volátil, no obstante, y suele desgastar terriblemente tanto a los Espíritus Máquina como a los reactores de las naves que la utilizan. Por tanto, no es raro que las astronaves de los Caballeros Grises pasen tanto tiempo en el servicio activo como siendo reparadas en algún astillero. Es un alto precio que pagar, pero la Hermandad está más que dispuesta a asumirlo, pues la rapidez de sus naves es tal que los Caballeros Grises son a menudo la primera fuerza de choque en responder a una incursión demoníaca. Existen muchos casos registrados de flotas imperiales que han llegado a una zona de guerra solo para descubrir que el enemigo ya ha sido derrotado, sin tener la menor idea de quién (ni de cómo) ha podido hacerlo.