PropertyValue
rdfs:label
  • No es mi culpa
rdfs:comment
  • No, por favor, ¡No nos dejes! ¡Eres lo único que nos queda! - Imploré. El señor vestido de traje parado frente a mi, me regaló una mirada fría, sin emociones. Yo nunca los quise, son un estorbo para mi.- Dijo serio. Y salió por la puerta, cerrándola de golpe. Me senté en el suelo, con algunas lágrimas bajando de mis mejillas. Cubrí mi rostro con ambas manos y sollocé en silencio. Mi padre nos ha abandonado, ahora somos sólo mi hermano menor, y yo. Sin nadie que nos consuele, y sin el amor de una madre. Una familia rota. No creo que vuelva.. Eso era mío, es mi color verde- Traté de calmarlo (***)
dcterms:subject
abstract
  • No, por favor, ¡No nos dejes! ¡Eres lo único que nos queda! - Imploré. El señor vestido de traje parado frente a mi, me regaló una mirada fría, sin emociones. Yo nunca los quise, son un estorbo para mi.- Dijo serio. Y salió por la puerta, cerrándola de golpe. Me senté en el suelo, con algunas lágrimas bajando de mis mejillas. Cubrí mi rostro con ambas manos y sollocé en silencio. Mi padre nos ha abandonado, ahora somos sólo mi hermano menor, y yo. Sin nadie que nos consuele, y sin el amor de una madre. Una familia rota. Alguien me tocó un hombro, lo que hizo que mirara lentamente hacia arriba; ¿Qué pasa Mafer? ¿Y papá? - Me pregunto inocentemente, mi hermano de 7 años. Limpié mis lágrimas rápidamente, y dije con algo de nerviosismo. No creo que vuelva.. ¿Cómo con mamá? ¿Se ha ido también? -Me miró y algunas se cubrió su cara con sus manitas y comenzó a sollozar. Lo abracé -Tengo 17 años, siempre cuide a mi hermano como su madre, mi padre nos cuido desde que ella murió, eramos muy felices los tres juntos pero, un día, paso muy poco tiempo con nosotros y descubrí que tiene otra familia. De seguro por eso nos abandono. Él corrió subiendo las escaleras, directamente a su cuarto, escuche una puerta cerrarse y sollozos. Caminé lentamente hacia arriba y entre a su habitación, lo abrasé y se tranquilizo un poco. Me quedé hasta que se quedará dormido, lo miré durante unos instantes y visualicé la cicatriz de su brazo. No es mi culpa, yo no sabía que el cuchillo estaba filoso. Tenía doce años cuando era pequeño y esa voz en mi cabeza me dijo que lo lastimara, desde ese día mi padre me llevaba al psiquiatra pero no eran amables conmigo, así que un día fingí que ya no tenía nada, pero aún así me obligan a tomar esas horribles pastillas. Pero yo estoy a cargo ahora, yo hago lo que quiera. Sonreí feliz y camine a mi cuarto. Pasaron varios días, no tenía trabajo, las cuentas demandaban pagarse, la hipoteca de la casa, las voces de mi cabeza regresaron, todo iba de mal en peor. Miré mi pistola, mientras pensaba, le puse varias balas y la cargué, me apunté a la cabeza y cerré los ojos. "Hazlo, hazlo, es la única opción" Decían. Antes de jalar el gatillo, escuche mi hermano gritar y patalear en el suelo, giré los ojos y saqué las balas de la pistola. Que tontería lo que iba a hacer. Bajé corriendo y la televisión estaba prendida con un volumen demasiado alto en las caricaturas, mi hermano estaba llorando y pataleando en el suelo, repitiendo - Eso era mío, es mi color verde- Traté de calmarlo -Te compraré otro, ya basta" "Pero quiero el mío, no los tuyos" "Ya basta- -Es mi color.. mío, mío, mío, lo perdí- Comenzó a sonar el teléfono y había demasiado ruido. Televisión. Teléfono. Los gritos de mi hermano. Sostuve fuertemente el arma. ¡Ya basta! -Grite y seguidamente mi hermano comenzó a escupir algo de sangre hasta que dejo de moverse y quedar sin movimiento. Reaccioné y lágrimas hundieron mis ojos, moví a mi hermano y no respondía. "Despierta, por favor. Lo siento, yo quité las balas... lo siento..." -Dije llorando y recordé que se me olvido una bala, la cabina. Lloré un poco más, sollozando en su cuerpo sin vida. -Lo siento, lo siento. Yo no sabía...- Me quedé varios minutos abrazando el cuerpo de mi hermano, cada vez más frío. Escuché sirenas de automóviles de policía a lo lejos. "De seguro los vecinos llamaron a la policía. Corre, sal de aquí" Corrí a mi cuarto y agarré mi caja de balas y la metí en mi bolsillo de mi chaqueta. Escuché un fuerte golpe, habían derribado la puerta. Abrí mi ventana con dificultad y salte raspando un poco mi pantalón y dejando un raspón en mi mejilla derecha. Corrí hacia donde fuera, nadie me seguía, entré a un bosque profundo. Me senté para relajarme un poco y las lágrimas comenzaron de nuevo, que mas mi raspón de mi mejilla, producía un gran ardor. -Perdóname hermano, no me acordaba.. Perdóname...- "No fue tu culpa. El fue el insistente. Él merecía morir..." Mi llanto ceso -Tienes razón...- "Todos merecen morir" (***) Cayó la noche, seguí caminando sin rumbo alguno. Hasta que visualicé a lo lejos a una pareja con dos niños. Caminando en la obscuridad de la noche, por un precioso parque. Era... ¿Mi padre? Los seguí por un rato, hasta que entraron a un edificio. Excepto mi padre, que se había quedado afuera a fumar un cigarrillo. Me acerqué a él y lo miré con desprecio. -¿De nuevo aquí? Creo que no te quedó claro que mi opinión hacia a ti, y ese niño malcriado.- -Oh, no te preocupes padre. Ese niño malcriado ya no será problema alguno.. - Caminé más cerca de él, haciendo notar mi ropa salpicada de sangre y la pistola en mi mano derecha. Él soltó el cigarro de la impresión, haciendo que cayera al suelo. ¿Q-qué le hiciste? - Tartamudeo. -¿No es obvio?- Sonreí sadicamente. -Terminé con su vida, después de todo, sólo fuimos un estorbo para ti, ¿no es lo que querías? -Se quedo en shock mirándome. "Apunta, dispara, listo." Apunté el arma hacia mi padre, directo a su cabeza. Dulces sueños, padre. -Dije con odio y apreté el gatillo.