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  • Batman Vol.2 49
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  • En lo alto de múltiples alucinaciones protagonizadas por diferentes Batman’s, una luna con el símbolo del murciélago y la voz de Alfred insiste sobre una verdad que Bruce no quería admitir: que él ya no era Batman. En una oficina repleta con miembros del Concejo de los Búhos el alcalde Wayne se niega utilizar a los Talons para solucionar el problema que tenía entre manos dado que no quería arriesgarse a pérdidas innecesarias, además consideraba que Batman podía lidiar con ese asunto. Cuando la oficina se sacude con un repentino temblor el alcalde se traslada a paso veloz a los jardines de la Mansión Wayne, iluminados por un brillante sol con forma de murciélago, para ingresar a la Baticueva.
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  • En lo alto de múltiples alucinaciones protagonizadas por diferentes Batman’s, una luna con el símbolo del murciélago y la voz de Alfred insiste sobre una verdad que Bruce no quería admitir: que él ya no era Batman. En una oficina repleta con miembros del Concejo de los Búhos el alcalde Wayne se niega utilizar a los Talons para solucionar el problema que tenía entre manos dado que no quería arriesgarse a pérdidas innecesarias, además consideraba que Batman podía lidiar con ese asunto. Cuando la oficina se sacude con un repentino temblor el alcalde se traslada a paso veloz a los jardines de la Mansión Wayne, iluminados por un brillante sol con forma de murciélago, para ingresar a la Baticueva. De vuelta en la sombría realidad Alfred se rehúsa a dejar que Bruce descubra el secreto detrás del viejo reloj de péndulo a pesar de que este tenía una clara idea de lo que allí encontraría. Bruce pide pasar sin temor a lo oculto ya que esos no eran sus secretos ni sus traumas, pero el mayordomo se rehúsa en obedecerlo ya que el dueño de ese lugar había muerto y la persona que estaba parado frente a él era su hijo, el cual la ciudad milagrosamente le había devuelto. Entre sollozos Alfred confiesa haber destruido la maquina replicadora y le pide encarecidamente a Bruce dejar el problema de Bloom en manos de Gordon, pero Bruce lo rechaza ya que era su obligación hacer puesto que él era Batman. En el mundo iluminado por el sol del murciélago, dentro de la Baticueva repleta de obreros, Joe Chill le reporta al alcalde la evolución del problema que debían detener antes de que fuera demasiado tarde. En la realidad Alfred conduce a Bruce a la tumba en la que alguna vez funcionó el escondite de Batman, hasta que llegan a los restos de la maquina replicadora. Al verla Bruce intenta ponerla en funcionamiento sabiendo que su viejo yo habría dejado algo que revertir lo irreversible; sin embargo Alfred se ve obligado a matar esa thumb|left|350px esperanza ya que cada simulación hecha con la maquina dieron como resultado el fracaso en vista de que no existía otra persona que pudiera tolerar el trauma de ser Batman. No obstante las esperanzas de Bruce se revitalizan al pensar en la posibilidad de un Batman sin traumas, más grande de lo que alguna vez fue. Nuevamente Alfred rechaza la idea diciendo que todos los servidores de la maquina fueron destruidos, pero aun así Bruce le insiste en que quizás había una copia de respaldo en alguna parte. De repente, gracias al sonido de su voz, la máquina se activa automáticamente y pasa a informarle que aún quedaba un servidor compatible con ella, alojado bajo el “Protocolo Alfred”, un respaldo completo de los servidores de memoria actualizado antes del ataque del Guasón. Viendo la confianza en los ojos de Bruce Alfred le ruega no someterse a la acción de la maquina replicadora ya que esta podía matarlo, pero el aludido, aun sabiendo que aquello le constaría su relación con Julie, decide continuar con la absoluta certeza de que no podría volver a una vida normal sabiendo quien había sido. Dándole la razón, con tristeza el mayordomo se despide con un abrazo del hijo que siempre quiso y da inicio al proceso para traer de vuelta a Batman. En la Baticueva de día, mientras unos ingenieros le colocan el Bat-traje al alcalde, de color blanco y dorado, Julie aparece cargando el hijo de ambos para pedirle a su marido no continuar con esa misión suicida, pero Bruce opta por despedirse de ellos antes de embarcarse en una motocicleta voladora con rumbo al cielo, resquebrajado hasta revelar la oscuridad oculta en el más allá. En la realidad los rayos de la maquinas golpean reiteradamente la psique de Bruce mientras que dentro de su cabeza el alcalde Wayne libera todo su poder de fuego contra la bestia gigantesca ávida por ingresar en su ciudad. Desafortunadamente el alcalde cae y tras emitir un breve “lo siento” es destruido por la inminente realidad. Tras eso Bruce lucha fervientemente por no rendirse al poder descomunal de la máquina, a medida que cientos de flashback de otros Batman’s de diferentes tiempos y realidades atraviesan su cabeza y perecen frente a sus ojos. En la realidad Alfred le advierte a Bruce que el proceso no funcionaría ya que siempre que fue iniciado, su cerebro quedó al borde de la muerte pero a pesar de eso el antiguo caballero oscuro, mientras su barba cae y toma el control de visiones, le pide a la luna parlante activar el proceso en su máxima capacidad para llevarlo al límite que su predecesor jamás atravesó puesto que acababa de comprender que Batman debía matar a Bruce Wayne para completar el proceso. Al escuchar su pedido Alfred se rehúsa en presionar el botón de la maquina por considerar que aquello lo convertiría en el nuevo Joe Chill. De repente una voz salida desde la oscuridad revela su decisión de presionar el botón. Ante los asombrados ojos de Alfred Julie desciende por la escalinata de la Baticueva para ayudar a su amado a volver a ser la persona que ella siempre supo que fue. Sabiendo que no había otra salida, y con cierta tristeza por perpetuar los errores de su padre con un Wayne, ella oprime el botón y con felicidad Bruce se despide declarándole nuevamente su amor. Una intensa lux azulada emerge de la máquina y con los murciélagos danzando por la cueva, Bruce emite un grito de dolor al momento que su mente sobrepasa el límite de la muerte. La intensidad del momento es procedida por un silencio de ultratumba. Al ver que Bruce continuaba con vida Alfred intenta contarle lo que había sucedido, pero este lo interrumpe con una mirada cargada de frialdad, dado que esa era un conversación para cuando estuviera en el Batimóvil y aún tenía mucho trabajo por hacer. Categoría:Batman: Superpesado Categoría:Batman (Volumen 2) Categoría:Comic