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  • Altos Señores de Terra
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  • [[Archivo:Altos_Señores_de_Terra.jpg|thumb|400px|Los Altos Señores de Terra en el juicio al Sector Badab]] Al final de la Herejía de Horus la galaxia se encontraba en el caos una vez más. Los ejércitos del Imperio o fueron destruidos o se disgregaron. Miles de naves espaciales se habían perdido en el conflicto. Peor aún, el Emperador se había marchado. Aunque de hecho no estuviera muerto, se había desvanecido del mundo cotidiano y su espíritu había sido lanzado al vórtice del Caos. La guía que el Emperador había dado al Imperio durante centenares de años yacía ausente. Tal era el poder y la influencia del Emperador que era imposible imaginar a un solo sucesor que heredara su posición. Durante un tiempo pareció como si el Imperio se rompiera: el Adeptus Mechanicus y los talleres de Marte se
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  • [[Archivo:Altos_Señores_de_Terra.jpg|thumb|400px|Los Altos Señores de Terra en el juicio al Sector Badab]] Al final de la Herejía de Horus la galaxia se encontraba en el caos una vez más. Los ejércitos del Imperio o fueron destruidos o se disgregaron. Miles de naves espaciales se habían perdido en el conflicto. Peor aún, el Emperador se había marchado. Aunque de hecho no estuviera muerto, se había desvanecido del mundo cotidiano y su espíritu había sido lanzado al vórtice del Caos. La guía que el Emperador había dado al Imperio durante centenares de años yacía ausente. Tal era el poder y la influencia del Emperador que era imposible imaginar a un solo sucesor que heredara su posición. Durante un tiempo pareció como si el Imperio se rompiera: el Adeptus Mechanicus y los talleres de Marte se separarían del Imperio, y los Primarcas y sus Marines Espaciales establecerían sus propios imperios en las profundidades del espacio. Lo que sucedió después es un tributo a las habilidades y la visión de unos pocos hombres poderosos, no sólo del Primarca de los Ultramarines, Roboute Guilliman. Se formó un poderoso consejo de entre los doce individuos más poderosos en el Imperio. Se hicieron llamar los Altos Señores de Terra, y su cargo autoproclamado consistía en gobernar el Imperio en nombre del Emperador. thumb|left|350px|Sello de los Altos Señores de Terra.La historia no recuerda los nombres de estos primeros Altos Señores. Sin embargo, hay pocos registros de los primeros siglos del Imperio. La historia y la leyenda permanecen extrañamente entremezcladas, describiendo en términos casi míticos las épocas oscuras y desesperadas que siguieron a la derrota de Horus. Son ellos los que envían a las flotas imperiales a la guerra y los que dirigen los inagotables ejércitos del Imperio. Su misión es interpretar y decretar los deseos del Emperador, confiando en que su poderosa mente guíe sus pensamientos e inspire sus acciones. Cada Alto Señor es el líder de una de las más poderosas organizaciones del Imperio. Un complicado entramado de maniobras políticas, promesas de apoyo y consideraciones de intereses mutuos les mantiene unidos y determina quien ostentará un cargo y quien no. En la práctica, algunas de las organizaciones del Imperio son tan poderosas que sería impensable que su líder no fuera uno de los Altos Señores. A lo largo de milenios han sido organizaciones diversas las que han proporcionado a los Altos Señores, dependiendo de cuál era la más poderosa en ese momento. Ambición y rivalidad despiadadas caracterizan a todos estos grandes hombres, y sus organizaciones rivalizan con las demás por hacerse con parcelas del poderío imperial. Los departamentos que se muestran a continuación son en la práctica invariablemente representados por Altos Señores, puesto que constituyen las piedras angulares del Imperio y las más importantes de sus antiguas instituciones. Estos nueve cargos son prácticamente sacrosantos. Si quedaran vacantes por causa de muerte o abandono del cargo por parte de su ocupante, lo habitual es que su sucesor en el cargo se convierta en Alto Señor. El cargo de Representante Inquisitorial no es ocupado por un Inquisidor determinado, sino que su puesto se reserva para el individuo que sea enviado en nombre de la Inquisición. De forma similar, el puesto de Enviado Paternoval está a disposición de quienquiera que sea el Enviado Paternoval de la actual familia regente de los Navegantes. Los tres puestos restantes son habitualmente ocupados por alguno de los siguientes cargos oficiales de gran poder.