| abstract | - Esta historia comienza unos años atrás cuando una chica llamada Mila fue asesinada por su novio Michael. Una noche fatal en su viaje por España, en las vísperas de la cena, él sacó un cuchillo de la cocina y le dijo: "Será divertido ver algo de sangre". La mató tras decir estas palabras, la acomodó en el asiento trasero del auto y se la llevó. La enterró en un cementerio de Avilar. Poco después de esto la policía lo arrestó, pues ya contaba con varios antecedentes por matar y violar chicas de todas las edades. Algo comenzó a atormentarlo cada noche, martirizándolo con el insomnio, según contó días después. El espíritu de Mila lo perseguía implacable en todo momento, acosándolo con aire vengativo, recriminándole su muerte. Al parecer, Michael era el único que podía oír a su novia. La "sentía" en su propia cabeza, y cada palabra pronunciada por ella, le retumbaba en el cerebro produciéndole mayor ansiedad y pánico. Desesperado se suicidó a los 10 meses de haber enterrado a su novia. Algunos dicen que se debió a su carga de conciencia moral que eclipsó con el asesinato de su propia novia; otros se limitan a decir: "Sabía que era cuestión de venganza, que se lo tenía merecido".
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