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  • Cumpleaños feliz
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  • No es sorpresa para nadie que las historias más horribles y perturbadoras en cuanto historias de terror se trata, son aquellas que podrían llegar a pasar en la vida real. Tal es el caso de una historia sobre un hombre que desde muy joven, vio la muerte con sus propios ojos. se llamaba Joel Martens, hijo de uno de los hombres más ricos de la ciudad, que había ganado ese puesto gracias a las estafas, al robo, a la corrupción y al abuso del más débil, pero a diferencia de lo que cualquiera creía, este hombre lo había hecho de manera inteligente, tanto así que inclusive el alcalde hacia ojo ciego a estos actos, pues el señor Martens donaba a la ciudad grandes cantidades de dinero que en su gran mayoría iban a los bolsillos de estos peces gordos.
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  • No es sorpresa para nadie que las historias más horribles y perturbadoras en cuanto historias de terror se trata, son aquellas que podrían llegar a pasar en la vida real. Tal es el caso de una historia sobre un hombre que desde muy joven, vio la muerte con sus propios ojos. se llamaba Joel Martens, hijo de uno de los hombres más ricos de la ciudad, que había ganado ese puesto gracias a las estafas, al robo, a la corrupción y al abuso del más débil, pero a diferencia de lo que cualquiera creía, este hombre lo había hecho de manera inteligente, tanto así que inclusive el alcalde hacia ojo ciego a estos actos, pues el señor Martens donaba a la ciudad grandes cantidades de dinero que en su gran mayoría iban a los bolsillos de estos peces gordos. El pequeño Joel tuvo una niñez digna de una película cliché de los noventa, vivía en una gran mansión, tenía todos los juguetes que el deseara en el mundo y asistía a las mejores escuelas donde siempre era el mejor de la clase, pero al igual que las películas sus padres lo ignoraban y se dedicaban más a fingir con la gente importante y pasar todo el día en sus negocios ilegales, dejando a Joel siempre solo y sin amor. Pero había algo que hacía que se sintiera más feliz que nunca, el mayordomo Richard, quien lo trataba como si fuera su propio hijo, lo cuidaba cuando estaba enfermo, le ayudaba con sus tareas y lo más importante de todo, le escuchaba y consolado cuando estaba solo y deprimido. Él era su único amigo en el mundo. Lastimosamente, la historia toma un tono sombrío desde aquí. Una noche, cuando Joel tenía no más de diez años, un hombre obeso armado con una escopeta y puesto una máscara en forma de cerdo, sigilosamente entro en la mansión de los Martens dispuesto a llevarse una parte del enorme botín de la familia. Joel escucho al ladrón cerca de su habitación, el niño recordó que los guardias solían quedarse dormidos en sus puestos de trabajo o se daban de pinta para ir a un club nocturno a beber una copa según le dijo Richard en una ocasión, inclusive el que manejaba las cámaras de seguridad se fugaba para agasajarse un rato. Al parecer, el astuto ladrón calculaba los días en la que la familia quedaba indefensa, tal vez lo había planeado durante días, meses o inclusive años, pero finalmente estaba adentro y no se detendría hasta que hubiera completa su objetivo. Joel se arropo lo más que pudo en las tibias sabanas de su cama, de nada le servía llamar a sus padres, porque estos no venían por él ni aunque fuese de oro, así que lo único que podía pensar en ese momento era que todo eso no era más que una pesadilla. El niño oyó como lentamente se abría la puerta de su cuarto y vio la silueta del hombre dibujada en la pared. Desesperado, grito con todas sus fuerzas esperanzado de que alguien viniera en su auxilio. Afortunadamente, alguien vino es su ayuda, su gran amigo Richard llego con un bate de béisbol dispuesto a combatir con lo que sea. Des afortunadamente, la suerte no estuvo de su parte, con un movimiento muy rápido Richard desenmascaro al criminal, desvelando su amorfo rostro lleno de a cicatrices y arrugas, pero de la nada, aquel sujeto logro dar un disparo certero en la cabeza del pobre hombre, dejándole un enorme agujero del que brotaba sangre sin parar. El individuo salió de la habitación lo más rápido que pudo, hasta que sus pasos dejaron de oírse. La imagen de su mejor amigo tendido en el suelo fue suficiente para traumatizar a Joel por el resto de su vida, y lo que le hizo llenarse de ira y de un odio terrible fue que sus padres decidieron ocultar el hecho, abandonaron el cadáver de Richard en una carretera desolada, no podían permitir que ese cuerpo arruinara la reputación de la familia, aun cuando ellos no hicieron nada. Durante los años siguientes, Joel crecí como un adolescente retraído y tímido, no tenía amigos, nunca salía de casa más que para ir a la escuela y se la pasaba horas y horas en su cuarto, encerrado, leyendo montones y montones de libros de diferentes temas, convirtiéndose en alguien muy inteligente, mucho más que una persona cualquiera. Sus padres no habían cambiado en absoluto, seguían ignorándolo y únicamente haciéndole caso cuando se reunían con gente importante. A eso Joel no le gustaba, prefería está en su cuarto con un libro en las manos sin que nadie le molestase, tal vez no haya que decirlo, pero el odiaba a sus padres. Finalmente, decidió poner en marcha su plan que había tomados años de elaboración, además había una perfecta excusa para hacerlo, su fiesta de cumpleaños número dieciocho. Sus padres habían invitado a toda la crema y nata de la ciudad, inclusive al alcalde y los concejales. Los padres de Joel le exigieron que bajara a la fiesta a saludar a sus invitados, tenía que dar una buena imagen, pero Joel dijo que únicamente bajaría a la medianoche, cuando todos se estuvieran a punto de ir. Sus padres aceptaron la oferta, a fin de cuentas jamás notaban que estaba allí. Bajaron a la fiesta y bebieron champan, whisky, ron y toda esa clase de manjares que solo los ricos se pueden permitir. Siguieron así hasta que, a la medianoche exactamente, uno de los invitados cayo de bruces en el suelo y violentamente se agito en el suelo hasta que finalmente murió. Le siguió otro y otro hasta que todos los invitados, menos los anfitriones, terminaron muertos con una espuma saliéndoles de la boca. Horrorizados, los padres decidieron llamar a la policía, pero la línea estaba muerta, optaron por usar sus celulares pero una extraña y macabra canción empezó a sonar, interrumpiendo el proceso De las sombras surgió una figura vistiendo un uniforme de mozo, y aunque al principio parecía que se trataba de un hombre, cuando la luz le toco se dieron cuenta de que era un esqueleto con un hoyo en la cabeza colgando de unas cuerdas que se suspendían del techo, y aun más inquietante, llevaba en sus manos un pastel mohoso y lleno de gusanos con la inscripción ¡Feliz cumpleaños Joel! La música se detuvo abruptamente y por las escaleras bajo el hijo de Martens, llevando una horrible mascara de cerdo, con una escopeta en sus manos y un líquido entraño en unos tubos de ensayo. Con una risa diabólica se acercó a sus padres, alegando que fue el quien enveneno a sus invitados y que había calculado exactamente cual bebida no envenenar para que sus padres siguieran vivos todavía. Alego que eso era lo que había querido siempre, ver a su familia reunida y a su mejor amigo llevándole un pastel para celebrar el maravilloso evento. Completamente loco, obligo a sus padres a punta de escopeta a que comieron el pastel que el mismo había preparado y que lo había hecho con mucho amor. Su madre, desesperadamente corrió hacia la puerta tratando de escapar de su insano hijo, pero cuando estaba a punto de huir hacia la libertad, del suelo salió un brazo mecánico que Joel había puesto por si ocurría esto, no en balde había estudiado tanto sobre el tema. Con lágrimas en los ojos, ambos engulleron el horrible pastel mientras su hijo tarareaba Feliz Cumpleaños una y otra vez. Cuando aquel horrible acto termino, amordazo a sus padres, los desnudo, les corto la lengua con una exactitud quirúrgica increíble y les abrió el estómago haciendo todo lo posible para que estuvieran consientes y procedió a explicarles que aquel liquido que llevaba era un ácido que destruía tejido en cuestión de segundos. Los obligó a beberlo y Joel contemplaba cómo sus órganos se iban derritiendo poco a poco sin dejar rastro alguno. Cuando sus padres había muerto ya, tomo unas bombas que logro hacer en su pequeño labora tío de químico y procedió a lanzarlas contra la casa, quemando toda evidencia de su horrible acto. Han pasado diez años de aquel acontecimiento. Nadie sabe el paradero de Joel, muchos dudan si sigue vivo aun, pero está claro que aún no está satisfecho. Escribo esto como mi testimonio de lo que ese muchacho me ha dicho, yo no quería matar al mayordomo y crear este monstruo que ha asesinado incontables victimas dejando una inscripción en la piel de los desafortunados en forma de un cerdo con una escopeta, él está aquí, me ha encontrado al fin, sabe que fui yo el que le creo, está esperando que termine esta carta para reventarme la cabeza. Solo quiero que sepan que me arrepiento de haber entrado en su maldita casa, me despido para siempre y espero que alguien pueda leer lo que he escrito. Adiós.