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  • Emil Darkhammer
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  • Emil Darkhammer cree firmemente que la única esperanza de supervivencia del Imperio es que todas las demás especies de la Galaxia sean destruidas. No tiene el más mínimo grado de tolerancia hacia cualquier desviación del saber inquisitorial. Para él, no pueden existir diferentes tonos de gris en lo que respecta a interpretar la palabra del Emperador, sólo luz y oscuridad.
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  • Emil Darkhammer cree firmemente que la única esperanza de supervivencia del Imperio es que todas las demás especies de la Galaxia sean destruidas. No tiene el más mínimo grado de tolerancia hacia cualquier desviación del saber inquisitorial. Para él, no pueden existir diferentes tonos de gris en lo que respecta a interpretar la palabra del Emperador, sólo luz y oscuridad. Todos los Inquisidores son despiadados. Deben serlo para proteger a la Humanidad de las amenazas interiores y exteriores a ella. Sin embargo, la filosofía inflexible de Darkhammer es aún más severa que la de los demás. La piedra angular de su metodología es que nada ni nadie debería ser considerado como indispensable para la causa de la supervivencia de la Humanidad. El Imperio, después de todo, debe ser protegido y mantenido seguro a todo coste, sin importar cuán alta pueda ser la cuenta en vidas o planetas perdidos. Esta creencia le ha granjeado a Darkhammer una gran cantidad de detractores, no sólo dentro de las filas de la Inquisición, sino también en todo el extenso Imperio. Sin embargo, hasta los dignatarios de mayor rango suelen mostrarse reticentes a cometer el acto de desobedecer o criticar a un Inquisidor, por no hablar de oponerse directamente a él, por lo que las acciones de Darkhammer no suelen encontrar demasiadas obstrucciones. Siguiendo su conjunto de creencias, Darkhammer ha ordenado someter a Exterminatus a casi treinta planetas. Algunas veces lo hizo para acabar con guerras, corrupción o plagas que corrían rampantes y descontroladas por dicho mundo, pero en bastantes ocasiones lo hizo tan sólo para acabar con un grupo de subversivos o alienígenas, o para aniquilar antiguos artefactos y dispositivos mancillados por la Disformidad que sus colegas Radicales estaban intentando conseguir para sí mismos. Estas acciones directas han polarizado desde hace mucho tiempo las opiniones de otros muchos Inquisidores. Algunos creen que Darkhammer es un faro de justicia y rectitud en medio de unos tiempos oscuros, el heredero espiritual de Inquisidores como Goldo y Jeriminus, quienes recopilaron por primera vez el credo Monodominante que sigue. Otros, por contra, consideran que Darkhammer es sólo un poco menos destructivo que los Demonios de la Disformidad contra los que debe combatir. Solo en un pequeño número de ocasiones ha detenido Darkhammer su mano, principalmente tras el fin de la Primera Guerra de Armageddon. En aquella ocasión, conmutó una sentencia de Exterminatus por un programa de ejecuciones en masa y lavados mentales, determinados por el nivel de exposición de cada una de las regiones a las hordas demoníacas de Angron. No hay que añadir que esto se llevó a cabo con bastante reticencia. El Capítulo de los Lobos Espaciales había luchado duramente para conservar Armageddon y aún estaban presentes en gran número cuando llegó Darkhammer. Pocos hombres, sin tener en cuenta rango o estatus, se han enfrentado directamente y a propósito con los Lobos de Fenris, y fue por esta razón, y solo por esta razón, que Armageddon se salvó de la aniquilación total. Recientemente, los actos de Darkhammer han enfurecido finalmente a otra Inquisidora más allá del punto de declararse mutuamente Excommunicate Traitoris. Debido al excesivamente entusiasta Exterminatus llevado a cabo sobre el planeta Cavlock, sus defensores y la Forja Dimensional alienígena que se encontraba bajo la superficie de dicho planeta, consiguió provocar una vendetta a gran escala por parte de Helynna Valeria. Ahora, el trabajo de Darkhammer se ve agravado por el hecho de tener que andar preocupándose de defenderse a sí mismo de esta nueva amenaza. Este conflicto, hasta el momento, ha provocado un puñado de enfrentamientos directos entre las partidas de guerra de ambos Inquisidores. No obstante, dada la propensión de Darkhammer hacia las soluciones extremas, solo es cuestión de tiempo antes de que la vendetta llegue a adquirir proporciones cataclísmicas.