PropertyValue
rdfs:label
  • The Mirror's Madness: El origen
rdfs:comment
  • ¿Nunca has sentido que alguien te observa? Seguro que sí, pero ¿alguna vez lo has sentido de forma diferente, como si algo te penetrara el alma con solo una mirada constante, controlándote, siguiéndote, acosándote? Te lo digo de una vez, no me hago responsable de lo que te ocurra después de leer esto; aclaro que puedes considerarlo como quieras, estás advertido. ¡Dios mío, por favor, perdóneme! La alcancé a ver, estaba cruzando la calle y el camión... Es por esto que, esta noche, he colgado la cuerda en el techo de mi recámara, me la he anudado al cuello y ahora solo debo dejarme caer.
dcterms:subject
abstract
  • ¿Nunca has sentido que alguien te observa? Seguro que sí, pero ¿alguna vez lo has sentido de forma diferente, como si algo te penetrara el alma con solo una mirada constante, controlándote, siguiéndote, acosándote? Te lo digo de una vez, no me hago responsable de lo que te ocurra después de leer esto; aclaro que puedes considerarlo como quieras, estás advertido. Todo comenzó ese fatídico día. No me lo podía creer, ¡pobre chica! Se veía tan joven... Estoy seguro de que pude haberlo evitado. Me encontraba conduciendo el camión cargado de espejos que me habían encargado llevar; como estaba cansado, lo estacioné en la pendiente, pero por alguna razón olvidé poner el freno. Cuando me di cuenta, el camión ya iba pendiente abajo completamente fuera de control. ¡Dios mío, por favor, perdóneme! La alcancé a ver, estaba cruzando la calle y el camión... Lo siguiente fue un impacto de cristales que se tiñeron de rojo, los vidrios azogado se partieron junto con su pequeño y frágil cuerpo; nunca olvidaré esa horrible visión. Escribo esto porque ya no soporto más el vivir así, todos los días; una profunda pena me embarga, siento una presencia que nunca me deja solo. Por más que he querido, nunca puedo ni podré olvidarlo. He tomado una decisión. Confío en que nadie intente detenerme, pues prefiero mil veces el terminar con esto que vivir cada día encogido por la tristeza; a eso no se le puede llamar vivir. Es por esto que, esta noche, he colgado la cuerda en el techo de mi recámara, me la he anudado al cuello y ahora solo debo dejarme caer. Entonces veo que desde el espejo alguien me saluda. Ahora lo entiendo todo, solo espero que esto termine de una buena vez.