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  • Debí hacerte caso
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  • Eran las 10 pm, era hora de cenar, toda mi familia se había sentado en la mesa. Comeríamos espagueti, mi madre sabía que me encantaba. Había terminado de comer, me dirigí a mi habitación para usar el computador y entrar a mi Facebook. Y en eso me llega un mensaje anónimo diciéndome: A lo que yo respondí como jugando: No recibí respuesta, cerré sesión. Eran ya las 11:45 p.m. Para pasar tiempo escuchaba música. La verdad el tiempo había pasado demasiado rápido, eran las 00:00. Me dieron ganas de ir al baño. -¿Ho-hola? ¿Quién está ahí? -¿Qué pasa papá? -¿Qué?- empecé a llorar también.
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  • Eran las 10 pm, era hora de cenar, toda mi familia se había sentado en la mesa. Comeríamos espagueti, mi madre sabía que me encantaba. Había terminado de comer, me dirigí a mi habitación para usar el computador y entrar a mi Facebook. Y en eso me llega un mensaje anónimo diciéndome: A lo que yo respondí como jugando: No recibí respuesta, cerré sesión. Eran ya las 11:45 p.m. Para pasar tiempo escuchaba música. La verdad el tiempo había pasado demasiado rápido, eran las 00:00. Me dieron ganas de ir al baño. Sin hacer ruido, entré en el baño, de repente, la puerta se cerró sola. Entonces recordé la petición del extraño y sentí un miedo inexplicable, instintivo: -¿Ho-hola? ¿Quién está ahí? Nadie me salvaría, alguien cerró la puerta con llave. No podía abrir, sentía escalofríos. -¡Mira hacia el espejo!-ordenó una voz de chica, pero en el baño no había nadie. Miré hacia el espejo entonces. Mi corazón latía muy rápido, se trataba de una chica en el espejo, al parecer me quería decir algo. Sentí que se abrió la puerta del baño, salí rápidamente. Aún no podía asimilar el hecho... Sin duda aún dormía o quizá fuese una alucinación... Sí, me percaté de que ardía en fiebre. Era una alucinación. Me acosté en mi cama. Mi madre notó mi estado de ánimo y me dispuso de sus cuidados. Estando junto a mí le confié lo que había visto, y ambos reímos. Cuando logré conciliar el sueño, concebí horribles pesadillas. Soñé que me dirigía a la cocina y que mi padre lloraba, recostado sobre la mesa. -¿Qué pasa papá? -¿Qué?- empecé a llorar también. Desperté de improviso, empapado en sudor, azotado por un fuerte viento helado en medio de la noche. Me hallaba de pie en los bordes de la azotea, a punto de saltar. ¿Qué estaba pasando? ¿Y por qué? Cuando, impresionado por el suceso, bajaba lentamente del muro, una mano fría me empujó levemente. Me tambaleé peligrosamente y, con un grito ahogado, caí. Mientras caía, en lo alto pude contemplarla, el usuario anónimo, mi ensoñación en el espejo. No era real, era yo mismo sonriéndome con sarcasmo... Y, sin embargo, debí hacerle caso. Categoría:Mentes trastornadas