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  • Noche de Paz, Noche de Amor, Noche de Muerte
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  • Noche de paz, noche de amor… Noche de muerte. Esto pensó Bruce Jeffrey Pardo, de 45 años, cuando ingresó -poco antes de la medianoche- al domicilio de los padres de su exesposa durante el festejo de Navidad. Estaba disfrazado de Papá Noel y llevaba cuatro armas de fuego y un aparato para arrojar combustible. Sus regalos eran balas. Y la primera que disparó no pudo ser más cruel: la víctima fue una niña de ocho años que acudió a abrir la puerta -y que luego salvaría milagrosamente su vida–. Cruzado el umbral acribilló a todo aquel que reconociese, en especial a los padres de su expareja.
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  • Noche de paz, noche de amor… Noche de muerte. Esto pensó Bruce Jeffrey Pardo, de 45 años, cuando ingresó -poco antes de la medianoche- al domicilio de los padres de su exesposa durante el festejo de Navidad. Estaba disfrazado de Papá Noel y llevaba cuatro armas de fuego y un aparato para arrojar combustible. Sus regalos eran balas. Y la primera que disparó no pudo ser más cruel: la víctima fue una niña de ocho años que acudió a abrir la puerta -y que luego salvaría milagrosamente su vida–. Cruzado el umbral acribilló a todo aquel que reconociese, en especial a los padres de su expareja. En el lugar ubicado en Covina, un suburbio de Los Ángeles, había 24 personas presentes, de las cuales asesinó a nueve a sangre fría. Cumplido su objetivo, incendió con un líquido inflamable la vivienda para borrar cualquier posible rastro, pero el destino le hizo una burla y las llamas lo alcanzaron también a él. Logró huir y llegar a la casa de su hermano en la localidad de Sylmar, a unos 70 kilómetros de distancia. Pero su estado era grave, había sufrido quemaduras de tercer grado en ambos brazos y el traje de Papá Noel que vestía se le derritió sobre el cuerpo. Esto no lo detuvo para montar una trampa en el vehículo de alquiler que lo transportó. “Pardo conectó el traje con un cable que debía encender pólvora negra y causar el estallido de centenares de balas que tenía en el interior del vehículo”, explicó en declaraciones posteriores un portavoz policial. Cuando los detectives intentaron desarmar el dispositivo, este se activó, pero afortunadamente no tuvo el efecto previsto y nadie resultó herido. Dentro del hogar se encontraba el cadáver del maldito ꞌSantaꞌ con un disparo en la cabeza. En sus ropas había un pasaje de avión a Canadá y 17 mil dólares. Los investigadores suponen que cuando su plan quedó trunco por las heridas sufridas, decidió cobardemente quitarse la vida. thumb|left|299pxPardo no tenía antecedentes policiales. Era un trabajador de la industria aeroespacial, que había sido despedido en julio. Ese mismo año se había separado de su mujer, quien se había mudado con los tres hijos de la pareja. Una semana antes del triste episodio tuvieron la última audiencia del juicio de divorcio, al parecer, el detonante de tamaña locura. Dos casos de personas que decidieron cobrar una estúpida venganza en Navidad. Dos casos donde el asesino elige vestirse como Papá Noel y manchar el traje con sangre, irónicamente con el color rojo que nunca usó San Nicolás en verdad.