PropertyValue
rdfs:label
  • No soy un Pokémon malo... solo quiero amigos...
rdfs:comment
  • Yo era un pokémon salvaje y débil. Muchos entrenadores me usaban para practicar: no me atrapaban, solo me debilitaban y me abandonaban. Algunos pokémons me decían que lo sentían, pero no era su culpa; a otros, ni les importaba. Hasta que un niño pequeño de alrededor de 9 años robó a su hermano 1 pokéball, y fue al bosque en el que yo vivía. Fui el primer pokémon que vio. Ya que yo no poseía ataques fuertes, no podía defenderme. Al ver esa pokéball en su mano, pensé que me golpearía, pero grande fue mi sorpresa cuando me la lanzó. No opuse resistencia, quería mucho tener un entrenador.
dcterms:subject
abstract
  • Yo era un pokémon salvaje y débil. Muchos entrenadores me usaban para practicar: no me atrapaban, solo me debilitaban y me abandonaban. Algunos pokémons me decían que lo sentían, pero no era su culpa; a otros, ni les importaba. Hasta que un niño pequeño de alrededor de 9 años robó a su hermano 1 pokéball, y fue al bosque en el que yo vivía. Fui el primer pokémon que vio. Ya que yo no poseía ataques fuertes, no podía defenderme. Al ver esa pokéball en su mano, pensé que me golpearía, pero grande fue mi sorpresa cuando me la lanzó. No opuse resistencia, quería mucho tener un entrenador. Al comienzo me sentía incómodo; poco a poco me encariñé con Todd. Era muy inquieto, pero muy bueno. Él me ocultaba de su madre, quien le decía que aún no podía tener pokémons, ya que era muy joven. A mí no me importaba, ¡era su primer pokémon, era especial para él! Poco a poco, con prácticas intensivas en los prados contra pokémons salvajes evolucionados, , ya era un hypno!. Todd y yo estábamos muy felices, ¡era el más fuerte! Un día Todd llegó triste. Me dijo que había un niño que lo golpeaba, yo le dije: "Llévame, te tendrá respeto al ver que eres un entrenador”. Él me abrazó y me dijo: "Qué inteligente eres, gracias, te quiero!" Me sentí muy bien cuando me abrazó. Me sentía útil y querido. Al día siguiente nos reunimos en un callejón. Algo me sorprendió, ese niño acosador tenía otro pokémon, un Gliscor que, con risa burlona, me dijo: "No podrás contra mí". Su dueño le ordenó que atacara a Todd. Voló por encima de mí e hirió con su cola venenosa a mi niño. Me enojé muchísimo. Usé mi hipnosis para que se asesinara a sí mismo. En eso llegó un adulto, que creyó que había matado a Todd, de modo que me persiguió, pero yo escapé. Me oculté en una cueva y viví ahí. Al poco tiempo se construyó un parque de atracciones muy cerca: veía a los niños y quería jugar. Recordé cómo hipnotice a Gliscor y pensé: "¿Por qué no puedo jugar? Quiero jugar con ellos, los hipnotizo y juego con ellos hasta que se cansen y duerman y no se despierten más, luego hipnotizo a otros para jugar." Soy un pokémon bueno, solo quiero jugar. Seguiré así, hasta que alguien quiera jugar conmigo por su propia voluntad, hasta entonces… ¡A JUGAR! Categoría:Pokémon