| rdfs:comment | - Hoy me ha dado la manía de recordar mi pasado. De buscar los juguetes con los que jugaba en mi infancia. O tal vez las fotos de cuando vivía con mis abuelos. Solo quería recordar esos momentos en los que yo no tenía miedo a nada, exceptuando al monstruo del armario. Mientras iba tomando las fotos, recordaba todos los buenos momentos de mi infancia. Pero la foto que yo buscaba, era la cual tome cuando tenía diecisiete años. Mi favorita. Por fin la encontré, era una foto en blanco y negro, estaba un poco arrugada, y le faltaba un pedazo, pero no importaba, seguía siendo mi favorita.
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| abstract | - Hoy me ha dado la manía de recordar mi pasado. De buscar los juguetes con los que jugaba en mi infancia. O tal vez las fotos de cuando vivía con mis abuelos. Solo quería recordar esos momentos en los que yo no tenía miedo a nada, exceptuando al monstruo del armario. Bajé al sótano, haciendo crujir cada escalón que pisaba. Ya abajo encendí la única bombilla que había, esta iluminaba un poco el lugar. Pero, lo suficiente como para dejar ver la mitad del sótano. Me senté en el suelo, junto a unas cuantas cajas. Abrí una mediana, y en ella encontré muchas fotos, con un que otro juguete. Tome una, en la cual aparecía mi abuela conmigo en brazos, hay tan solo tenía cinco meses de nacido. Mientras iba tomando las fotos, recordaba todos los buenos momentos de mi infancia. Pero la foto que yo buscaba, era la cual tome cuando tenía diecisiete años. Mi favorita. Por fin la encontré, era una foto en blanco y negro, estaba un poco arrugada, y le faltaba un pedazo, pero no importaba, seguía siendo mi favorita. En ella se veía a una mujer, con vestido blanco y pelo largo y negro. También había un hombre, usaba corbata y un traje formal. Y finalmente entre ellos, había una pequeña niña, de cara tan pálida como una muñeca de porcelana. Sus pequeñas trenzas rubias caían delicadamente en su pecho. Y debajo de ellos estaba un charco, de algo negro. Pero yo ya sabía que era. A la mujer le faltaba un brazo, y tenía cortadas en todas las piernas. El hombre, tenía el pecho descubierto y de este, salía un cuchillo. Y por último, la pequeña y dulce niña que un día fue mi hermana. Las trencitas rubias que caían delicadamente en su pecho, todas manchadas de sangre, se le podía notar sus ojos claros, no tenía parpados, se los arranque. Aún recuerdo los gritos desgarradores de ese día. No sé porque le hice esto a mi madre, o a mi padre, ni siquiera a mi hermana. Los quería mucho, pero en esta foto, podía verlos a todos juntos. Sonreí, por tercera vez al recorrer toda la foto con mis ojos. Me levanté y guarde la foto en mi bolsillo. Apague la luz, subí las escaleras y cerré la puerta. Camine a mi habitación y con solo empujar un poco la puerta de madera, la abrí. No tenía ni una ventana y en esta solamente había una cama, un pizarrón y la bombilla para que este lugar se iluminara un poco. Entre a pasos lentos, me encanta mi habitación. Camine al pizarrón y apreté el interruptor que estaba junto a este. Sonreí ampliamente, al ver a todas las familias de mis amigos, primos, o gente desconocida. Siempre guardaba una copia para mí. Pegue la foto de mi familia en un donde había un pequeño hueco, perfecto para la foto. Ahora que ya leíste esto, y sabes mi secreto, puedo hacerle una foto a tu familia también, pero tranquilo, te daré la fotografía cuando quieras. Y si quieres esta noche.
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