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  • La sombra del arbusto: Parte 1
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  • Era un Viernes como cualquiera. Yo estaba en mi habitación escuchando "Leave me alone" de Michael Jackson, (que por cierto, es mi ídolo), cuando mi mamá me llama: - "¡Ya está lista la cena!" Apagué la radio y la luz, me senté en la mesa, donde ya estaban sentadas mis dos hermanas, Macarena de 17 años y Daniela de 25 junto con mi mamá y mi abuelo. En fin, recogimos todas las tablas en la bodega y nos fuimos a dormir. Me desperté, pues Reina lamía mis mejillas sin cesar. - "¿Viste eso?" - No... - Le contesté - ¿Qué cosa? - ¿Viste eso? – Le pregunté tartamudeando. - O… olvídalo… no… no es… na… nada…
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  • Era un Viernes como cualquiera. Yo estaba en mi habitación escuchando "Leave me alone" de Michael Jackson, (que por cierto, es mi ídolo), cuando mi mamá me llama: - "¡Ya está lista la cena!" Apagué la radio y la luz, me senté en la mesa, donde ya estaban sentadas mis dos hermanas, Macarena de 17 años y Daniela de 25 junto con mi mamá y mi abuelo. Estábamos comiendo de lo más bien. Riendo, conversando... En fin, una cena tranquila y familiar. De pronto, en el patio se escuchó un gran estruendo. Se habían caído las tablas del techo. Salimos corriendo, pues estaba nuestra perrita. Por suerte no le pasó nada, pero estaba asustada. La llevamos adentro con nosotras, le dimos un poco de leche y se recostó. Mi mamá y mi abuelo fueron a ver qué pasaba, ¿Por qué se había caído el techo? Era imposible que fuera una casualidad, el techo estaba bien construido. Al final, no descubrieron cual fue la causa... "El viento tiene que haber sido", Dijo mi abuelo con una faz de duda en su rostro. En fin, recogimos todas las tablas en la bodega y nos fuimos a dormir. A la mañana siguiente, fue normal. Desayunamos, almorzamos, cenamos Pero en ese momento se escucho que nuestra mascota ladraba. No le prestamos atención al principio, pero paulatinamente se transformaron a aullidos. Yo me preocupé de sobremanera y salí corriendo afuera a ver que le pasaba. Cuando salí, alcancé a observar que una sombra se escondía detrás de los arbustos, como si quisiera hacer algo, o mejor dicho, huyendo luego de haberlo hecho. Me asusté, así que tome a mi perrita en brazos y entré a la casa. Cuando entré estaba pálida, así que todos se preocuparon, por lo que me preguntaron que había pasado. Les conté que había visto una sombra detrás de los arbustos. Mi abuelo y mi mamá salieron a ver que pasaba. Tenían miedo de que pudiera haber sido un ladrón así que se armaron de hachas (al menos mi abuelo). Pasó el tiempo y volvieron. no encontraron nada... Pensé que podría haber sido mi imaginación, pero para mayor seguridad, Reina (mi perrita) durmió conmigo en mi cama. Me desperté, pues Reina lamía mis mejillas sin cesar. - ¿Qué pasa Reina? - Le dije con una sonrisa. Ella me ladró y se bajo de la cama. Reina es una perrita muy inteligente. Como era Lunes y tenía que ir al colegio, me despertó a la hora, incluso, me trajo los zapatos en su hocico. Me tomé, apurado, una vaso de leche. Me despedí de Reina y de mi familia, y después me fui al colegio, pero cuando iba saliendo, vi la misma sombra que había visto la noche anterior. Me asusté, pero fui a ver que era, podía ser algún chiquillo molestando, y si era así, lo iba a poner en su lugar... Pero no había nadie... En fin, vi el reloj de pulso que me había regalado María, mi amiga, y vi que solo quedaban 6 minutos para entrar. Pegué un chillido y salí corriendo. Afortunadamente, llegué a tiempo. Las clases habían terminado, e invité a María a mi casa. Ella es mi mejor amiga. Va en séptimo grado conmigo. Nos conocimos en quinto grado, cuando yo era nueva en la escuela, y desde ahí, no hay quién nos separe... El caso es que estábamos entrando a la casa, cuando María se detiene en seco y me dice : - "¿Viste eso?" - No... - Le contesté - ¿Qué cosa? - Allá... - Dijo señalando el arbusto de la sombra. Un escalofrío recorrió mi espalda. Preferí ignorar el tema, y le dije que entráramos. Llevamos a Reina, pues María quedó fascinada con ella desde que nació, así que estábamos en mi habitación, conversando sobre cosas sin importancia, cuando Reina, que estaba entre los brazos de María, comenzó a ladrar. María y yo nos miramos extrañadas. Me di cuenta de que Reina ladraba en dirección a la ventana. Me levanté de la cama y me dirigí a la ventana. Cuando me asomé y vi lo que estaba ahí… Pegué un chillido horrible. María se preocupó, dejó a Reina en la cama, que no paraba de ladrar, y se dirigió hacia mí. - ¿Viste eso? – Le pregunté tartamudeando. - No… ¿Qué viste? – Me preguntó preocupada. - O… olvídalo… no… no es… na… nada… No quería asustarla, así que no le dije que había visto la sombra. Categoría:Fantasmas