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  • El fantasma del pasado
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  • Recuerdo perfectamente esa sonrisa, la recuerdo a ella y el lugar donde nos conocimos, en una cafetería del centro. Desde el primer segundo mi corazón ardió en deseos de besarle, pero no podía hacer tal cosa y por lo tanto me atreví a dar el primer paso. Le pedí a la camarera un café submarino y ella, me lo sirvió lo más rápido posible, mientras esperaba una hermosa mujer se me quedó mirando, pero no me miraba normal, me miraba y a la vez me sonreía, sus blancos dientes la hacían ser una mujer aun mas hermosa, pero lo extraño de todo ésto es que su rostro me resultaba familiar...
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  • Recuerdo perfectamente esa sonrisa, la recuerdo a ella y el lugar donde nos conocimos, en una cafetería del centro. Desde el primer segundo mi corazón ardió en deseos de besarle, pero no podía hacer tal cosa y por lo tanto me atreví a dar el primer paso. Le pedí a la camarera un café submarino y ella, me lo sirvió lo más rápido posible, mientras esperaba una hermosa mujer se me quedó mirando, pero no me miraba normal, me miraba y a la vez me sonreía, sus blancos dientes la hacían ser una mujer aun mas hermosa, pero lo extraño de todo ésto es que su rostro me resultaba familiar... Me quité mis gafas de sol negras que llevaba puestas para verla mejor, la camarera me trajo el café y ella se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, entonces se me acerco y me dijo: "si gusta puedo mandarle un mensaje". Tardé unos segundos en reaccionar y rápidamente le contesté con un "sí", la camarera limpió la mesa con un trapo mojado con agua y enseguida le hizo llegar mi mensaje, se lo dijo al oído para que nadie más se enterara. La mujer de ojos azules escribió algo en una servilleta y se la dio a la camarera para que me la diese a mí. Cuando leí lo que ponía en la nota quedé impactado... escrito en pintalabios de color rosa decía lo siguiente: "¿Dónde está el amor? " Todas las nubes del cielo se reunieron y comenzaron a caer las primeras gotas de agua, de repente noté como si alguien estuviera respirando, como si alguien me estuviera echando el aliento en la nuca, nunca antes había sentido ésa misteriosa sensación. Yo había dejado el móvil encima de la mesa, pero la pantalla se encendió y empezó a vibrar y a vibrar y poco después sonó una melodía predeterminada, era mi mujer que me esperaba preocupada para llevar a los niños a la escuela, no estaba en casa y había madrugado antes de la hora de trabajo, por lo que le resulto muy raro. La noche anterior busqué en Internet mi ciudad natal, pero solo encontré resultados de imágenes desgarradoras en las que aparecían cuerpos calcinados, los edificios y bloques de la zona estaban completamente quemados y es que pasa y resulta que un día la ciudad entera ardió a día de hoy se desconoce si fue fortuito o provocado, ahora lo recuerdo todo, esa mujer de cabellos rubios de ojos azules era mi prometida, que hace unos cuantos años atrás le prometí que la haría la mujer más feliz de la Tierra, ella no creía en el amor pero yo intento tras intento logré convencerla de que realmente si existe. Ojeé de nuevo la servilleta y no vi nada escrito en ella, los nervios deben de estar jugándome una mala pasada; pensé. Me ajusté la corbata, una sudoración fría recorrió todo mi cuerpo, seguí recordando mientras que la lluvia se volvió más intensa, yo no acabé muerto por una sencilla razón: me tuve que mudar a otra ciudad por motivos personales y lo hice el mismo día del terrible incendio por la mañana, sabía que dejaba atrás a amigos a vecinos muy buenos y sobretodo, a mi novia Erika. Me despedí de todos con un fuerte dolor en el pecho, jamás me llegó la triste noticia de que mi ciudad natal había sido consumida por las llamas por la noche cuando todos dormían, si me hubiera quedado posiblemente hubiera acabado igual que esa pobre gente, pero por razones del destino tuve que abandonar a los míos, pero ¿sabéis una cosa? lo más triste de todo ésto es que le prometí a Erika que regresaría y así ha sido ahora entiendo que hago aquí, sentado en torno a una mesa en una cafetería abandonada a las 7:30 A.M. En lugar de estar en casa con mi familia vistiendo a mis adorables hijos para llevarlos al colegio. Enfrente de mí había una silla que a mi parecer estaba vacía, no lo estaba, el alma o espíritu de Erika se manifestó justo delante de mí y me cogió las dos manos pude sentir mucho frío, tanto que acabé por soltar un soplo de aire fresco, el espíritu de ella se desvaneció y yo miré el reloj las agujas marcaban las 7:43 A.M. , se me hizo algo tarde me levanté y me fui, volteé por una última vez y la vi sentada se estaba despidiendo de mi, quedé algo extrañado a decir verdad porque sonreía de una forma un tanto psicópata. Si lo piensas detenidamente lo que movió aquella servilleta hacia mí fue el viento que entraba por los cristales rotos de las ventanas la taza de té no se movió en ningún momento siempre estuvo ahí... Todo fue producto de mi imaginación quizás fue una paranoia ... Ya en el auto introduje la llave en la ranura y de inmediato se encendieron las luces y el motor, puse las manos en el volante y suspiré pensando en la charla que me caería encima por haber desaparecido sin decir palabra vivía muy lejos y tardaría en llegar, varios minutos después ya conduciendo, me crují el cuello primero para la derecha y luego para la izquierda síntomas del cansancio tal vez... pero... un camión se me cruzó, traté de evitar que chocara conmigo pero fue inevitable, ambos autos colisionaron dejando una estela de humo, fuego y ruido. Mi esposa Anabel se sigue preguntándose: ¿donde está su marido?, y mis hijos Daniel y Natalia, siguen preguntándose donde está su papá. Categoría:Fantasmas